Los enfrentamientos, que estallaron el jueves, aumentaron de forma importante el desafío al nuevo gobierno en Damasco, tres meses después de que los insurgentes asumieran el poder tras derrocar a Assad.
El gobierno dijo que ha respondido a ataques perpetrados por remanentes de las fuerzas de Assad y culpó a “acciones individuales” por la violencia desenfrenada.
Asesinatos de venganza entre suníes y alauíes
Los asesinatos de venganza, que comenzaron el viernes y fueron perpetrados por hombres armados musulmanes suníes, leales al gobierno, contra miembros de la minoría alauí de Assad, son un duro golpe para Hayat Tahrir al-Sham, la facción que lideró el derrocamiento del antiguo gobierno. Los alauíes fueron una gran parte de la base de apoyo de Assad durante décadas.
Residentes de aldeas y pueblos alauíes relataron a The Associated Press asesinatos en los que hombres armados dispararon contra miembros de su comunidad, la mayoría varones, en las calles o en las puertas de sus hogares. Muchas casas de alauíes fueron saqueadas y luego incendiadas en diferentes áreas, dijeron a la AP dos residentes de la región costera de Siria desde sus escondites.
Los pobladores pidieron que sus nombres no se hicieran públicos por miedo a ser asesinados por hombres armados, y añadieron que miles de personas han huido a las montañas cercanas en busca de seguridad.

Residentes hablan de atrocidades cometidas en un pueblo
Los residentes de Baniyas, uno de los pueblos más afectados por la violencia, dijeron que había cuerpos esparcidos por las calles, que habían quedado sin enterrar en las casas y en los techos de los edificios, y que nadie pudo recogerlos. Un civil dijo que los hombres armados impidieron durante horas que los residentes retiraran los cuerpos de cinco de sus vecinos asesinados a bocajarro el viernes.
Ali Sheha, un sirio de 57 años de Baniyas que huyó con su familia y vecinos horas después de que estallara la violencia, dijo que al menos 20 de sus vecinos y colegas de un barrio de Baniyas, donde vivían varios alauíes, fueron asesinados, algunos de ellos en sus tiendas o en sus hogares.
Sheha calificó los ataques de “asesinatos de venganza” contra la minoría alauí. Otros residentes dijeron que, entre los hombres armados, había combatientes extranjeros y milicianos de aldeas y pueblos vecinos.
“Fue muy, muy malo. Los cuerpos estaban en las calles mientras huía”, lamentó Sheha, hablando por teléfono a casi 20 kilómetros de la ciudad. Dijo que los hombres armados se reunían a menos de 100 metros de su edificio de apartamentos, disparando al azar a casas y residentes y en ciertos casos, pidieron a los residentes sus identificaciones para verificar su religión antes de asesinarlos. Expresó que los hombres armados también quemaron algunas casas, robaron autos y saquearon hogares.
El número de muertos se ha triplicado
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos, con sede en Gran Bretaña, un organismo de vigilancia de la guerra, informó que para el sábado, 428 alauíes han sido asesinados en ataques de venganza, además de 120 combatientes simpatizantes de Assad y 89 elementos de las fuerzas de seguridad. El jefe del Observatorio, Rami Abdurrahman, dijo que los asesinatos de venganza se detuvieron en las primeras horas del sábado.
“Esta ha sido una de las mayores masacres del conflicto sirio”, dijo Abdurrahman.
La cifra anterior proporcionada por el grupo era de más de 200 muertos. No se han publicado cifras oficiales.
La agencia estatal de noticias de Siria citó a un funcionario del Ministerio de Defensa no identificado quien afirmó que las fuerzas gubernamentales han arrebatado a los leales a Assad el control de gran parte de las áreas. Añadió que las autoridades han cerrado todas las carreteras que conducen a la región costera “para prevenir violaciones y restaurar gradualmente la estabilidad”.
El sábado por la mañana, los cuerpos de 31 personas asesinadas el día anterior en la aldea central de Tuwaym fueron enterrados en una fosa común, comentaron residentes. Entre los muertos había nueve niños y cuatro mujeres, afirmaron, quienes enviaron a la AP fotos de los cuerpos cubiertos con tela blanca mientras eran alineados en la fosa común.
El legislador libanés Haidar Nasser, que ocupa uno de los dos escaños asignados a la representación alauí en el Parlamento, dijo que la gente huía de Siria en busca de seguridad en Líbano. Aclaró que no tenía cifras exactas.
Nasser afirmó que muchas personas se refugiaban en la base aérea rusa de Hmeimim, Siria, y añadió que la comunidad internacional debería proteger a los alauíes, que son ciudadanos sirios leales a su país. Dijo que, desde la caída de Assad, muchos alauíes fueron despedidos de sus trabajos y algunos exsoldados que se reconciliaron con las nuevas autoridades fueron asesinados.
En el régimen de Assad, los alauíes ocupaban altos cargos en el ejército y las agencias de seguridad. El nuevo gobierno ha culpado a los simpatizantes de Assad por los ataques contra las nuevas fuerzas de seguridad del país, ocurridos en las últimas semanas.
Los enfrentamientos más recientes comenzaron cuando las fuerzas gubernamentales intentaron detener a una persona prófuga cerca de la ciudad costera de Jableh, y fueron emboscadas por leales a Assad, según el Observatorio.
Foto de portada: Al Mayadeen
Bassem Mroue y Sarah El Deeb* escriben para Independent sobre Asia Occidental.
Este artículo fue publicado originalmente en el portal Independent.