En medio de la creciente tensión con los Estados Unidos, el gobierno colombiano encontró en el Banco de Desarrollo de los BRICS y el proyecto de la Ruta y la Seda, sólidas alternativas para el desarrollo de los países del Sur Global
El Ministerio de Hacienda y la Junta Directiva del Banco de la República de Colombia anunciaron el pasado 30 de septiembre la cancelación de la Línea de Crédito Flexible (LCF) que tenían con el Fondo Monetario Internacional desde abril de 2024. La LCF tenía un plazo de dos años y un monto de 6133,5 millones de derechos especiales de giro (DEG), equivalentes a 8100 millones de dólares al momento de su aprobación.
La decisión fue tomada, según las autoridades colombianas, dado que el acceso a los recursos fue suspendido por parte del propio organismo desde el pasado 26 de abril del presente año y seguirá suspendido hasta el vencimiento del acuerdo, según lo concluyó la evaluación realizada por el Directorio Ejecutivo del FMI durante la Consulta del Artículo IV, tras argumentar que Colombia tiene liquidez internacional, respaldada por un nivel de reservas internacionales.
Cabe resaltar que esta línea de crédito fue solicitada en el 2009 durante el gobierno de Álvaro Uribe, fue usada hasta el 2020 por la gestión de Iván Duque en el contexto de la pandemia del Covid 19 y los gobiernos que le sucedieron lo fueron renovando. Así lo expresó Petro, “Hemos cumplido con el crédito que tomó Duque de manera irresponsable con el FMI; durante tres años le pagamos 5000 millones de dólares. A partir del 1 de enero saldamos totalmente la deuda”. Resaltó, también, que el sobrendeudamiento generado por los subsidios a la gasolina durante la gestión de Duque, fue cubierto.
En paralelo es importarte mencionar el contexto en el que ocurre, una tensión entre Estados Unidos y Colombia que vino a decantar, luego de que el presidente estadounidense Donald Trump calificara al presidente colombiano como líder narcotraficante que promueve la producción masiva de drogas. Además, la aplicación de la descertificación a Colombia por parte del país del norte. Mientras, el Tesoro de los Estados Unidos sancionaba a Petro, a su familia y a su ministro del Interior Armando Benedetti, incluyéndolos en la lista Clinton. Lista donde se registran a personas u organizaciones asociadas con el narcotráfico o con el crimen organizado.
Y en el marco del redespliegue de buques estadounidenses sobre el Mar Caribe, que amenaza constantemente a Venezuela con una invasión, las fuerzas estadounidenses bombardearon una lancha presuntamente colombiana que se encontraba en aguas territoriales del país cafetalero, se percibe que esto acrecienta un clima diplomático hostil entre Bogotá y Washington.
En medio de lo acontecido, el gobierno de Petro se ha mantenido firme en concluir ese acuerdo con el FMI, manifestando que la línea de crédito generó dificultades fiscales y que se paga altas comisiones por un convenio que está suspendido. El Fondo Monetario ha solicitado un plan fiscal robusto al gobierno colombiano para darle acceso a la mentada línea de crédito flexible que según lo establecido podría utilizarlo cuando se tuviera emergencias desde el punto de vista fiscal o desde el cambiario.
El plan solicitado por el organismo internacional, consiste en la reducción del déficit fiscal basado en un ajuste y disciplina fiscal, fórmula repetida y ya conocida por los países de nuestra región.
No obstante, la actual gestión colombiana ejerce políticas basadas en un estado intervencionista sobre el mercado, para garantizar los derechos de su población, afirmó el politólogo Víctor Gaviria en una entrevista para RT.
El Banco de Colombia ha manifestado tener liquidez internacional robusta, con reservas por 65500 millones de dólares, debido a la acumulación realizada en 2024 y de la rentabilidad de sus portafolios, que aportaron más de 4500 millones de dólares en utilidades entre 2024 y 2025. Lo que muestra una solidez de las reservas del país cafetalero, elemento que podría sortearse ante una situación de emergencia como lo fue en su momento, la irrupción de la pandemia.
La decisión del gobierno de Petro de poner punto final a esta deuda específica que condicionaba a su gestión, abre el camino hacia una mayor soberanía económica y política. Además, abre el camino para la búsqueda de otras posibilidades de financiamiento ante el surgimiento de las economías emergentes como los BRICS y las alianzas con países como México y Brasil.
Según el informe del Banco de la República de Colombia, el saldo de la deuda externa alcanzó 207036 millones de dólares que representa el 49% del PIB, aumentando el 2,7% respecto a diciembre de 2024. Por sectores, el saldo de la deuda externa pública representa el 56% del total y la del sector privado el 44%. Del monto total de la deuda externa, el 16% corresponde a préstamos entre empresas con relación de inversión directa.
Buscando nuevas formas de financiamiento para desmarcarse de la influencia de los Estados Unidos, el FMI y el Banco Mundial, Colombia ha volcado a desarrollar un mayor vínculo con China, el gigante asiático que incrementa su presencia en América Latina con mayor estrategia. Y esto se ha materializado con el ingreso del país al Banco de Desarrollo de los BRICS como una alianza económica financiera y mediante el acuerdo con el presidente chino Xi Jinping para sumarse al proyecto de la Ruta y la Seda.
En los últimos dos años, China se ha convertido en el segundo aliado comercial de Colombia. En el 2024, el total de transacciones entre ambos países alcanzó casi 147 000 millones de yuanes, un aumento del 13% con respecto al año anterior.
El acuerdo de Petro y Xi Jinping es una apuesta política que busca revertir la situación de déficit fiscal que tiene Colombia que radica en su comercio con China que heredó de gobiernos anteriores y que busca emparejar la balanza comercial en la medida de lo posible. Según lo anunciado por el gobierno colombiano, esto implicaría más importaciones a China y flujo de capital productivo del país asiático hacia Colombia. De esta manera, se reduciría el déficit comercial y el estado colombiano tendría mayor capacidad de pagar su deuda.
Uno de los proyectos involucrados en la Ruta y la Seda es la modernización del puerto en Buenaventura, para convertirlo en un epicentro logístico y dinamizar el comercio con Asia, teniendo en cuenta que el desarrollo de los puertos trae consigo también obras para mejorar la conectividad terrestre. Y otro punto clave que busca el gobierno colombiano, es la transición energética que busca tomar medidas para amortiguar el cambio climático, y China es uno de los líderes en energía renovable. Esto podría significar mayor capacidad de producción de energías renovables con transferencias tecnológicas para Colombia.

En el campo de la infraestructura digital, está la cooperación con Huawei para el desarrollo de redes 5G, la construcción de centros de datos y la mejora de la conectividad digital.
En el ámbito de la medicina, se está construyendo el laboratorio BogotáBio, una planta destinada a la producción de vacunas contra la hepatitis, la polio y la varicela, que está a cargo del laboratorio Sinovac y la alcaldía de Bogotá. Esta producción local logrará frenar la dependencia de las farmacéuticas extranjeras y disminuir los precios de las vacunas.
El ingreso de Colombia como miembro del Banco de Desarrollo de los BRICS, busca construir mayor autonomía económica y soberanía para realizar inversiones de transformación territorial como infraestructura, proyectos de acueductos y de transportes férreos con una perspectiva desde el fortalecimiento del Sur global.
Hoy en día, Estados Unidos pierde credibilidad, ante un redespliegue que se manifiesta de forma explícita con los países de la región, mientras China expande su presencia y se torna más fiable apostando por el desarrollo de los países del Sur Global.
Con la gestión de Petro, Colombia ha volcado su política exterior hacia las economías emergentes, para lograr deshacer la absoluta dependencia que han mantenido durante décadas con los Estados Unidos. Sin embargo, el gobierno colombiano sostiene que el país del norte es su primer socio comercial y las relaciones entre ambos países deben darse en condiciones de igualdad para el desarrollo de ambas naciones.
El presidente colombiano ha sabido reconocer el nacimiento del bloque multipolar que apuesta al desarrollo de los países desde una mirada del Sur Global y que ahora representa una alternativa confiable, frente a organismos internacionales unipolares que ofrecen ayuda económica a cambio de condicionar y cercenar los derechos de los pueblos, siendo herramienta clave para la hegemonía estadounidense.
Lucia Izaguirre* Periodista miembro del equipo editorial de PIA Global
Foto de portada: FMI. Mauricio Dueñas Castañeda. EFE – Lenin Nolly. EFE









 
									 
							 
							 
							 
							 
							