La Plataforma de la Unión Europea sobre Finanzas Verdes, el grupo de expertos que asesora a la Comisión Europea en materia de transición energética, ha emitido un informe en el que critica la decisión de Bruselas de incluir al gas y a las nucleares dentro de la Taxonomía Verde, el sistema que determina qué actividades entran dentro de los criterios de sostenibilidad.
La Comisión Europea publicó el pasado 31 de diciembre un nuevo y polémico borrador en el que, atendiendo a las peticiones de Francia y Alemania, se planteaba la catalogación del gas y de las centrales nucleares como fuentes de energía válidas para la transición energéticas. Al incluir estas dos tecnologías dentro de la denominada Taxonomía Verde obtendrían las mismas ventajes económicas que pueden recibir otras fuentes energéticas como las renovables, de modo que los proyectos que se nutriesen de gas o nuclear podrían recibir el respaldo y las ayudas económicas de Bruselas.
El borrador, que hasta el pasado día 21 de enero estaba abierto a alegaciones por parte de los países, planteaba incluir dentro de las etiquetas verdes a las centrales de gas que utilicen al menos un 30% de gases renovables o bajos en carbono a partir de 2026 y un 50% a partir de 2030.
«El gas no es verde en ningún momento de su vida»
Ahora, los asesores de Bruselas han puesto en duda el plan impulsado por la propia Von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, semanas después de clausurarse la Cumbre del Clima de Glasgow (COP26). En el documento, que ha sido publicado este lunes, los expertos aseguran que el borrador aprobado no supone avances en la lucha contra la crisis climática, ya que las plantas de gas continuarían causando «un daño significativo hasta incluso después de 2036». «No es verde en ningún momento de su vida», dice el texto.
Por lo que respecta a la energía nuclear, los expertos aseguran que la construcción de nuevas plantas «no aseguran una contribución sustancial» para alcanzar la neutralidad climática en 2050. Además, señala que este tipo de energía, debido a los riesgos que lleva asociados, incumple algunos de los requisitos básicos para poder entrar dentro de la Taxonomía Verde. Se trata de la imposibilidad de garantizar que no haya riesgos sobre el «uso sostenible y la protección de los recursos hídricos y marinos, la transición a una economía circular o la protección y restauración de la biodiversidad y ecosistemas».
En el informe, los expertos recomiendan a la Comisión Europea «que se tome el tiempo adecuado para abordar y actuar sobre los comentarios realizados por la plataforma para garantizar la coherencia con el Reglamento de Taxonomía Verde».
El gas y las nucleares no contribuyen «sustancialmente» a alcanzar la neutralidad de emisiones
La inclusión del gas y la nuclear dentro del reglamento sobre las finanzas para la transición energética ha generado un fuerte debate interno en el seno de la Unión Europea. Alemania ha sido el país con mayores intereses en la tipificación del gas como tecnología sostenible, aunque el cambio de Gobierno ha diluido el consenso, ya que la rama de Los Verdes considera que este combustible debería estar fuera de la Taxonomía Verde, mientras que la parte socialdemócrada (SPD) sí ve con buenos ojos el borrador planteado por Von der Leyen.
Francia, el país con más reactores nucleares de Europa y el segundo del mundo (56), es el Estado que más ha presionado para que las plantas nucleares cuenten con el sello sostenible de la Comisión Europea. Los galos cuentan con el apoyo de Bulgaria, Croacia, República Checa, Finlandia, Hungría, Polonia, Rumanía, Eslovaquia y Eslovenia.
Frente a ello, España lidera una alianza de países que rechazan de pleno la idea de poner al mismo nivel que las renovables al gas y las nucleares. Los Gobiernos que se han manifestado en esa misma dirección son los de Luxemburgo, Austria, Irlanda y Países Bajos. La publicación del informe por parte del grupo de expertos que asesoran a Bruselas da la razón a esta pequeña coalición y recoge parte de los argumentos que, durante los últimos meses, han ido desarrollando diferentes expertos del mundo académico y ecologista.
La inclusión de estas dos fuentes de energía dentro de la Taxonomía Verde podría alterar el ritmo de descarbonización de Europa y frenar los movimientos de los inversores hacia las tecnologías renovables. En el caso del gas, algunos expertos consultados por Público aseguraban que alargar su uso podría generar una mayor volatilidad en los mercados y seguir arrastrando una dependencia externa, ya que se trata de un combustible que, en buena medida, viene importado desde fuera del continente. En cuanto a las nucleares, los datos arrojan dudas sobre la viabilidad y la rentabilidad de impulsar nuevas plantas, ya que el periodo de construcción suele alargarse décadas además de suponer un coste elevado en comparación con otras tecnologías como las renovables o las eólicas.
*Alejandro Tena, redactor en Público.
Artículo publicado en Público.
Foto de portada: El vapor se eleva desde las torres de refrigeración de la central nuclear de Electricite de France (EDF) en Belleville-sur-Loire. — Benoit Tessier / REUTERS