Análisis del equipo de PIA Global Asia Occidental

Las nuevas alianzas de Trump en el Golfo, ¿beneficios para Israel?

Escrito Por Gianna Rosciolesi

Por Gianna Rosciolesi*- Esta semana el jefe de la Casa Blanca acudió a una serie de reuniones con los reyes y príncipes de las principales economías árabes, a fin de aumentar el proceso económico estadounidense, así como impulsar nuevas alianzas estratégicas en materia de guerra y control sobre la región.

El presidente estadounidense, Donald Trump, comenzó este martes una gira por tres países del Golfo Árabe: Arabia Saudita, Emiratos Árabes y Qatar. De esta forma, desmonta la tradición del país anglosajón en la cual el electo presidente visitaba como primeros países a Canadá, Inglaterra o México. En su anterior mandato, también fue el Reino Saudí el primer país en recibirlo. De esta forma, logró sellar poderosas alianzas con las potencias árabes.

Es reconocido el tambaleo del tridente de la Península respecto a su adhesión a algún bloque del mapa multipolar. La incorporación indefinida a los BRICS+ de Arabia, ejemplifica la cuestión, en cuanto que al mismo tiempo que anuncia su posible unión al grupo, continúa siendo el segundo país que recibe el número mayor armamento de Washington. 

Emiratos Árabes sí se ha unido al grupo comandado por Rusia y China, pero también posee bases militares estadounidenses, como la base aérea Al Dhafra, utilizada para operaciones en la región, así como el apoyo mutuo financiando a milicias yemeníes o libias con su aliado norteamericano. 

De igual forma se presenta Qatar, mediador incluso del alto al fuego entre Hamas e Israel, así como actor partícipe de los nuevos encuentros para una posible tregua.

El presidente de EEUU, Donald Trump, es recibido por el príncipe heredero saudí, Mohamed bin Salmán, a su llegada a Riad. © Brendan SMIALOWSKI / AFP

Las visitas de Trump están generando grandes repercusiones en las relaciones internacionales de los países involucrados. Trump necesita reconstruir sus estrategias en el escenario mundial, luego de concientizarse del declive de su hegemonía. Las ásperas relaciones que mantiene con China, su principal competidor hoy en día, obligaron a la Casa Blanca a concentrarse en mercados fuertes, que le sirvan como nuevas conexiones. 

Türkiye aparece en las conversaciones como posible favorecido de estas nuevas alianzas, pero el premio a la complacencia se lo llevó Siria, que a cambio del levantamiento de sus sanciones renunció a su aura contra-ocupacionista y accedió a establecer relaciones con Israel.

El hada madrina del Estado hebreo

Las últimas semanas, no han sido favorables para las relaciones Trump-Netanyahu. El primer ministro israelí coordinó acciones con el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Mike Waltz, sin consultarle al dueño de casa. Esto provocó la inmediata destitución de Waltz, seguido por una racha de desquites por parte de Trump al sentirse excluido de las decisiones manejadas por Tel Aviv.

El presidente estadounidense, comenzó a establecer conversaciones sobre el programa de uranio de Irán, principal potencia desafiante de Israel en la región. Al mismo tiempo, Washington declaró un cese al fuego con los hutíes en el Mar Rojo, que no contemplaba un resguardo para la entidad sionista; así como inició reuniones con miembros de Hamas para intercambios de prisioneros y un nuevo alto al fuego.

Sin embargo, estas confrontaciones no representan un quiebre entre las relaciones sionistas-estadounidenses. Si bien, llama la atención que el mandatario anglosajón haya prescindido de una visita a Netanyahu durante su gira por Asia Occidental, las presencia norteamericana en la Península ayuda a facilitar el camino hacia la ampliación de los acuerdos de Abraham entre las monarquías del Golfo e Israel, hecho que visibiliza la política de poder blando que aplica el régimen de ocupación a través de Estados Unidos

La varita mágica se prendió cuando la cláusula para el levantamiento de sanciones a Siria, fue la normalización de relaciones entre Damasco e Israel. De esta forma, Trump logró captar en su mano aquel país que tanto le hubiese gustado conseguir a Obama cuando comenzó la guerra de 2011.

Trump reunido con el Príncipe Heredero Saudí y el Presidente de facto de Siria.

Si bien Trump le contestó a un periodista “No les he pedido que lo hagan” cuando este le consultó sobre el tema, sus intenciones fueron claras a la hora de “recomendar” un nuevo inicio en las relaciones diplomáticas entre ambos países asiáticos.

El presidente de facto sirio, Ahmed Al Sharaa, participó de una reunión con Trump en la ciudad saudí de Riad, en la que el lado atlantista acordó quitar aquellas sanciones que había impuesto sobre la Siria de Assad, a fin de facilitar sus acciones comerciales, sus movimientos y la actividad militar. No podemos excluir el papel de Turkiye en este hito, ya que debido a su apoyo constante y estrecha relación con el gobierno dictatorial sirio pudo demostrar su capacidad de controlar a Sharaa en sus acciones diplomáticas.

El líder sirio demostró su gratitud por el levantamiento de las restricciones, y en una reunión en Türkiye entre el ministro de Asuntos Exteriores de Siria y el Secretario de Estado de Estados Unidos, Marcos Rubio, aseguró su predisposición para la normalización de las relaciones con la entidad sionista. 

El nombre previo que utilizaba Sharaa, era Al Golani, una clara referencia a los Altos del Golán sirios, ocupados por Israel en 1967 hasta la actualidad. 

El desprendimiento de su causa exhibe la política de obsesión al poder y romantización de la colonialidad occidental que viene demostrando a lo largo de estos meses en el gobierno. Tal es así, que no se detuvo a proponer que el magnate norteamericano quitara de su lista de entes terroristas a su propio partido, el HTS, una rama desmembrada de Al Qaeda. 

El desarrollo de relaciones entre ambos estados del oeste asiático, sirve más para Siria que para Israel. Al Golani destruyó la institución militar nacional siria (el Ejército Árabe Sirio) y puso en su lugar a militantes yihadistas mal entrenados, que demostraron su falta de preparación en las masacres a las minorías alauitas y drusas que se opusieron al nuevo régimen.

Si el HTS quiere mantener su posición en el gobierno sirio, necesita de los ejércitos israelíes preparados y diseñados para mantener el status quo a costa de masacres y violencia sistematizada: un estilo de milicias que le gustaría a Sharaa. 

Netanyahu ve en Siria un líder débil, que permite la ocupación del sur de sus tierras, objetivo que Israel tiene hace rato para obtener una nueva localización estratégica y que reprime la resistencia, entre ella la resistencia a favor de palestina. 

Encuentros multimillonarios

La gira trumpista por el Golfo tiene como objetivo establecer y reforzar alianzas comerciales en materia petrolífera, de armamento y de tecnologías de última innovación. El presidente necesita un incremento de su economía luego de unos primeros meses de gestión que no fueron tan gratos como lo esperaba, debido a constantes guerras comerciales, subas y bajas de aranceles que modificaron la estructura de su exportación y de un gasto millonario en materia de defensa para Israel y para sí mismos en las aguas del Mar Rojo.

Entre las reuniones se hicieron presentes directores ejecutivos de empresas como Open AI, Amazon y Nvidia. Riad y Abu Dhabi se disponen a cerrar grandes acuerdos con estas empresas, en materia de producción de inteligencia artificial. 

El Reino saudí podría recibir cientos de miles de chips Nvidia para las operaciones de su compañía, Humain, mientras que el fabricante de chips AMD proporcionaría chips para centros de datos.

Humain también recibirá una inversión de 5.000 millones de dólares de Amazon para una zona de inteligencia artificial, tras acuerdos con la empresa Global AI.

El presidente Donald Trump recibe flores junto al presidente de Emiratos Árabes Unidos, el jeque Mohamed bin Zayed Al Nahyan, a su llegada al Aeropuerto Internacional de Abu Dabi el jueves. Brian Snyder/Reuters

De igual forma, Emiratos firmó un acuerdo preliminar con Washington para importar 500.000 de los chips de inteligencia artificial más avanzados de Nvidia al año. Este acuerdo además propone el desarrollo de centros de datos en los diferentes Emiratos, para la producción de inteligencia artificial. 

Qatar por su parte focalizó los encuentros en dos cuestiones principales: el enriquecimiento de su sistema militar y la compra de equipos para una de sus principales empresas, Qatar Airways.

Doha realizó una alianza de seguridad que “fortalece la disuasión regional y beneficia a la base industrial estadounidense” según palabras de sus representantes. Lo cierto es que Qatar se muestra interesado en acelerar las inversiones norteamericanas en materia de defensa, y estrechó convenios que garantizan la compra de un equipo militar avanzado a empresas estadounidenses. Entre el equipamiento, se encuentran acuerdos con la empresa Raytheon, que rubricó un contrato de mil millones de dólares para que Qatar adquiera capacidades anti drones y la compañía General Atomics otro de casi dos mil millones de dólares para el sistema de aeronaves pilotadas remotamente MQ-9B.

Además, pactó la compra del mayor lote de aviones de fuselaje ancho de la historia de Washington, valuada en 96.000 millones de dólares, con la cual adquiere 210 aviones Boeing 787 Dreamliner y 777X equipados con motores GE Aerospace.

Trump se va victorioso y con un puñado de nuevas inversiones que aceleran y refuerzan la economía de su América.
Al mismo tiempo, logra generar una importante presencia entre las principales potencias de la región asiática, afectando la influencia china y rusa, y distanciando a las monarquías árabes de su vecino de Irán, objetivo clave de Israel. 

El territorio se encuentra en fuertes disputas de intereses y la adhesión a alguno de los polos puede redireccionar las relaciones internacionales del mundo. 

Foto de portada: REUTERS – Brian Snyder

Acerca del autor

Gianna Rosciolesi

Técnica en Comunicación Social, Técnica en Relaciones Públicas y Ceremonial, Miembro de la Cátedra de Relaciones Internacionales de la Facultad de Periodismo UNLP, Integrante del equipo de Investigaciones de PIA Global.

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