Este domingo 25 de septiembre, las y los ciudadanos italianos elegirán 400 diputados y 200 senadores para conformar el nuevo Parlamento de la República. Luego, en función de las mayorías obtenidas en el Parlamento, se decidirá quién ocupará el cargo de primer ministro.
El primer ministro, es decir, el jefe de gobierno, no es elegido por su ciudadanos a través de voto directo. El presidente italiano, Sergio Mattarella nominará a la nueva o nuevo primer ministro, que no necesariamente tiene que ser quien encabece la lista del partido con mayor número de votos. Ese candidato o candidata necesita el apoyo de 201 diputados y 101 senadores para lograr un nuevo gobierno y mantenerlo en el tiempo. Sólo un primer ministro logró llegar al final de su mandato: Silvio Berlusconi.
Quien gane, se convertirá en el cuarto gobierno italiano en menos de cinco años.
Se tratan de elecciones generales anticipadas luego de que Mario Draghi dimitiera el 21 de julio y el presidente decidiera disolver ambas cámaras del Parlamento y llamar nuevamente a elecciones.
Como analizamos en ese momento, junto a Federico Larsen*, Draghi, un técnico, economista, ex presidente del Banco Central Europeo, que no pertenece a ningún partido político, visto como ‘el salvador del Euro’ por varios europeos, “representó durante un periodo muy largo la esperanza, en un sector muy amplio del pueblo italiano, de que finalmente se había encontrado algún tipo de estabilidad en la política italiana. Todos estaban de acuerdo, todos votaban a favor (el único partido que estaba por fuera era Fratelli d’Italia, un partido de extrema derecha) se había mostrado un intento de armonía, que en Italia no existía desde hacía muchísimos años, de consenso interno en la política”.
No obstante, el gobierno de Draghi comenzó a atravesar una serie de situaciones que desde lo político fueron desgastando a los partidos políticos que sostenían su gobierno. En la reciente entrevista a Larsen, el analista explicó los dos momentos claves para comprender ese desgaste.
De esa manera, la esperanza de estabilidad en el gobierno italiano se desvaneció y se concretó el enésimo papelón italiano.
En su podcast “La Vía”, el especialista Larsen explica que “desde la primera elección democrática realizada en Italia tras la Segunda Guerra Mundial, es decir, el 2 de junio de 1946, hasta el día de hoy, en Roma asumieron 67 gobiernos diferentes. Eso nos da, un cambio de gobierno cada 422 días, es decir, un año y dos meses”. Además, desde las últimas elecciones en 2018, Italia tuvo 3 gobiernos diferentes. Dos con Giuseppe Conte y uno con Draghi.
Por lo que el analista concluye, que la caída del gobierno de Draghi, “lejos de ser algo excepcional, es pura normalidad en un sistema político como el de Italia”.
Sistema electoral italiano
Italia es una República Parlamentaria. Cuenta con un jefe de Gobierno, el primer ministro (nombrado por el presidente), y con un jefe de Estado, el presidente.
En las últimas elecciones en 2018, Italia comenzó a utilizar un nuevo sistema electoral nombrado ‘Rosatellum’, que consiste en un procedimiento de doble reparto de escaños. El objetivo es favorecer el establecimiento de coaliciones y a los partidos con mayor expansión territorial.
Además, este año, la ley incorporó modificaciones que incluyen, por un lado, que las personas menores de 25 años puedan votar tanto a diputados como a senadores (antes sólo podían elegir diputados); por otro lado, se eligen menos cantidad de parlamentarios, este año serán 400 diputados (antes 630), y 200 senadores (antes 315).
El sistema de doble reparto significa que los y las ciudadanas votarán en dos elecciones concurrentes con dos sistemas electorales diferentes.
- El 36% de los escaños se deciden de acuerdo al escrutinio mayoritario uninominal (first-past-the-post), es decir, cada elector elige a un único candidato y el ganador se designa de acuerdo a quien recibe el mayor número de votos.
- El 61% se elige mediante representación proporcional o escrutinio proporcional plurinominal, es decir, el porcentaje de votos que reciban los partidos políticos va a determinar el número de escaños asignados. Los partidos políticos no necesitan tener mayoría relativa en ningún distrito electoral para ser representados en el Parlamento. Se utiliza el método del resto mayor para repartir los escaños entre los partidos políticos de forma proporcional al número de votos obtenidos.
- El 2% restante corresponde a los escaños elegidos por los y las ciudadanas italianas que viven fuera del país. Utilizan el sistema proporcional de listas por partidos.
Por lo tanto, el Parlamento se conforma de la siguiente manera:
- Cámara de Diputados. 400 diputados elegidos de la siguiente manera: 147 en circunscripciones uninominales por mayoría relativa, 245 en circunscripciones plurinominales de forma proporcional y 8 en circunscripciones exteriores de forma proporcional.
- Senado. 200 senadores elegidos de la siguiente manera: 74 en circunscripciones uninominales por mayoría relativa, 122 en circunscripciones plurinominales de forma proporcional y 4 en circunscripciones exteriores de forma proporcional.
El 13 de octubre se constituirá el nuevo Parlamento italiano, momento a partir del cual, el presidente Matarella comenzará las consultas para conformar el nuevo gobierno. Las coaliciones serán claves para quienes quieran llegar al gobierno.
Partidos, candidatos y candidatas
Como las coaliciones son necesarias, las negociaciones y acuerdos comienzan antes de las elecciones. Actualmente, según El Electoral, están divididas de la siguiente forma:
- Derecha.
- Fratelli d’Italia (con Verde è Popolare y Diventerà Bellissima).
- Lega (con el Partido de Acción de Cerdeña, Fassa y la Derecha Liberal Italiana).
- Forza Italia (con el Partido Liberal Italiano, el Nuevo Partido Socialista Italiano y el Movimiento Animalista).
- Noi Moderati (lista conjunta de Noi con Italia, Italia en el Centro, Unión de Centro y Coraggio Italia).
- Centroizquierda.
- Partido Democrático – Italia Democrática y Progresista (Artículo 1, Partido Socialista Italiano, DemoS, Centristi per Europa, Movimiento Republicano Europeo, Volt, Green Italia, èViva, Base Italia).
- Alianza Verde e Izquierda (lista conjunta de la Izquierda Italiana, Europa Verde-Verdi, Possible, Verdi – Grüne – Vërc y Progressisti Sardi).
- Compromiso Cívico (lista conjunta de Juntos por el Futuro, Centro Democrático y Propuesta Socialista Democrática Innovadora).
- +Europa (con Forza Europa y Team Köllensperger).
- Movimiento 5 Estrellas (con Patria y Constitución y Partido Gay).
- Action-Italia Viva (con Buena Derecha, Partido Republicano Italiano, Socialdemócratas, Alianza Liberal Democrática por Italia, Partido Socialista Siciliano y Demócratas Cristianos).
- Salir.
- Unión Popular (lista conjunta de Democrazia e Autonomia, Poder para el Pueblo, Partido de la Refundación Comunista, Manifiesto, Partido del Sur y Risorgimento Socialista).
- Italia Soberana y Popular (lista conjunta del Partido Comunista, Acción Civil, Italia Unida, Patria Socialista e Italia Todavía).
- Vida.
- Nosotros en Centro-Europeanisti.
- Südtiroler Volkspartei – Partido Autónomo del Tirol de Trentino.
De acuerdo a la ley electoral italiana, se prohíbe publicar sondeos desde los 15 días previos a las elecciones. Las últimas encuestas publicadas el 9 de septiembre ubicaron a Fratelli d’Italia en primer lugar con el 24,7% de los votos, seguido por su oponente el Partido Democrático con el 21,5% de los votos, y con el 12,2% el Movimiento 5 Estrellas se ubicó como la tercera fuerza.
De esta manera, el bloque de derecha sumaría el 44,6% de votos, el centroizquierda llegaría a un 25%. Incluso, si el M5S se uniera al bloque centroizquierda, no llegarían ni al 40%.
La encuestadora BiDiMedia publicó un sondeo al 22 de septiembre, por fuera de los medios italianos debido a la prohibición, confirmando las últimas tendencias que ubican a Fratelli d’Italia en primer lugar, aunque sus aliados de coalición muestran un descenso. El PD se sitúa a la baja, mientras sus competidores Azione/IV y M5S siguen creciendo, informan desde El Electoral.
La coalición ultraderecha
Cuando Mario Draghi renunció hace dos meses, las intenciones de votos de los bloques de centroizquierda y de derecha se encontraban proporcionales. En un par de meses, la derecha avanzó rápidamente.
No obstante, de acuerdo al El Elecroral, podemos observar que el crecimiento de los partidos de extrema derecha en el país es una tendencia que se viene desarrollando en los últimos años.
Larsen nos explicaba que “Fratelli d’Italia, heredera directa del Partido Nacional Fascista de Mussolini; la Lega de Matteo Salvini, también derecha extrema, xenófoba, pero con una relación mucho más fuerte con los sectores de las pymes y los sectores medios del centro norte especialmente; y Forza Italia, con Berlusconi, conforman una coalición, que al sumar más del 44% de votos, lograría quedarse con una mayoría absoluta, lo que expresa una novedad extraordinaria.
La que encabeza la lista de la coalición para llegar al puesto de Primera Ministra, siendo la primera mujer en llegar al cargo, es la líder de Fratelli d’Italia, Giorgia Meloni.
“Con esos números tendrían la posibilidad hasta de modificar la Constitución. Por ejemplo, Giorgia Meloni dijo en su momento que quería modificar la Constitución para eliminar el delito de tortura, porque para ella tipificar el delito de tortura de esa manera impide a las fuerzas de policía poder hacer su trabajo. Ese es el nivel de discusión que estamos teniendo desde el punto de vista político social.
Que fuerzas de este tipo logren tener una mayoría tal que les permita modificar la Constitución, es uno de los temas de debate.
En La Via, Larsen explica detalladamente el programa conjunto propuesto por el bloque de derecha, que incluye la adhesión a la Unión Europea; la adhesión a la OTAN; la oposición a la guerra en Ucrania, en dato no menor, ya que tanto Salvini como Berlusconi fueron históricos aliados de Putin en Italia, enfatiza Larsen y continúa; la modificación del sistema político para volverlo más presidencialista; un refuerzo de ‘línea dura’ respecto a la inmigración; y otorgarle mayor poder a las fuerzas de seguridad.
El especialista también detalla que esta coalición de derecha apela a un electorado nacionalista, cristiano, conservador, liberal, antiabortista, crítico del feminismo y el ambientalismo.
Europa atenta a los resultados italianos
Las elecciones italianas, atravesadas por un contexto interno inestable, una enorme múltiple crisis europea, la guerra en Ucrania, poseen una gran importancia para toda la Comunidad Europea.
“Italia tiene una cultura política desde los años 80, ligada justamente a unos axiomas políticos que se pueden resumir de alguna manera con su euroatlantismo.
¿Qué significa? Por un lado, la adhesión de alguna manera a la idea de la Unión Europea, la idea de una Europa fuerte, de una Europa más o menos federal, una Europa como un sujeto político único. Y por el otro lado, la alianza con los Estados Unidos, representada fundamentalmente con la participación dentro de la OTAN. En Italia hay bases militares de los Estados Unidos.
La derecha italiana es una derecha que en términos de política exterior es muy trumpiana, es muy anti China, es muy anti Rusia, es una derecha, muy nacionalista; pero que sí tiene un cuestionamiento muy fuerte hacia las políticas de la Unión Europea defendiendo esta idea identitaria, de que la Unión Europea quiere imponer normas por sobre la voluntad nacional de Italia”, explicaba el especialista Federico Larsen.
Italia posee una gran importancia geoestratégica. Por un lado, desde el punto de vista geopolítico, podemos considerarlo un portaviones sobre el mediterráneo, conecta los Balcanes, el norte de África y Europa Occidental. Por otro lado, Italia es la puerta de entrada del gas que proviene de Argelia. “Draghi, 24/48hs antes de renunciar, estaba en Argelia negociando justamente un aumento de la cantidad de gas que llega hacia Italia y de ahí hacia el resto del sur de Europa”, nos recordaba Larsen.
También hay otro gasoducto que proviene de El Cáucaso, que a través de los Balcanes llega efectivamente al sur de Italia. Italia recibe gas desde Rusia, Argelia, Libia y Noruega. “La inestabilidad política en Italia tiene graves repercusiones también sobre la estabilidad energética europea. Eso es muy importante”, concluía Larsen.
Constantini Micaela, periodista y parte del equipo de PIA Global.
Foto de portada: Parlamento italiano, imagen de archivo. Getty Images / AFP / A. Pizzoli.