“Mi momento es ahora”, afirmó el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, quien dijo que lleva 40 años preparándose para disputar la Presidencia de la República en 2024, por lo que dijo no rehuir a las encuestas y confiar en que haya piso parejo rumbo a la elección del candidato de su partido.
En una charla organizada por Expansión, Ebrard consideró que no hay riesgo de fractura al interior de Morena o del propio movimiento para dar continuidad al proyecto del actual gobierno.
«(A menos que) no hubiese respeto a todos los que participamos y que se actuara deliberadamente para inclinar las cosas en favor de alguien. Entonces sí, se pondría en riesgo, pero si no, no veo cómo”, señaló el canciller.
El encargado de la diplomacia mexicana recordó lo sucedido en noviembre de 2011, cuando contendió con el hoy presidente Andrés Manuel López Obrador por la candidatura y donde se salió de él con fortalezas.
“La base de la unidad es que haya una competencia que sea justa como la hubo entre Andrés y yo en el 2011, por eso no hubo problema. Si no hubiera sido algo equilibrado, acordado y transparente, hubiéramos tenido un gran problema en ese momento. Entonces, hay que hacerlo igual. Si es así, yo no veo ninguna dificultad”, señaló Ebrard.
La sucesión adelantada
En torno a la sucesión rumbo al 2024, Ebrard estimó que, aún cuando el presidente López Obrador no hubiera dado el banderazo de salida, seguramente “todo mundo estaría también en el tema”, por lo que la preocupación no debe ser el “tapadismo”, sino que el proceso interno de Morena salga bien.
-¿Cómo se siente a un año del arranque formal del proceso en septiembre del 2023?
–El eje de todo es tu trabajo, los resultados que has hecho, que estás haciendo. He sido hábil, entregado a mis funciones y lo seguiré siendo así. El reto más grande que tuvimos esta administración fue la pandemia. La relación con EU es muy demandante todos los días, pero lo más angustiante que yo viví en esta administración es cómo conseguir las vacunas (contra el covid-19) y traerlas a México y ventiladores, a sabiendas de que se moría gente, todos los días.
Eso fue lo más tremendo. Venturosamente logramos tener, con la dirección del presidente, las vacunas a tiempo. Lo que más tiempo le dediqué de cómo se podía resolver. Entonces, yo te diría: cumplir nuestro trabajo con entusiasmo y servir a la gente, para eso estamos aquí. Sino, para qué estamos.
-¿Hizo bien al país que la sucesión se abriera tan temprano? ¿Qué piensa usted ahora?
–El presidente ha decidido que no haya un proceso de tapadismo, favoritismo, que sea abierto, que sea transparente, que la gente participe. Entonces, también está innovando en eso, es algo nuevo. Suponiendo que no lo hubiese dicho, todo mundo estaría también en el tema, siempre ha pasado. Creo que es interesante el ejercicio que él propone, vamos a procurar que salga todo muy bien.
Esto, luego de que el presidente López Obrador, además de destaparlo como una de las “corcholatas” para el 2024, también incluyó en la lista a la jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum, y al titular de Gobernación, Adán Augusto López. Aún cuando no lo menciona el presidente, el senador, Ricardo Monreal, también se sumó a la lista de presidenciables.
-¿Usted ha dicho que no iría con otro partido en el 2024?
-No, no está en mí ese escenario.
– ¿Se esperaría al 2030?
–No. Yo pensaría. Mira: si ahora tengo la posibilidad de participar, hay que participar en la encuesta, en el movimiento en el que yo estoy participando. Otra cosa, no la veo. No se me hace que sería consistente ahorita Y ya otros plazos, pues ¡imagínate! 30 (2030), ¡sabrá Dios! Es ahorita y, aparte, nos va bien.
–¿Está preparado?
–Sí, llevo 40 años preparándome.
De acuerdo con el canciller Marcelo Ebrard, la llamada «cuarta transformación» se ha encargado de colocar los cimientos de un edificio: “Se han edificado pisos importantes, todos los programas sociales, las nuevas refinerías. Ahora no puedes decir: vamos a cambiar el proyecto del edificio. Hay que continuar la obra para que ese edificio se termine, se culmine”, expresó el canciller.
Además, considera que es necesario consolidar un sistema de salud universal y un polo de desarrollo en torno a la región sur.
“La refinería, el Tren Maya respecto al norte, tienes que hacer una infraestructura, tenemos que elevar el promedio de la educación superior. Hay bastantes cosas que tenemos que hacer y continuar lo que ya se ha hecho”, abundó.
– ¿Cómo conciliar la polarización que existe en el país?
– Yo creo que hay que invitar a todos a que fortalezcamos la siguiente etapa de este proyecto. Finalmente es lo que tenemos que lograr… En cada materia tienes que consolidar cosas, incluir otras y procurar que tengamos ya una ruta sobre otra ruta. La ruta anterior, ya no va a regresar. Hay mucha nostalgia, eso ya se acabó. Estamos en otro mundo.
–A usted no le gustan las etiquetas o encasillamientos, pero también se ha dicho que usted no es de izquierda, que usted más bien es más de centro, es más progresista… ¿Cómo ve esto?
–La izquierda es la búsqueda de una sociedad, para sintetizar, construir estados de bienestar. ¿A dónde queremos llegar? En México el 10% de la población tiene más de la mitad de la riqueza del país. Si lo piensas, Noruega, Dinamarca, son países muy exitosos. Todos los países europeos avanzaron hacia ese modelo, esa idea, esa noción. No es que yo quiera que México sea como Europa, en ningún otro sentido, sino que en esencia vayamos a un estado de bienestar en nuestro país.
¿En dónde se ubica usted?
Nosotros somos una izquierda democrática. Nosotros venimos de esa convicción. Nuestro objetivo principal y por lo cual somos izquierdas es que nuestro propósito esencial es reducir la desigualdad en la sociedad. Que no tengamos la desigualdad en América Latina. Entonces, es una idea de justicia, de equilibrio, de menor diferencia, porque la diferencia es lo que provoca el conflicto, la estabilidad y los problemas que tenemos.
EU, reto diplomático
Para el canciller Ebrard, la relación con el vecino país del norte representa todo un reto diplomático “porque nosotros tenemos una asimetría con EU de 20 a 1. Siendo generosos. Nuestro PIB per cápita hoy no llega al 30% del de los Estados Unidos”.
Detalló que esa situación enfrentó dos visiones en México: la de quienes consideran que nuestro país debe hacer todo lo que pueda para complacer a Estados Unidos, es decir, que “no discutamos nada y prácticamente no tengamos política exterior”.
Y la otra forma de pensar es: “tengamos una integración económica con Estados Unidos, pero todos los días avancemos milimétricamente para que México pueda defender su propia visión de las cosas, su política exterior. Es decir, en la medida que tu tengas tu propia autonomía protegida, en esa medida te va ir mejor. Entonces, estamos ahorita en esa segunda visión”.
Sobre la postura del Gobierno de México de no subordinación y demandar un trato igual con la nación estadounidense, comentó que la posición de nuestro país ha sido muy firme desde el principio de la administración lópezobradorista.
Incluso, en “la negociación del TLC el presidente dijo: no voy aceptar el capítulo de energía como está, hay que sacarlo y metió en cambio, otro artículo o un grupo de artículos que son muy pocos, título ocho, que establecen que México en cualquier momento puede cambiar su Constitución y hacer lo que considere conveniente”.
Eso, abundó Ebrad, “es muy inusual en un tratado, porque los tratados más bien limitan las posibilidades que tienes. Esa posición tan dura llevó a que Estados Unidos dijera Ok, te reconozco ese dato y así quedó establecido (en el tratado comercial)”.
Consultas del T-MEC
Sobre las consultas solicitadas por Estados Unidos y Canadá, en el marco del T-MEC, por desacuerdos con la política energética de México, el titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) dijo que el tema avanza en forma positiva.
“Los paneles los veo positivos como métodos, porque antes no había paneles. Estados Unidos no aceptaba paneles, hasta hace muy poco. En todo el periodo del Tratado de Libre Comercio, que yo recuerde, ha de haber habido uno muy excepcional, que yo recuerde”, destacó.
“Y ahora, añadió, vemos que se está normalizando eso, ¿por qué puede ser positivo? Porque nuestra economía es 21 veces más pequeña que la de Estados Unidos, por consiguiente, es más poderoso Estados Unidos. Entonces, si no se pone de acuerdo contigo, vamos a ir a un fenómeno, a un procedimiento arbitral donde vale lo mismo él que nosotros. Eso es muy importante”.
Se trata, anotó el canciller, de un proceso racional para tratar de llegar a un entendimiento: “¿Cuál es el incentivo? O ganas todo o pierdes todo. Entonces, tu incentivo es: mejor llego a un acuerdo, porque si no, me voy al panel, igual me sale más caro”.
“Yo pensaría que vamos a llegar a un acuerdo en el panel, por esta razón es una medida claramente incompatible con el tratado (comercial)”, enfatizó el diplomático.
Armas y fentanilo
Marcelo Ebrard se refirió también al litigio contra las empresas fabricantes de armas en Estados Unidos, tras la demanda civil que México interpuso en la Corte Federal del Distrito de Boston, Massachusetts, con la que se busca deslindar responsabilidades por los miles de homicidios cometidos en el país.
“Por lo pronto, (la demanda) ya está en la Corte. Estamos por iniciar el proceso, en cuanto la Corte nos señale el inicio del procedimiento”, recordó.
Desde su visión, es importante que el presidente Joe Biden también se refiera al tema del tráfico de armas: “Vemos una coincidencia con el presidente Biden. Tenemos procuradores de 26 entidades federativas y un número también muy elevado, casi 30, de fiscales de Distrito. Entonces ese es un apoyo muy grande a la demanda que hemos presentado”.
“Hay una coincidencia entre lo que estamos planteando nosotros (México) y lo que el presidente Biden está planteando en Estados Unidos. Nada más que nosotros ahora somos parte del proceso jurídico que puede llevar a cambiar las cosas, vía la Corte.
“Es la primera vez que un presidente de Estados Unidos –no es cosa menor- dice: tenemos que detener el tráfico de armas en México. Eso quizá se ha dicho en otras reuniones, pero no en este contexto de corresponsabilidad entre México y Estados Unidos”, consideró.
En el tema del fentanilo, un opioide sintético que es 50 veces más potente que la heroína y 100 veces más que la morfina, comentó que actualmente representa una pandemia que está generando muchísimas muertes en nuestro país y en otras naciones.
“Culpar a México de eso, es absolutamente inaceptable. México no tiene nada que ver con eso. Estados Unidos se dio cuenta de esto y prohibió el fentanilo”, destacó, al dejar claro que el país no se ha quedado cruzado de brazos, por lo que el presidente López Obrador, ordenó que la Secretaría de Marina tome control de los puertos hacia el Pacífico para impedir que lleguen los precursores al país.
Sin embargo, reconoció que se trata de una tarea compleja, porque hay precursores que necesitan varias industrias.“No es tan simple”.
México mira hacia el Sur
En relación a la política de México hacia el sur, refirió que la administración del presidente López Obrador ha hecho un cambio muy drástico en su política hacia América Latina y el Caribe.
“Para empezar, no existía esa prioridad, ahora sí. Nosotros pensamos en sentido contrario, es decir, México es parte de América Latina y el Caribe, por lo que debe estar ahí. Estamos presentes, estamos impulsando la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC)”.
De igual forma, “fuimos por Evo Morales (a Bolivia, en noviembre de 2019) cuando se dio este intento de golpe de estado; estaba en peligro su vida. Estamos en los diálogos de Venezuela presentes. Tenemos un muy diálogo con Cuba y tratamos de ver qué posibilidades hay de que la muy difícil situación que tienen se pueda mejorar. En fin, México está muy presente en la región y lo vamos a seguir estando”, externó.
*Guadalupe Vallejo es periodista de Expansión Mx, donde fue publicado originalmente este artículo.