Ayer, la Oficina Electoral Central de Rumanía dictaminó que Călin Georgescu quedaba excluido de la repetición de las elecciones presidenciales del país, cuyas dos vueltas están previstas para el próximo mes de mayo. La ronda de noviembre, en la que había salido como primer candidato a las urnas, había sido anulada debido a las acusaciones de injerencia rusa.
Uno de los canales utilizados por Moscú para influir en la opinión de los votantes, según los detractores de Georgescu, fue TikTok… Aunque más tarde resultó que la campaña en la red social china había sido pagada por los liberales rumanos, pero había estado tan mal organizada que había acabado favoreciendo a sus oponentes.
Entre ellos estaba Georgescu. Un político de extrema derecha que, sin embargo, esta vez fue identificado como problemático por no estar a favor de la guerra a cualquier precio contra Rusia y ser crítico con la OTAN. Actualmente, el político rumano está siendo investigado penalmente por incitar al derrocamiento del orden constitucional y difundir información falsa.
Mientras tanto, el proceso electoral se había reanudado y Georgescu había vuelto a presentar su candidatura. En las últimas semanas, la situación se había caldeado de nuevo. A finales de febrero, Georgescu fue detenido e interrogado por la policía precisamente en relación con una posible injerencia rusa, lo que ya había desencadenado muchas quejas entre sus partidarios.
Hace sólo unos días, el 6 de marzo, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) había rechazado el recurso presentado por el ganador de la primera vuelta de noviembre. Ya en enero, el TEDH se había negado a acceder a las peticiones de Georgescu, que había solicitado al Tribunal que adoptara una medida cautelar sobre las elecciones anuladas.
George Simion, presidente de la Alianza para la Unión de los Rumanos, había votado a Georgescu en la segunda vuelta – que luego fue anulada – y en esta ocasión comentó: «el rechazo de la candidatura de Georgescu es un nuevo abuso y una continuación del golpe de Estado del 6 de diciembre», que había anulado la primera vuelta.
Ahora Georgescu aún puede recurrir al Tribunal Constitucional rumano, y en menos de una semana obtendrá una respuesta definitiva sobre su candidatura. Cabe señalar que las encuestas le siguen dando como candidato favorito, y de hecho la aprobación incluso se ha reforzado debido al evidente ataque político que ha sufrido a través de los órganos institucionales.
Los motivos de la decisión aún no han sido hechos públicos por la Oficina Electoral Central. Frente a su sede se produjeron incidentes entre algunos partidarios de Georgescu que se habían reunido allí y la policía, que lanzó gases lacrimógenos y utilizó gas pimienta contra los manifestantes.
Aunque incluso Musk se pronunció en contra de la elección de la Oficina Electoral, está claro que la decisión del Tribunal Constitucional se decidirá en un clima de creciente polarización en el país, en el que el establishment europeo ya ha dictado un importante forzamiento democrático en Rumanía y, en el nuevo escenario internacional, sólo puede mirar con atención a Bucarest.
*Gigi Sartorelli, periodista en Contropiano.
Artículo publicado originalmente en Contropiano.
Foto de portada: Călin Georgescu sale de un colegio electoral tras votar en las elecciones parlamentarias. | Mihai Barbu/AFP vía Getty Images.