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Los países occidentales seducen a Argelia

Por Mah Iahdih Nan*-

Argelia se ha convertido de la noche a la mañana en “la niña bonita” en el mejor sentido de la expresión. En el último mes hemos presenciado un despliegue de un gran número de autoridades occidentales que intentan seducir a Argelia.

Visitas relámpago, oficiales, contactos diplomáticos, llamadas telefónicas al más alto nivel y todo tipo de contactos que pretenden acercar a Argelia a los intereses Occidentales en general y europeos en particular. La guerra de Ucrania, la crisis energética y las reformas económicas emprendidas por el Gobierno argelino a lo largo de los últimos dos años, son el detonante de este repentino e improvisado intento de acercamiento de los países occidentales a Argelia.


Aunque Argelia siempre ha sido un socio más que fiable, serio y ventajoso en el plano energético para los países del sur de Europa, estos siempre han menospreciado, devaluado y subestimado la contribución argelina a su desarrollo en el sector energético. Es más en muchas ocasiones han minimizado sus importaciones energéticas de Argelia con fines políticos. Nunca han valorado los esfuerzos argelinos a la hora de vender su gas y petróleo a precios inmejorables, de los más baratos del mercado. Siempre han creído que Argelia estaba en la obligación de rubricar esos acuerdos comerciales o que no tenía otras alternativas para vender sus recursos energéticos. Pero el tiempo les ha demostrado que ni lo uno ni lo otro, que lo real es que Argelia es un estado serio que cumple sus compromisos y contratos sin pedir nada a cambio, cuestiones muy usuales en el trato de los europeos con otros estados.


También ha influido la política clásica que práctica el estado argelino desde la época del presidente Houari Boumedien, basada en la credibilidad, seriedad, rigor, sensatez y el no uso de las transacciones comerciales como arma de chantaje, para obtener contrapartidas políticas o de otra índole.

El desfile del Ministro de Exteriores italiano, de la subsecretaria de Estado Americana, las llamadas de los ministros y del presidente del Gobierno español, así como la próxima visita del primer ministro francés son sintomáticos del cambio de ciclo de la política occidental hacia Argelia. Es muy probable que los europeos se hayan acabado de dar cuenta de la importancia estratégica de Argelia, como país vecino, con el que se pueden mantener relaciones sólidas y solventes, sin sobresaltos, sin avalanchas migratorias, sin maniobras yihadistas, sin el envío de miles de toneladas de droga y sin presiones políticas caprichosas. Una relación muy distantes del tipo de relaciones que mantiene Europa con otros vecinos incomodos y problemáticos como el caso del Reino de Marruecos, que transforma las relaciones de vecindad en constantes y sistemáticos enfrentamientos, conflictos, choques, chantajes, tiranteces, desacuerdos y divergencias.

Abdelmadjid Tebboune, presidente de Argelia.

Sin embargo, los europeos deben saber que este proceso que han iniciado para congraciarse con Argelia, se debe basar en el respeto, el equilibrio y la ecuanimidad. Argelia siempre ha establecido sus relaciones económicas, políticas y diplomáticas basándose en la reciprocidad y la consideración. Argelia nunca ha chantajeado ni chantajeara a un estado vecino, algo que forma parte de su ADN como estado que establece sus relaciones basadas en el trato igualitario y de beneficios mutuos.


Los Europeos no deben equivocarse y creer que el modelo a seguir, son las relaciones deshonestas que mantienen con el Estado chantajista de Marruecos, basadas en la coacción y la presión. La experiencia de sus relaciones históricas con Argelia son testigo de su firmeza en el cumplimento de sus compromisos comerciales y políticos, sus decisiones no tienen nada que ver con las prácticas chantajista del Reino feudal de Marruecos.


Europa y Occidente deben olvidarse de sus complejos arrastrados de la guerra fría. Ya no es válida la fórmula de que un estado que se haya alineado con Occidente durante la guerra fría, aunque ahora se comporte como un estado gamberro, tiene que mantener ciertos beneficios y privilegios por el mero hecho de haber sido aliado durante esa oscura etapa de la historia contemporánea. Los estados deben ser juzgados por sus actos, decisiones y comportamiento en sus relaciones con los demás países y deben ser tratados y recompensados en base a sus buenas o malas relaciones con el resto se países.


Las relaciones de Europa con sus vecinos son tan arbitrarias que no se ajustan a ningún criterio o lógica. Se basan en criterios subjetivos, transitorios, interesados y nada transparentes. Un ejemplo que ilustra este tipo de relaciones caprichosas y cambiantes, lo dejo bien claro hace varios años, el embajador francés en las Naciones Unidas, François  Delattre, que en una conversación con un cineasta, le explico el tipo de relación toxica e insana que su país mantiene con la monarquía feudal marroquí y lo verbalizaba de la siguiente manera: “Marruecos es como una amante con la que se duerme cada noche, de la que no se está especialmente enamorado, pero a la que hay que defender”. 


Es recurrente que políticos europeos reconozcan en privado que Marruecos es un estado chantajista, conflictivo, que no cumple con los estándares más básico de los respetos de los DDHH y que es el germen de  la mayoría de los males que asolan Europa y aun así se ven obligados a hacer la vista gorda para mantener la estabilidad del régimen, al creer falsamente que su estabilidad influye en la Europea.


En definitiva Argelia y Marruecos no tienen absolutamente nada que ver como estados. Marruecos es una autocracia feudal, edificada a base del chantaje y la coacción, métodos que le han reportado muy buenos resultados en sus relaciones con sus vecinos Occidentales. 


Argelia es un Estado que en todas sus guerras de liberación, se dejó en el camino hacia su libertad más de 7 millones de mártires que entregaron su vida por su patria y este es un hecho que marca el comportamiento y la altura del estado argelino a la hora de relacionarse con sus vecinos. Los argelinos valoran ese valioso sacrificio de sus compatriotas y siempre que pueden intentan honrar su memoria poniendo el nombre de Argelia por encima de cualquier circunstancia, ventaja, negocio o interés.

* Mah Iahdih Nan es delegado del Frente POLISARIO

Artículo publicado en Ecsaharaui, editado por el equipo de PIA Global