Ebrhim Raisi mantuvo este viernes por la noche una conversación telefónica con su homólogo argelino, Abdelmadjid Tebboune, con quien abordó los últimos acontecimientos regionales y asuntos de interés común.
El mandatario iraní insistió en la responsabilidad de la comunidad islámica en su conjunto de repudiar la profanación al sagrado Corán por parte de algunos países occidentales y condenar las agresiones y la ocupación israelí del territorio palestino.
Raisi reafirmó la determinación de su gobierno para potenciar relaciones con los países amigos e islámicos y expresó su esperanza de que las cooperaciones entre Teherán y Argel, particularmente en las áreas económicas y comerciales, aumenten mucho más.
Tebboune, por su parte, enfatizó en la necesidad de que los países musulmanes defiendan la identidad islámica y abogó por ampliar la cooperación entre Argelia y la República Islámica.
La conversación se produjo después de que el Gobierno sueco autorizara, en nombre de libertad de expresión, a un iraquí refugiado en Suecia, a quemar el miércoles un ejemplar del sagrado Corán ante la mayor mezquita de Estocolmo.
La acción blasfema ha provocado la indignación en el mundo islámico. El jueves, miles de indignados iraquíes asaltaron la embajada sueca en Bagdad en señal de protesta.
Hubo otras reacciones. Irán convocó al encargado de negocios de Suecia, Marruecos retiró a su embajador en Suecia y otros países de Asia Occidental y África emitieron protestas por vía diplomática.
La Liga Árabe, a su vez, responsabilizó a Suecia por permitir no solo la quema del libro sagrado del Corán, sino que fue en un día especial en que los musulmanes celebraban el primer día del Eid al-Adha o Fiesta del Sacrificio, una de las festividades más importantes del calendario musulmán. Avisó también de los “resultados y consecuencias de este atroz incidente”.
*Artículo publicado originalmente por HispanTV editado por el equipo de PIA Global.
Foto de portada: Retirada de Al Manar