Nuestra América

La Argentina en un mundo en transformación

Por Fernando Gomez*. – Detrás de las pantallas que exhiben el distópico escenario político argentino, hay un mundo que está atravesado por tensiones y conflictos que por su dimensión alertan sobre transformaciones profundas cuyas aristas apenas pueden vislumbrarse.

Abramos la mirilla apenas para tomar algunas instantáneas:

En Estados Unidos, como preludio de la crisis sistémica detonará en las elecciones presidenciales de este año, se está a punto de vencer un ultimátum político lanzado por el Estado Federal al supuesto cargo de Joe Biden al gobierno del Estado de Texas, gobernado por el republicano Greg Abbot, nacido por tensiones internas sobre la militarización de la frontera con México.

La amenaza que se esconde detrás del ultimátum implica un eventual enfrentamiento militar entre las fuerzas federales del Estado central y las fuerzas militares de la Guardia Nacional de Texas. Aunque esto no termine sucediendo, el anticipo de la guerra civil que hasta Hollywood empieza a imaginar las películas, sigue oscureciendo el futuro de los propietarios y defensores de una democracia “estilo occidental” que hace agua hasta en el territorio donde se fabrica y comercializa como excusa de intervención en el mundo.

La crisis del sistema democrático, acartonado, liberalizado y vacío, promovido por Estados Unidos y tomado como ordenamiento sagrado en Occidente durante décadas, es apenas el testimonio del declino geopolítico de quien lograra consolidar un tiempo de unipolaridad indiscutida en el diseño de la subordinación política, económica, financiera y social del mundo entero hasta hace algunos años.

Supura el veneno de esa crisis en la reciente decisión abrumadoramente mayoritaria tomada por el Tribunal Internacional de Justicia de dictaminar que existen suficientes pruebas “para concluir que al menos algunas” de las acusaciones de genocidio de Sudáfrica contra Israel “son plausibles”.  “El histórico fallo arroja más presión no solo sobre Tel Aviv, sino sobre aliados como Estados Unidos o la Unión Europea” señalan desde medios europeos.

Israel asiste a un retroceso histórico. En plena ofensiva por imponer el relato de la necesaria condena por genocidio a Hamas para cubrir el rastro de sus crímenes, en medio del silenciamiento en occidente de todo rastro de la masacre de niños y niñas en Palestina que conmoverían el mínimo fundamento de la moralina democrática occidental, sufre un cachetazo en fecha, tiempo y lugar que jamás hubiera imaginado.

La decisión tiene lugar cuando en Europa y Estados Unidos, empiezan a utilizar lenguaje cruzado con los genocidas israelíes, al instalar la necesaria discusión de la solución de “los dos Estados”.

Mientras el declino de la alianza Israel, Estados Unidos y una Unión Europea que se niega a reconocer el fracaso total de la aventura en Ucrania, y asiste con preocupación a las elecciones comunitarias que lo esperan durante un 2024 en el que todo apuesta por empeorar, se procesa en una pesada coyuntura pletórica de malas noticias para el tándem otrora hegemónico; en África se respira un tiempo de profundos, complejos y aún dolorosos cambios.

En Uganda se reunieron 24 jefes de Estado y Gobierno del Movimiento de Países No Alineados, en el que el su presidente Yoweri Museveni fue designado jefe de turno del movimiento que desarrolló su XIX cumbre. Además, Museveni, preside el G77 más China, el grupo de articulación geopolítica más nutrido en el que el objetivo de la integración Sur-Sur tiene agenda prioritaria.

Museveni cargó duro contra “los matones europeos” y destacó el llamamiento a la unidad de la organización para evitar caer en los mismos errores que cometieron los líderes de los pueblos de África durante la colonización europea, cuyo “egoísmo” no les permitió unirse para luchar juntos.

La cumbre reunió en la capital ugandesa a 24 jefes de Estado y Gobierno, sobre todo de África, además, estuvieron presentes el vicepresidente de Cuba, Salvador Valdés, y los ministros de Asuntos Exteriores de Colombia, Álvaro Leyva; Venezuela, Yván Gil; Nicaragua, Denis Moncada; y Bolivia, Celinda Sosa, entre otros. Antonio Guterres, Secretario General de la ONU también se hizo presente, alertó sobre Medio Oriente y condenó “La negativa reiterada a aceptar la solución de dos Estados para israelíes y palestinos” diciendo que “es totalmente inaceptable”.

En Yemen las tropas de Estados Unidos y Gran Bretaña se dieron un golpazo en el Mar Rojo y el Golfo de Adén, cristalizando debilidad en un mundo que observa sus actos como los estertores prepotentes de un imperio en decadencia.

Todo eso sucedió en la última mitad de los 24 días que contamos de éste 2024. La velocidad de los acontecimientos y la agenda inevitable del año que nos enfrentamos, nos auguran tiempos globales en conflicto, en el que se gestan profundas transformaciones y en las que Nuestra América atravesará entre las tensiones de intervención geopolítica de Estados Unidos y las propuestas de rearticulación regional para hacer nacer un polo de poder en éste concierto de multipolaridad que asoma en el horizonte.

Ecuador y un estado de excepción fortalecido por el Comando Sur de Estados Unidos que promueve intervención y cesión de soberanía para defenderse de bandas criminales de baja intensidad; Perú y su fallida democracia, se orientan como pistas actuales de un futuro post democrático. En Venezuela se saldan cuentas de los intentos de magnicidio que sufriera Nicolás Maduro durante el 2023 y se ordena la detención de una agente de la CIA que había mascarado su intervención como periodista de InfoBae.

Apenas una nota hace cinco días, un reflejo en un puñado de medios corporativos locales y un comunicado de la SIP, para justificar lo injustificable. Un medio periodístico que se nutre de la agenda informativa de las pretensiones geopolíticas norteamericanas, y contando en la nómina con una presunta agente de la CIA que habría participado de un intento de magnicidio de Nicolás Maduro.

Mientras tanto, en nuestra tierra, Infobae intenta naturalizar a un presidente como Javier Milei que exhibe su fragilidad mental en forma inocultable mientras los grupos económicos imponen condiciones de sorprendente radicalidad ideológica para asegurarse la imposición de una profunda apropiación económica de nuestros bienes comunes, su subordinación a los intereses geopolíticos del imperio en decadencia y un programa de miseria planificada que amenaza con condenar a las mayorías populares a un ciclo de peligrosa oscuridad.

En un mundo que ofrece postales diametralmente opuestas a las que podía acercarnos hace apenas unos años, la intervención geopolítica de los grupos económicos en nuestro país, amenaza con imponernos las condiciones del bando que sacó todos los números para ver consumada una derrota en el corto aliento.

Por lo pronto, el paro del 24 de enero fue la primera línea roja que trazó nuestro Pueblo en el suelo de nuestra Patria, que sigue teniendo un destino de grandeza en su horizonte y cristalizó un pedazo de voluntad popular, que sigue aspirando conquistar un destino de felicidad.

Fernando Gomez* Peronista y militante del @EncPatriotico Editor en@InfoNativaOk Vicepresidente de la Federación de Diarios y Cominicadores Cooperativos (Fadiccra)

Este artículo fue publicado originalmente en el portal InfoNativa

Foto de portada: noticiasdelmomento.com/

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