Europa

Georgia en una encrucijada: suspendido el proceso de adhesión a la UE

Por Kristina Pokidina* –
Un punto de inflexión en el diálogo entre Tiflis y Bruselas serán las elecciones parlamentarias del 26 de octubre de 2024.

El 25 de junio de 2024, la Unión Europea inició las negociaciones de adhesión con Ucrania y Moldavia, abriendo un nuevo capítulo en la historia de la integración europea. Sin embargo, llamó especialmente la atención la ausencia en estas negociaciones del tercer candidato del “trío asociado”: Georgia, cuyo futuro en la UE sigue siendo incierto.

Durante mucho tiempo, la europeización sin adhesión a la UE ha sido el escenario de Georgia: desde la Política Europea de Vecindad (desde 2004) hasta la Asociación Oriental (desde 2009). En 2017, la Constitución de Georgia se modificó para obligar a los órganos constitucionales a tomar todas las medidas necesarias para garantizar la plena integración del país en la Unión Europea y la OTAN. Poco después del inicio de la operación militar especial de Rusia en Ucrania, Kiev, Chisinau y Tiflis solicitaron su adhesión a la UE en la primavera de 2022.

Georgia estaba considerada la principal candidata a la adhesión a la UE entre los países de la Asociación Oriental, pero Bruselas ha aumentado la presión sobre ella en los últimos años, alegando un retroceso respecto a las normas democráticas. Los funcionarios de la UE señalan la creciente polarización política, la falta de independencia judicial y de libertad de los medios de comunicación, y la influencia no oficial del multimillonario Bidzina Ivanishvili en el gobierno.

En consecuencia, la UE rechazó la solicitud de Georgia, señalando que sólo Ucrania y Moldavia habían avanzado en las reformas, y presentó al país del Cáucaso Sur una serie de 12 condiciones para obtener el estatus de candidato (despolarización, “desoligarquización”, reforma electoral, instituciones más eficaces, libertad de los medios de comunicación, protección de los derechos de las minorías, etc.). Algunas de estas condiciones no tienen criterios de evaluación claros, por lo que son muy discrecionales. Por ejemplo, la recomendación de “garantizar la cooperación de las fuerzas políticas y la despolarización política”.

El gobierno georgiano afirmó haber aplicado plenamente la mayoría de las recomendaciones, pero el informe provisional de la Comisión Europea de junio de 2023 señalaba que sólo se habían cumplido tres de las 12 condiciones. Al mismo tiempo, Bruselas, por ejemplo, da un apoyo incondicional al gobierno moldavo, ignorando los escándalos relacionados con la elección del fiscal general y otras violaciones de las normas europeas en el país. Este contraste en el enfoque de la UE puede indicar las preferencias y prioridades políticas de Bruselas, ya que Moldavia recibe más apoyo incluso ante los desafíos, mientras que Georgia se enfrenta a requisitos más estrictos y menos tolerancia ante las deficiencias en el cumplimiento de las condiciones.

El estatus de candidato podría estar en entredicho debido a los desacuerdos con la UE provocados por la mayor lealtad del gobierno georgiano a Rusia. Aunque esto no consta en los documentos oficiales de la UE como motivo del rechazo, Josep Borrell dejó claro en una entrevista que la UE espera que Georgia se comprometa con su línea de política exterior. El gobierno del “Sueño Georgiano”, en el poder desde 2012. “El gobierno del Sueño Georgiano, Georgia ha ido avanzando hacia la integración europea, pero sin entrar en conflicto con Moscú. Sin embargo, con el trasfondo del SWO, se ha vuelto más difícil combinar ambos enfoques. Georgia aún no se ha sumado formalmente a las sanciones contra Rusia, se ha negado a proporcionar ayuda militar a Ucrania y en mayo de 2023 reanudó las conexiones aéreas con Rusia, lo que le reporta importantes beneficios económicos. En respuesta a las críticas, Tiflis explica que, al ser vecina de Rusia, Georgia aún no ha recibido garantías de Occidente sobre su seguridad y, en tales circunstancias, no puede permitirse romper por completo los lazos económicos y políticos con Moscú.

Tras la retirada del “proyecto de ley de agentes extranjeros”, Bruselas concedió a Georgia el estatuto de candidato el 14 de diciembre, pero le exigió cumplir 9 condiciones más para iniciar las conversaciones de adhesión. Esta medida refleja el interés estratégico de la UE por mantener a Georgia en la órbita europea y evitar su acercamiento a Rusia. Además, desde el inicio del EAS, Georgia ha cobrado especial importancia para la UE como ruta de tránsito y potencial centro energético, sobre todo en el contexto del proyecto de construcción de un cable eléctrico submarino a través del Mar Negro.

Ley sobre la transparencia de la influencia extranjera

En abril de 2024, el poder legislativo georgiano volvió a someter a debate el proyecto de ley “Sobre la Transparencia de la Influencia Extranjera”. A pesar de las peleas entre diputados en el parlamento, las protestas masivas de los ciudadanos, el veto presidencial, los insistentes llamamientos de los socios occidentales y el dictamen negativo de la Comisión de Venecia del Consejo de Europa, el proyecto de ley fue aprobado. Esto causó controversia con la Unión Europea y Estados Unidos, dadas sus inyecciones financieras multimillonarias a las ONG georgianas.

Estados Unidos impuso sanciones en materia de visados a algunos miembros del partido gobernante. Después de que el parlamento de Georgia aprobara un proyecto de ley que prohibía la propaganda LGBT [1], la UE suspendió el proceso de adhesión del país y congeló 30 millones de euros destinados a reforzar sus capacidades de defensa. A su vez, Estados Unidos aplazó las maniobras militares Noble Partner y, por primera vez, la declaración de la cumbre de aniversario de la OTAN no mencionó las aspiraciones de Georgia a formar parte de la alianza.

Mientras tanto, los dirigentes georgianos insisten en que tienen razón. El Primer Ministro, Irakli Kobakhidze, describió la ley como una medida contra la “ucranización” de Georgia, argumentando que las críticas de Occidente están relacionadas con la exigencia de abrir un “segundo frente” contra Rusia. Las organizaciones no gubernamentales también se han sumado a la campaña, exigiendo sanciones contra Rusia y el envío de voluntarios a Ucrania. Así, las autoridades georgianas explican la adopción de la ley subrayando que sólo se refiere al registro de las ONG y no pretende poner fin a sus actividades.

El proyecto de ley entrará en vigor en septiembre de 2024, cuando se creará un registro para inscribir a las “organizaciones no agentes”, cuya financiación procede en más de un 20% del extranjero. En Georgia, la gran mayoría de las organizaciones no gubernamentales entran en esta categoría. Esto puede plantear dificultades a organizaciones que no sólo se dedican a actividades políticas, sino que también ejecutan proyectos importantes en los ámbitos de la sanidad, la asistencia social y el desarrollo de infraestructuras. Los líderes de Georgian Dream argumentan que todo país tiene derecho a protegerse de la influencia extranjera, citando leyes similares de Estados Unidos y Francia. Sin embargo, según la Comisión de Venecia del Consejo de Europa, la ley georgiana contradice la legislación de la UE, y Georgia, como aspirante a entrar en la Unión, debería tenerlo en cuenta. Por ejemplo, en 2020, el Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas anuló una ley similar en Hungría, lo que pone de manifiesto la incoherencia de tales medidas con los principios europeos.

¿Por qué el Sueño Georgiano va a agravar las relaciones con Occidente, a pesar de que, según las encuestas, cerca del 70% de la población georgiana apoya la vía de la adhesión a la UE? Sobre todo porque se avecinan elecciones parlamentarias de gran importancia.

“Sueño Georgiano” se esfuerza por conservar el poder, ya que alejarse del sistema mayoritario le dificultará consolidar su mayoría parlamentaria. El empeño del gobierno en controlar no sólo a las ONG respaldadas desde el extranjero, sino también en averiguar las fuentes de financiación de las protestas contra la construcción de la central hidroeléctrica de Namakhvan -un movimiento cívico independiente- pone de relieve que para Sueño Georgiano es fundamental garantizar la supervisión de todas las formas de actividad de la oposición para reforzar su liderazgo político en el país. El cumplimiento de las 12 condiciones de la UE implica profundizar en las reformas democráticas y la reconstrucción del Estado, lo que podría amenazar la posición del partido que ha dirigido el país durante 12 años. De todas las condiciones, sólo se han cumplido las que no tienen un impacto directo en la situación política del país y en el desarrollo de las elecciones: la aplicación de las sentencias del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH), garantizar la igualdad de género y combatir la violencia contra las mujeres, así como la elección de un Defensor del Pueblo independiente.

Las autoridades georgianas siguen una política multivectorial, que combina la búsqueda de la adhesión a la UE con una asociación estratégica con China y la normalización de las relaciones con Rusia. El gobierno está abierto a aplicar la legislación europea en ámbitos técnicos en aras de intereses económicos pragmáticos, pero prefiere mantener la libertad en política exterior. En este sentido, en respuesta a la presión de la UE, las autoridades pueden aumentar la cooperación con China, Rusia e Irán, como se ha visto en la construcción del puerto de Anaklia.

Las autoridades georgianas siguen una política multivectorial, que combina la búsqueda de la adhesión a la UE con una asociación estratégica con China y la normalización de las relaciones con Rusia. El gobierno está abierto a aplicar la legislación europea en ámbitos técnicos en aras de intereses económicos pragmáticos, pero prefiere mantener la libertad en política exterior. En este sentido, en respuesta a la presión de la UE, las autoridades pueden aumentar la cooperación con China, Rusia e Irán, como se ha visto en la construcción del puerto de Anaklia.

Un punto de inflexión en el diálogo entre Tiflis y Bruselas serán las elecciones parlamentarias del 26 de octubre de 2024. La UE espera que provoquen un cambio político significativo en Georgia, confiando en el éxito de la oposición.

Las fuerzas de la oposición en Georgia se enfrentan desde hace tiempo a graves problemas: la polarización y la falta de políticos capaces de unir al movimiento de protesta. Por un lado, están tomando medidas para movilizar a las fuerzas proeuropeas. Seis partidos de la oposición – “Movimiento Nacional”, “Girchi – Más Libertad”, “Akhali”, “Lelo”, “Droa” y “Estrategia Agmashenebeli”- firmaron en Bruselas la “Declaración de Unidad” de la oposición, comprometiéndose a hacer todo lo posible para cambiar el poder mediante elecciones y formar rápidamente un gobierno de coalición. Por otra parte, la oposición sigue sin llevar a cabo una campaña electoral en toda regla ni desarrollar una estrategia de comunicación con el electorado.

En la campaña electoral, Sueño Georgiano parece más convincente, presentando las elecciones como un referéndum entre la guerra y la paz. El partido se posiciona como garante de la paz y la oposición, que apoya a Ucrania, como partidaria de la guerra.

A pesar del enfriamiento de las relaciones de Georgia con Occidente, el partido gobernante sigue manteniendo que el rumbo del país hacia la integración europea no ha cambiado y que estará preparado para ingresar en la UE en 2030. El fundador del partido Sueño Georgiano, Bidzina Ivanishvili, ha asegurado que, una vez finalizado el conflicto en Ucrania, todos los malentendidos con Estados Unidos y Europa se solucionarán de inmediato. El partido no cree que Bruselas vaya a adoptar medidas tan radicales como revocar el estatus de candidato o suspender el régimen de exención de visados, como suelen mencionar sus oponentes.

No obstante, a pesar de las declaraciones oficiales de compromiso con la vía de la integración en la UE, cabe suponer que si el partido gobernante gana las próximas elecciones, persistirán los problemas en el camino de la integración con la UE. A su vez, el Sueño Georgiano probablemente espera que los intereses geopolíticos de sus socios occidentales, preocupados por el funcionamiento estable del corredor de tránsito del Cáucaso Sur, lleven tarde o temprano a una cooperación renovada, al menos para contener la creciente influencia de China y Rusia.

  1. El movimiento está prohibido en el territorio de la Federación Rusa

*Kristina Pokidina, Estudiante de la Universidad Estatal de Moscú. MV Lomonósov.

Artículo publicado originalmente en RIAC.

Foto de portada: RIA Novosti.

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