Sin olvidar que Palestina no es independiente aún y frente a la embestida dialéctica practicada a fondo por “Israel” en su “guerra” contra Hamas desde octubre, que se llevó la vida de más de 31 mil civiles en Gaza, la política del multipolarismo (múltiples polos) iniciada por Rusia y China en 1997 –ONU-, sigue dando respuestas económicas y fortaleciendo las relaciones para los Estados independientes no occidentales de hoy, adheridos al BRICS este 2024, a pesar de la obturación de Occidente ante esta tendencia en Oriente Próximo.
Es decir, el Rabino Eliyahu que apoya el asesinato de todas las generaciones palestinas del presente, por sus recientes dichos en conferencia de prensa, lo que podemos traducir que se basa en la creencia de un yo soy yo y tu eres lo que yo te digo, de lo contrario, eres eliminado: por la fuerza y a través de la ocupación; sin negociación, sin dialogo, ni diplomacia alguna. Un arcaicismo hipotético de la ideología occidental que enfrenta a lo contemporáneo del esquema-mundo actual en plena transformación geopolítica, intentando vivir en aristas de un arca unitaria.
Pero, para enfocar la irrupción geopolítica que significó la ampliación +5 del BRICS en el Área Árabe Islámica, repasamos: la comunicación oficial sobre las incorporaciones de las últimas membresías actuales al BRICS fueron el 24 de agosto en Johannesburgo, Sudáfrica; un mes y dos semanas después, en octubre, Hamas incursionó desde el norte de la Franja hacia el sur de la ocupación de “Israel”, con la inmediata “reacción” de Netanyahu en su declaración de guerra. Variadas fuentes publicaron posteriormente que los servicios de inteligencia de Egipto habían notificado a miembros de la coalición de gobierno israelí semanas antes, pero este último desestimó los avisos sobre la posible incursión de la organización armada Hamas del 7 de octubre, finalmente.
En 5 meses cumplidos del conflicto, no pasó desapercibida la demanda judicial que Sudáfrica presentó ante la CIJ -avalada por el mundo musulmán- declarando el genocidio del Estado de Israel ante la población palestina en la Franja de Gaza, como así también los más de 31 mil asesinatos cometidos a civiles gazatíes propiciados por la Fuerzas Armadas de Israel a mujeres y niños, mayoritariamente, en el enclave palestino. O el notorio protagonismo pragmático de Yemen sobre la escena, que evidenció que en el cuadro bélico del estrecho Bab al-Mandeb intervinieron solo circunstancialmente los aliados de EE. UU. y Gran Bretaña; un pueblo que hace uso soberano de su territorio para posicionarse frente al cese inmediato del genocidio en Palestina ha logrado imponerse al comercio occidental sobre el Mar Rojo, en una zona en la que China y los BRICS pretenden terminar de formular su comercio terrestre y marítimo, legitimado en las Rutas de La Seda, actual Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI).
Variedad de analistas han catalogado la alianza anglo americana con Israel sin percibir que la Franja de Gaza mantiene en vilo no solo a la población palestina, al Eje de la Resistencia en Líbano, Siria, Irak e Irán, en particular, y al mundo musulmán en general, sino a la totalidad de las personas que observan desde numerosos sitios del mundo los acontecimientos en la región a través de redes sociales; el Ramadán iniciado y los refugiados en la ciudad de Rafah muestran a vox populi las muertes de infantes por desnutrición y hambrunas severas, advertidas por la ONU, además de más asedios sionistas.
Sin la atención de los principales dirigentes occidentales, la magnitud simbólica de las posturas consignadas en las movilizaciones pro Palestina en Occidente, sintonizan más con las pronunciaciones de principales líderes de componentes BRICS que ganan relieve y, a la vez, caracterizan con mayor énfasis el aspecto popular que hay para con el pueblo palestino. Las tildes islamofóbicas de las corporaciones mediáticas, subordinadas al belicismo, son cuestionadas por poblaciones que entienden de múltiples formas que el hostigamiento provocado en Gaza perjudica la calidad de vida humana de los palestinos, definitivamente por realidades asimétricas respecto del gobierno de Netanyahu que lo arremete.
El apoyo discursivo del Ayatolá Jameneí, líder de Irán, por ejemplo, sentencia mencionando que “Los acontecimientos en Gaza han desacreditado la civilización y la cultura occidentales en el mundo”; colocando simbólicamente la autoinmolación del soldado estadounidense como característica de ese deterioro cultural occidental. Otros trazan paralelismos con la guerra de Vietnam por las movilizaciones en ciudades estadounidenses y europeas. Anteriormente, el simbolismo paralelizado de las torres gemelas del 11S en 2001 esbozaron el acontecimiento de irrupción en la operación Diluvio de Al Aqsa, y hasta una posible desintegración de Israel como el de la Unión Soviética por errores geopolíticos del premier israelí.
Lo respondido por el Canciller Chino, Wang Yi, a la pregunta de un periodista en la rueda de prensa otorgada por el jefe de la diplomacia china en Pekin del 7 de marzo pasado, retrata la sostenida visión global de China sobre este período en Gaza:“Esta es una tragedia para la humanidad y una vergüenza para la civilización. Ninguna razón puede justificar la continuación del conflicto y ninguna excusa puede justificar la matanza de civiles. (…) La catástrofe en Gaza recuerda una vez más al mundo el hecho de que el territorio palestino ha estado ocupado durante mucho tiempo, aspecto que ya no puede ignorarse, así como el anhelado deseo del pueblo palestino de establecerse como país independiente”.
China ratificó que la ONU sigue siendo un órgano auténticamente vigente, pero el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas es cuestionado por mandatarios por no haber dado quórum a los más esenciales fundamentos de la Carta de la ONU que, en definitiva, son perjudicados por los vetos de EE.UU., y las inclaudicables obediencias de sus aliados Gran Bretaña y Francia en ese ámbito regido para la seguridad mundial. De allí que el planteo sino-ruso abogue por {otra} gobernanza mundial, a la vez que se mantiene dentro de ese organismo, entre otros, mientras continúan profundizando sus lazos de alianza en el mapa euroasiático.
Favio Vidal* Periodista y Técnico Superior en Comunicación Popular -UNLP. Miembro del equipo de PIA Global
Foto de portada: PIA Global
