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La consulta popular en Túnez plantea más interrogantes que respuestas

Por PIA Global.-
Presentado como uno de los grandes proyectos del presidente tunecino Kais Said, la llamada «consulta popular» una encuesta digital lanzada para recolectar las preocupaciones y propuestas ciudadanas concluye este domingo sin haber movilizado apenas al 5% del electorado.

Desde su lanzamiento dos meses antes, sólo han participado cerca de 508.000 personas de un total de ocho millones. Unas cifras que están lejos de los tres millones que esperaban las autoridades pese a la multitud de incentivos: reducir la edad mínima de 18 a 16 años, permitir de manera excepcional la participación de los miembros del Ejército, distribuir ordenadores en los centros de jóvenes repartidos por todo el país e incluso la gratuidad de internet durante casi una semana.

La ONG local IWatch, especializada en la lucha contra la corrupción, denuncia el uso indebido de los recursos del Estado, la violación de la protección de datos personales así como la opacidad en torno al presupuesto público.

Este cuestionario, formado por una treintena de preguntas sobre seis temáticas diferentes- política, calidad de vida, economía, desarrollo sostenible, asuntos sociales y educación y cultura- plantea dudas como: ¿cuáles son los problemas más importantes a los que se enfrenta tu familia? o ¿qué régimen político prefieres?

«Si las calles están en mal estado, si hay un problema con la recogida de basuras, si no hay harina, arroz, pasta… Yo no voy a plantearme si en un régimen presidencialista esto hubiera sido mejor», explica la investigadora Yasmine Wardi Akrimi.

Tras esta primera fase de la hoja de ruta anunciada el pasado diciembre, Said formará un comité de expertos que deberá sintetizar los resultados y proponer reformas para sustituir la constitución de 2014 a través de un referéndum el primero en la historia de Túnez previsto el 25 de julio.

Como colofón a este año electoral, el 17 de diciembre fecha bautizada por el mandatario como el inicio de la «verdadera» revolución tendrán lugar las elecciones legislativas anticipadas.

Sin embargo, apunta Akrimi, no existe ninguna garantía de que se respete dicho calendario en ausencia de contrapoderes después de que el dirigente declarase el pasado 25 de julio el Estado de excepción y se arrogase plenos poderes para «salvaguardar la paz social».

«Cuando uno introduce una papeleta en una urna sabe lo que está haciendo pero aquí no sé quiénes son los expertos y qué van a hacer. No es un rechazo a la consulta sino a este tipo de modalidad que es ridícula y que carece de transparencia», relata Hatem Bourial, animador cultural.

Para este intelectual, el jefe del Estado trata de suplantar el diálogo nacional entre los diferentes actores- partidos políticos, sindicatos, patronal y sociedad civil como el que tuvo lugar en 2013 y que obtuvo el Premio Nobel de la Paz por su papel de mediador en la crisis política que paralizó el país al poco de arrancar la transición democrática.

Si aceptara esta iniciativa, apunta Bourial, implicaría el reconocimiento de ciertos partidos principalmente del islamista Ennahda, vencedor de las elecciones de 2019 «a lo que él se niega y que trae a la memoria el antiguo régimen».

Desde su llegada al poder a finales de 2019, este profesor de derechos constitucional ha mostrado su rechazo al sistema de partidos, que considera caduco y corrupto, y aboga por una democracia directa.

Una propuesta que terminó por convencer a Nahla Aschi Jelalia, una antigua funcionaria reconvertida en consultora, pese a que no había votado por él porque su discurso se le antojaba «populista».

Tras militar en el partido Nidaa Tounes una de los 230 formaciones existentes Jelalia se desilusionó por las eternas promesas incumplidas y al comprobar que sus compañeros de filas se movían por intereses personales.

Instalar un Estado de derecho, hacer de la administración un ejemplo de transparencia, modernizar el país y luchar contra la corrupción son las aspiraciones que Said encarna y por el que se inclina para votar por un régimen presidencialista, defiende esta madre de dos adolescentes que también han participado para «cumplir con su obligación como ciudadanos».

La consulta delega una gran responsabilidad en los ciudadanos, al tiempo que carece de pedagogía sobre las nociones que plantea pero sobre todo, insiste la analista, desvía la atención del peligro que supone la crisis económica a la que se enfrenta el país, que negocia un nuevo crédito con el Fondo Monetario Internacional (FMI), el cuarto en la última década y salvavidas ante una inminente bancarrota.

El escenario post-electoral tampoco deja espacio para el optimismo, asegura el doctorando en Ciencias Políticas. «Sabemos que el referendum es un voto sobre la persona así que será un voto sobre la legitimidad de Said. ¿Y si sale no? ¿Y si la participación vuelve a ser baja? En cuanto concluya la hoja de ruta volveremos a la inestabilidad política», advierte Akrimi.

El presidente tunecino Kais Saied, es jurista y profesor de derecho constitucional

Miles de tunecinos protestan contra el presidente Saied

Miles de tunecinos se manifestaron en la capital el domingo, día de la independencia del país, para protestar contra el presidente Kais Saied y las consultas sobre las reformas constitucionales propuestas por él.

Los manifestantes gritaron «el pueblo quiere derrocar al presidente» y «no a las consultas», según reporteros presentes en el lugar. La manifestación fue organizada por el partido Ennahdha, de inspiración islamista, y un movimiento denominado «Ciudadanos contra el golpe».

Es la última de una serie de manifestaciones en el país del norte de África desde que Saied tomó una serie de poderes después de destituir al gobierno y congelar el parlamento el 25 de julio.

Los críticos han calificado la medida como un «golpe» y los grupos de derechos han advertido que el país, visto como la única democracia que emerge de las protestas de la Primavera Árabe, se está deslizando hacia la autocracia.

Los manifestantes marcharon frente al parlamento en el barrio Bardo de Túnez, muchos ondeando banderas nacionales, pero un gran despliegue policial les bloqueó el paso. «No aceptaremos los resultados de la consulta, esta farsa contra el pueblo», dijo a la multitud Samira Chaouachi, vicepresidenta del parlamento congelado.

El domingo marcó el último día de una encuesta en línea lanzada por Saied en enero en un proceso para ayudar a reescribir la constitución del país, y los resultados se presentarán a un comité de expertos.

Hasta el momento, solo han participado 508.000 personas, alrededor del siete por ciento de los siete millones de votantes elegibles, según las estadísticas oficiales.

Un referéndum sobre las reformas constitucionales, que Saied espera reforzará su autoridad, está programado para julio, exactamente un año después de su toma del poder, con elecciones parlamentarias programadas para diciembre. «Nuestras condolencias por la constitución, presidente Saied», corearon los manifestantes el domingo, burlándose de la baja participación.

Saied había atribuido la baja participación a «obstáculos técnicos» e «intentos del antiguo sistema de abortar este experimento», en una aparente referencia a sus archirrivales Ennahdha.

Los manifestantes también pidieron la liberación del ex jefe del colegio de abogados, Abderrazek Kilani, detenido a principios de marzo por orden de un tribunal militar acusado de «perturbar el orden público con la intención de obstruir la aplicación de la ley».

Kilani es miembro del comité de defensa del exministro de justicia y figura principal de Ennahdha, Noureddine Bhiri, quien ha estado bajo arresto domiciliario desde diciembre.