El 7 de marzo, la Unión Europea (UE) y Mauritania firmaron una declaración de asociación sobre la migración irregular en Nuakchot. Mauritania recibirá 210 millones de euros para reducir el número de inmigrantes que transitan por su territorio con destino a las Islas Canarias. Un total de 12.393 inmigrantes desembarcaron en el archipiélago español entre el 1 de enero y el 15 de marzo de este año, frente a 2.178 en el mismo período de 2023.
Más del 80% de las embarcaciones que los transportaban partían de Mauritania o transitaban por sus aguas. Algunos inmigrantes irregulares permanecen en Canarias o viajan a otras partes de España y Europa.
La UE se está embarcando en esta nueva asociación después de desacuerdos con Túnez y Níger , dos países en los que la UE ha basado en parte su estrategia para frenar los flujos migratorios desde África. En octubre del año pasado, Túnez rechazó los 42 millones de euros asignados por la UE porque no coincidían con los 105 millones inicialmente previstos.

El 25 de noviembre, en represalia por las sanciones europeas contra Níger tras el golpe de estado de ese país en julio de 2023, la junta derogó la ley de 2015 que rige el acuerdo Bruselas-Niamey. El acuerdo tenía como objetivo contener a los inmigrantes de África Occidental en su camino hacia Europa a través de Libia y Argelia.
La reciente asociación de la UE con Mauritania para combatir la migración irregular vuelve a suscitar controversia. Una parte de la oposición mauritana protesta contra el acuerdo, en particular en lo que respecta a la acogida y el alojamiento de los inmigrantes rechazados o expulsados de Europa.
Los representantes de los partidos de oposición instaron a las autoridades “a poner fin a este acuerdo en el mejor interés del país”. Dijeron que el traslado de inmigrantes de regreso a Mauritania podría “presentar riesgos para la seguridad del país al aumentar la presión sobre los recursos económicos limitados, además de la propagación del crimen organizado transfronterizo”.
“Europa lleva casi una década buscando socios africanos para este enfoque de subcontratación”
En respuesta, el gobierno de Mauritania ha insistido en que el país no será una tierra para recibir o reasentar a inmigrantes extranjeros irregulares. Una declaración del Ministerio del Interior del 20 de febrero decía que “todo lo que circula sobre la naturalización de inmigrantes extranjeros ilegales para hacer de Mauritania una patria alternativa carece de fundamento”.
Tras firmar acuerdos similares con Turquía, Marruecos, Libia, Níger y Túnez, el acuerdo con Mauritania confirma la voluntad de la UE de seguir subcontratando la gestión de la migración. El Nuevo Pacto sobre Migración y Asilo, adoptado por el Parlamento Europeo el 10 de abril, refuerza la decisión de detener las llegadas de inmigrantes irregulares antes de que lleguen a Europa. Los complicados controles fronterizos y procedimientos de clasificación también reducen el número de personas elegibles para asilo y aumentan las deportaciones.
Europa lleva casi una década buscando socios para este enfoque de subcontratación en África. Pero la mayoría de los estados rechazan su oferta porque la migración juega un papel importante en el desarrollo al traer capital humano y financiero sustancial.
Decidida a proteger sus fronteras contra la llegada de inmigrantes irregulares, la UE depende de países o estados de tránsito que aceptan acoger a aquellos que son devueltos. Sin embargo, la experiencia de países que han aceptado este papel, como Túnez, Níger, Marruecos y Libia, muestra que fomenta los abusos en la gestión de la migración. Los controles y las repatriaciones a menudo provocan problemas políticos e incidentes humanitarios.
“La UE depende de países o estados de tránsito que acogen a aquellos que son rechazados desde Europa”
En Libia, los repatriados y migrantes detenidos durante operaciones policiales han sufrido abusos, incluidas extorsión, tortura, violencia sexual y trabajos forzados. Muchos migrantes están varados o abandonados en el desierto de Argelia y Libia, al otro lado de la frontera con Níger. En Túnez, los violentos comentarios del presidente Kais Saied sobre los migrantes en 2023 los expusieron a la xenofobia.
La migración es una cuestión de seguridad humana y desarrollo que concierne a todos los países africanos. Los Estados pueden firmar acuerdos bilaterales contra la inmigración ilegal, pero las soluciones efectivas y humanas deben basarse en enfoques regionales que apoyen el desarrollo de los países en cuestión.
En 2006, en Banjul, la Unión Africana (UA) definió el Marco de Política Migratoria para África. Este se convirtió en el plan de acción 2018-2030 para guiar a los estados miembros y las comunidades económicas regionales en la gestión y gobernanza de la migración. La UA también cuenta con un protocolo de libre circulación para facilitar la movilidad de los africanos en el continente.
En lugar de convertirse en guardias fronterizos o lugares de reasentamiento de Europa, los países de tránsito deberían consultar con los países de origen y destino, bajo los auspicios de la UA, para encontrar soluciones que les convengan. Juntos, deberían adoptar políticas y prácticas que redunden en sus propios intereses y en los de sus ciudadanos.
“Los controles y las repatriaciones suelen provocar abusos, problemas políticos e incidentes humanitarios”
Los países africanos deberían evitar dedicar recursos y “ayuda al desarrollo” europea al fortalecimiento del control fronterizo. En lugar de ello, deberían invertir en soluciones colectivas que aborden las causas profundas de la migración irregular, incluida la mejora de la gobernanza de las inversiones destinadas a crear empleos y reducir la pobreza y la desigualdad.
África también debe abogar por que Europa dé prioridad a las vías migratorias regulares en lugar de centrarse en formas de impedir a toda costa que las personas entren en su espacio. Los países de origen y tránsito deberían presionar a la UE para que ayude a implementar estas soluciones y financiar acciones que desalienten la inmigración irregular y promuevan la migración regular. Los beneficios de la migración regular han quedado demostrados para todos los países afectados.
El marco de la Asociación África-UE sobre Migración, Movilidad y Empleo también proporciona respuestas sólidas que deben implementarse. África debe mantener un enfoque más equilibrado para gestionar la migración, a pesar de la presión de Europa para cumplir sus objetivos.
La adopción por parte de Europa del Nuevo Pacto sobre Migración y Asilo es preocupante, ya que no promueve rutas migratorias regulares, sino que se centra más en medidas de seguridad contra la migración.
*Hassane Koné, Investigador principal, Oficina Regional de la ISS para África Occidental, el Sahel y la Cuenca del Lago Chad
Artículo publicado originalmente en ISS Africa