Análisis del equipo de PIA Global Nuestra América

La derecha viene por la revancha

Escrito Por Oscar Rotundo

Oscar Rotundo.
Está demostrado que los proyectos de las derechas, en cualquier país del mundo y más aún, ante los desafíos que genera la crisis del capitalismo, solo pueden ser excluyentes, represivos y saqueadores.

Solo a través de la narcotización de los sectores populares de la sociedad mediante el engaño y la fascinación generada por los multimedios de información mercenarios a su servicio, se puede hacer creer a la víctima que el sacrificio es necesario.

El bombardeo constante de mentiras o medias verdades manipuladas, difundidas vertiginosamente por las redes sociales y los medios de información, tienen como objetivo que cada cuatro o seis años los votantes ya estén persuadidos de a quien o quienes no deben elegir.

Para tal fin se requiere de organización y una de las tantas organizaciones que la derecha tiene para seguir manteniendo su poder mundial a través de gobiernos encuadrados en la democracia liberal, realizó una nueva reunión en México a la cual congregó a una serie de activos seguidores de ese delirio neofascista que observamos en distintos países de la región.

La Conferencia Política de Acción Conservadora (Conservative Political Action Conference), CPAC, se realizó justamente por primera vez en México en noviembre de 2022, en un país gobernado por lo que esta gente considera un “Socialista o comunista”, de acuerdo al grado de manipulación que desee utilizar el portavoz.

Este evento tiene como referencia la organizada por la Unión Conservadora Estadounidense, en 1974, momento en el que Ronald Reagan pronunciara el discurso inaugural. Desde aquella ocasión se vienen organizando versiones internacionales de CPAC, habiéndose realizado ya en Australia, Brasil, Hungría, Japón y Corea del Sur.

En México, el actor Eduardo Verástegui, presidente de la CPAC y ferviente seguidor de Donald Trump, caracterizó en una parte de su discurso de bienvenida ante los participantes que, “En estos últimos años, gobiernos socialistas han tomado control de Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Honduras, México (sí, de nuestro querido México), Perú y, por supuesto, Venezuela, Cuba y Nicaragua. Y, hace apenas unas semanas, el izquierdista Lula, el mismo que, junto a Fidel Castro, fundó el Foro de Sao Pablo para exportar la revolución socialista a toda la región, quiere agregar a Brasil al bloque de países donde reina el régimen”.

Después de este relato inicial, podemos imaginarnos la agenda, pero los ponentes que continuarán en esa línea, ya no serán personajes como este outsider de la política, émulo del ucraniano Zelenski.

El evento fue inaugurado por el Premio Nobel de la Paz 1983 y ex -presidente de Polonia Lech Walesa quien hizo gala de su furibundo anticomunismo, sin hacer ni una mueca sobre el crecimiento criminal del fascismo en su tierra.

A Walesa le siguieron; Javier Milei (economista argentino), Luis Fernando Camacho (gobernador de Santa Cruz, Bolivia); el senador Ted Cruz, Miklos Lucacks (peruano experto en bioconservadurismo), el húngaro Miklos Szanto, el diputado brasileño Eduardo Bolsonaro; , el líder de Vox Santiago Abascal; el candidato a la presidencia de Francia Eric Zemour; el eurodiputado francés Jean-Li Lacapelle; y en línea, el presidente de Guatemala, Alejandro Giammattei; el chileno José Antonio Kast, y Steve Bannon (ex asesor de Donald Trump), entre otros.

Javier Milei

El diputado nacional argentino, Javier Milei de “La Libertad Avanza”, asiduo concurrente a los eventos convocados por esta organización, en parte de su discurso denunció que el Grupo de Puebla quiere alcanzar una «Unión Soviética latinoamericana» y también hablo de la existencia de un «marxismo cultural«.

Manifestó que este “Grupo» trabaja para construir una “Unión Soviética latinoamericana», con una agenda basada fundamentalmente en la “batalla cultural” para meterse dentro del Estado y “contaminar las distintas áreas” y “conseguir recursos”.

Luego, se complica en explicaciones para demostrar que la izquierda pretende controlar y hegemonizar al Estado y comenzar con las expropiaciones, regulaciones y con el avance sobre la propiedad privada y los mercados, como en Venezuela, y que la única alternativa al «Neomarxismo o en términos políticos, el marxismo cultural», es que gane un “libertario de verdad”.

Mas allá de los disparates que uno pueda destacar de las intervenciones del diputado, lo interesante y preocupante es que ese evento forma parte de una de las plataformas con las que el imperialismo articula sus políticas destituyentes y golpistas, fundamentalmente bajo el impulso del ala radical de los republicanos de Estados Unidos que se ha destacado por su aporte en diversos atentados realizados por las oposiciones terroristas, contra Cuba, Nicaragua y Venezuela.

Como se ha denunciado en varias oportunidades, estos sectores anclados en Miami cuentan con recursos provenientes de los fondos reservados para, de diversas maneras, generar la desestabilización de los gobiernos que rechazan las políticas injerencistas de EE.UU y así como le dan vida a este tipo de reuniones, pueden propiciar el reconocimiento a un pelele como Juan Guaido autoproclamado “presidente interino de Venezuela”, o apoyar la formación de paramilitares y mercenarios para atentar contra el gobierno de Daniel Ortega en Nicaragua o de Díaz Canel en Cuba, o provocar eventos violentos en la frontera que comparten Colombia y Venezuela o reclutar paramilitares para asesinar al presidente de Haití Jovenel Moïse.

200 años de la aparición de la “Doctrina Monroe” (1823-2023)

Nada pacifico existe en el trasfondo de estas reuniones que en Nombre de la “libertad” y la “Democracia” reúnen a los sectores más oscurantistas y violentos de la sociedad y de la política imperialista justo en vísperas de cumplirse 200 años de la aparición de la “Doctrina Monroe” (1823-2023)

Ya no es un secreto que la gente que intentó consumar el magnicidio contra la ex presidenta Cristina Fernández, tiene algún tipo de afinidad o relación, con el diputado Milei, o con su arenga antiperonista, pero no solo eso, este individuo también tiene una fuerte vinculación con la ex ministra de seguridad Patricia Bullrich y el ex presidente Mauricio Macri, ambos relacionados en una causa judicial por el contrabando de municiones desde Argentina a las fuerzas golpistas que derrocaron al presidente constitucional de Bolivia Evo Morales en 2019.

Como no podía ser de otra manera quien también intervino en el evento fue Luis Fernando Camacho, Gobernador de Santa Cruz, secesionista y golpista consecuente, que mantiene en vilo al Estado Plurinacional de Bolivia, generando muertes y quebrantos económicos al Estado, mediante el mantenimiento de un paro indefinido a causa de la aprobación del Censo de población y vivienda que no satisface sus planes políticos, o para comprenderlo mejor, por ver esta circunstancia ya superada, como una ventana de oportunidad para arremeter contra el gobierno democrático de Lucho Arce.

También participó Eduardo Bolsonaro que acusó a la izquierda de haber robado las elecciones del país y de haber sacado a Lula de la cárcel por connivencias con los jueces, un discurso que tiene el sello republicano trumpista, y que estuviera en consonancia con lo expresado por video conferencia por Steve Bannon.

Este argumento del robo en las urnas ya lo hemos escuchado en boca de Keiko Fujimori en Perú, antes de comenzar el camino destituyente al presidente Pedro Castillo, en el reclamo a Evo Morales antes de poner en marcha el golpe de Estado que lo desalojara del poder y entre los argumentos de Donald Trump al perder con Biden, para movilizar a sus simpatizantes hacia la toma del Capitolio en enero de 2021.

Mas allá de las febriles caracterizaciones de esta compleja derecha sobre las políticas y orientaciones de los gobiernos a los que cataloga como “socialistas”, la arquitectura desplegada por estos sectores extremos ha concitado la expectativa de algunos jóvenes que los perciben como anti-sistémicos, y de quienes durante años han sido influenciados por el discurso oportunista y manipulador de los grandes aparatos de información y entretenimiento.

El crecimiento electoral de la derecha trasciende, si están o no en el gobierno, pues además del cierto apoyo popular cuentan con el apoyo de poderes fácticos que condicionan la gobernabilidad y la concreción de los proyectos soberanistas que posibiliten la satisfacción de los intereses colectivos y fundamentalmente de los sectores más vulnerables de la sociedad.

La derecha puede perder en el terreno electoral parte de la gobernabilidad del Estado, pero eso no significa que haya sido derrotada estratégicamente. Mientras los sectores concentrados de la economía sigan obteniendo frondosos beneficios, mientras los recursos naturales sigan bajo la explotación y el usufructo de las empresas transnacionales, mientras siga habiendo impunidad con los grandes evasores y saqueadores del patrimonio nacional, y mientras la embajada norteamericana y sus aliadas ejerzan influencia política sobre los gobiernos encuadrados en lo que se denomina “progresismo”, esta derecha, agazapada, seguirá horadando la democracia.

Todas las expresiones de derecha, más allá de la caricatura con la que se presenten ante la sociedad, sirven al mismo propósito, mantener los privilegios de las grandes fortunas y dividir a los sectores populares para manipular los destinos del país.

Es por ello que no se pueden dejar pasar las expresiones de violencia de estos energúmenos en donde los sectores populares han podido obtener algún tipo de victoria y hay que cerrar filas para que los poderes fácticos que los protegen, sean desarticulados mediante decisiones políticas que preserven la soberanía popular.

Con su discurso polarizador, basado en consignas abstractas como “la Libertad”, “La Lucha contra la corrupción”, “la Democracia”, “la seguridad”, la derecha contestataria, llena de palabras sin contenido el escenario político, para poder encaramarse en el gobierno y desde allí aplicar con represión sus planes impresentables.

Nunca se van a hacer cargo del saqueo a los Estados mediante la fuga de capitales o los endeudamientos criminales que dejan tras su paso por la administración estatal; nunca se van a hacer cargo de las sobre facturaciones y de la cadena de corrupción con la que se enriquecen cuando están en el gobierno, solo bajan el perfil, se encubren tras las mamparas de la complicidad que sobrevive a las democracias y luego, cuando son oposición, con la indolencia e hipocresía que los caracteriza, se plantan con su dedo acusador a difamar a sus adversarios amparados por los medios de información que forman parte de la misma trama perversa que actúa contra los intereses populares.

Hoy, el pueblo y fundamentalmente la militancia, ha podido vivenciar el despliegue que ha hecho la derecha en nuestra América, para ahogar nuevamente nuestros intereses y nuestro porvenir mediante el lawfare, la traición, la prepotencia militar y la complicidad de los organismos internacionales que con su manto de impunidad dejan hacer a los golpistas y delincuentes de guante blanco.

Estamos ante una nueva oportunidad para derrotar este reposicionamiento, este redespliegue de la derecha en la región y no podemos dejar de dar batalla en todos los terrenos para evitar que se profundice la desigualdad, el desamparo y el saqueo de nuestros recursos.

Con unidad, solidaridad y convicción, recogiendo el ejemplo de nuestros mártires y consagrando en la lucha política los valores históricos que nos hacen diferentes a la lacra decadente y oportunista de la derecha sea cual sea su expresión, podremos alcanzar la victoria para consolidar un futuro de equidad y justicia social, para esta y las próximas generaciones.

Oscar Rotundo* Analista político y editor del equipo de Periodismo Internacional Alternativo PIA Global. Twitter: @Rotundorotundo

Imagen de portada: Postal de CAUR Comités de acción para la universalidad de Roma/https://aldescubierto.org/

Acerca del autor

Oscar Rotundo

Analista político y editor del equipo de Periodismo Internacional Alternativo PIA Global Miembro del consejo editorial de la Revista "PUEBLO EN ARMAS", del CENTRO DE ESTUDIOS E INVESTIGACIONES DE LAS RELACIONES CÍVICO-MILITARES (FUNDAPAS)" República Bolivariana de Venezuela

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