Marco Riquelme dirigente del MPMR, proviene de una familia de Tocopilla al norte de Chile. Cuando ocurre el golpe militar de 1973, con 12 años, ya era militante de las Juventudes Comunistas.
Junto a su familia sufrió la represión golpista. En Antofagasta en octubre del año 1973, su abuelo, José Boeslindo García Berrios fue fusilado por la caravana de la muerte, su madre Humilde García, fue detenida y relegada a Quilpué en el año 1974, el padre debió pasar a la clandestinidad, pero fue detenido el año 75 por investigaciones y entregado a la DINA que lo trasladó al centro de tortura y prisión secreta de Villa Grimaldi, recobró la libertad, pero la CNI lo capturó nuevamente el año 87.
Marco desde el año 83 conformó el Frente Patriótico Manuel Rodríguez. Entre 1988 y 1990 estuvo preso, pero huyó de la cárcel pública, por un largo túnel de más de 100 metros con otros 49 compañeros. Fue recapturado en 1991, cuando Pinochet ya no estaba en el gobierno, permaneciendo solo tres meses en la cárcel para salir en libertad, y continuar la lucha organizando el Movimiento Patriótico Manuel Rodríguez (MPMR).
Su incansable lucha por los derechos humanos y la libertad de los presos políticos en un país que ha criminalizado la protesta social es constante y su mirada internacionalista le da un sentido profundo a las reflexiones que elabora al calor del combate cotidiano.
Situación de Chile
En Chile, como respuesta a las incesantes movilizaciones populares iniciadas en 2019 se realizan elecciones de representantes ante la Convención Constituyente, una convocatoria que venía maniatada por una disposición que establecía que toda modificación de algún articulado preexistente o la incorporación de nuevos artículos, debía contar con la aprobación de 2/3 de los convencionales.
El oficialismo confiaba en alcanzar 1/3 de convencionales para tener poder de veto. Pero eso no sucedió. Solo obtuvo 37 de los 52 que necesitaba. La Convención, por lo tanto, podrá funcionar sin esa atadura.
También hubo elecciones de gobernadores regionales: dos fueron ganadas por el centro-izquierda y una por la izquierda; las restantes 14 van a segunda vuelta. Y el Partido Comunista obtuvo las alcaldías de Santiago y Viña del Mar, entre otras.
Como marco sobresaliente resaltan la crisis institucional y económica generada por la pandemia del Covid-19 y la situación de las víctimas de la represión y los presos políticos; la grave desigualdad, la situación de la educación y el conflicto desatado en torno a la administradora de fondo de pensiones y en medio de todo esto una formidable movilización popular que empuja a las fuerzas política a resolver los históricos problemas que asfixian a los sectores más vulnerables de la sociedad.
Riquelme entiende este fenómeno y apunta a la construcción de herramientas que surjan desde los principios fundamentales de los reclamos populares y que no excluyan la participación de las masas movilizadas volviéndolas actores secundarios en una discusión superestructural de aparatos, que, a su entender, perdieron la brújula que orienta hacia la revolución.
En un pasaje de su intervención nos señala “ Podríamos decir que lo que ocurre hoy en día, sin nosotros estar en contra de que la gente se haya ido a manifestar y haya ido a votar y todo eso; lo que ocurre hoy, es la salida que determino la oligarquía, para entregar algunas cosas que permitiesen descomprimir las ansias que tenia el pueblo por deshacerse de una vez por todas de esta gente, no digo que el pueblo estaba pensando en una revolución, pero se manifestaba por una Asamblea Constituyente soberana y originaria; se manifestaba por la renacionalización de los recursos naturales; se manifestaba por el fin de la corrupción; la disolución de Carabineros de Chile; la disolución de los aparatos represivos, o sea, hay una serie de transformaciones profundas que la oligarquía o la burguesía no pueden permitir y por lo tanto el pacto con aquellos que siempre traicionaron la lucha de los pueblos, buscaron esta salida que hay hasta el momento”
Con claridad meridiana el dirigente del Movimiento Patriótico Manuel Rodríguez se refiere al valor que le imprime a la lucha popular la exigencia por la libertad de los presxs políticos, caracterizándola como innegociable y de rigor inmediato “Aquí estamos en estos momentos en una lucha por la libertad de los y las prexos políticos, esta campaña al igual que todas las cosas que hace el movimiento popular se ha tratado de dividir, algunos piden indulto, y nosotros levantamos la consigna libertad inmediata y sin condiciones de las y los prexos políticos; porque para las organizaciones populares y revolucionarias, no hay otra alternativa que pedir la libertad inmediata de nuestros hermanos, porque nosotros y nosotras, no podemos condicionar de la forma en que salgan, son nuestros luchadores, entonces no queremos una victimización, uno tiene que asumir la condición de preso político cuando está, no necesitamos que la institucionalidad digan que son presos políticos”.