Se cumple 41 años de la fundación del Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional (FMLN) de El Salvador. El 10 de octubre de 1980 significa un hito en el proceso de lucha y unidad de los diferentes sectores revolucionarios salvadoreños que desarrollaban bajo diferentes estructuras y formas, la lucha contra los gobiernos oligárquicos y represivos que impedían cualquier opción de características democráticas.
La lucha se agudizaría aún más cuando los sectores de elite dominante comenzaron a observar el crecimiento de las formas armadas de resistencia del pueblo y decidieron propiciar un golpe militar que instaurara una dictadura en el mes de octubre de 1979.
Las acciones armadas, con mayor nivel de coordinación entre las organizaciones, fue creando condiciones para avanzar hacia instancias de unidad de mayor envergadura. Ello significó un claro fortalecimiento de la resistencia que comenzó a desplegar operaciones mucho más osadas poniendo en jaque la autoridad del gobierno dictatorial, que a esa altura solo podía mantenerse gracias al apoyo financiero y logístico del gobierno de los Estados Unidos.
Octubre de 1980 fue el nacimiento del Frente que agruparía a organizaciones como el Partido Comunista Salvadoreño (PCS), el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), las Fuerzas Populares de Liberación (FPL), el Partido Revolucionario de los Trabajadores Centroamericanos (PRTC) y otras organizaciones menores que desarrollaban la resistencia bajo variadas formas y con una gran inserción en los diferentes movimientos sociales del país. Se consolidaba de ese modo, la estrategia y acción de las fuerzas político militares en un solo puño.
Los largos años de guerra civil bajo la el terrorismo de estado no menguaron su capacidad de logística y de seguir operando de modo activo en condiciones muchas veces desfavorables. Su operatividad urbana junto a la acción en zonas rurales hará que incluso el comandante Fidel Castro afirmara en aquellos años que la organización guerrillera del FMLN era la mejor estructurada y con mayor capacidad de operar en diferentes escenarios y por ello los Estados Unidos estaban tan preocupados destinando millones de dólares para evitar que los salvadoreños liberen su territorio proclamando una revolución popular.
Luego de los procesos de paz que pusieron fin a los años de enfrentamientos armados, se dio para el FMLN uno de sus mayores desafíos, que fue convertirse en una organización que pudiera participar desde formas democráticas-burguesas en el tablero político salvadoreño. En ese camino se puso toda la energía y las estructuras para recorrer el país con el mensaje transformador para contagiar a un pueblo largamente golpeado por la muerte y las persecuciones.
Vendrían luego sus experiencias parlamentarias y la acción de gobierno en dos períodos consecutivos. En 2009 la presidencia la ocupó Mauricio Funes y posteriormente, en 2014, Salvador Sánchez Cerén, ex Comandante Guerrillero. Las dificultades económicas y el propio desgaste provocado por la acción de gobierno fueron creando condiciones de desgaste. Seguramente el Frente en el gobierno habrá cometido errores y sus políticas pueden haber significado una insuficiente respuesta al cúmulo de dificultades que afrontan los sectores populares.
Al mismo tiempo, el papel del imperio siempre ha sido central en las políticas centroamericanas, en gran medida por su obstinación para que no se repitieran experiencias triunfantes de sectores revolucionarios como las de Cuba en 1959 y Nicaragua de 1979, por lo que muchas de las herramientas utilizadas para socavar la imagen del Frente como fuerza política popular y transformadora, tienen una clara matriz impartida por la maquinaria de propaganda y agitación elaborada minuciosamente en los Estados Unidos.
En 2019, el candidato Nayib Bukele arrebató la presidencia al Frente y en poco tiempo desató una campaña de desprestigio contra la política como acción colectiva de cambios e instaló formas autoritarias de ejercicio del poder. En gran medida, el objetivo superior de Bukele es acabar con la capacidad movilizadora del FMLN y su posible retorno al gobierno. Es por ello que en los últimos meses desató una cacería indiscriminada contra dirigentes del Frente, acusándolos de supuestos actos de corrupción o irregularidades administrativas durante la gestión de gobierno.
Cada una de las causas carece de fundamentos y lo único que persigue es generar un estado de opinión condenatorio hacia militantes que temporalmente cumplieron funciones públicas. A pesar de las detenciones sufridas, el Frente se ha mantenido movilizado en todo el país, denunciando incluso internacionalmente los abusos que el gobierno de Bukele viene cometiendo poniendo en riesgo la continuidad democrática.
Las herramientas de las oligarquías en estos tiempos muestran diferentes facetas. Ello de ninguna manera impide que de ser necesario recurran al terror y la muerte, y Colombia es un claro ejemplo de ello. Hoy, priorizan la estigmatización y la condena social a través de campañas mediáticas y de poderes judiciales que operan como fuerzas de tareas. A lo largo y ancho de nuestra américa vemos los mismos mecanismos de persecución a los dirigentes populares para abortar cualquier posibilidad de que las construcciones de base puedan sustentarse representando una opción para los pueblos.
No deja de ser una ilusión imperial esta necesidad de retardar la acción popular, los cambios profundos de estructuras injustas ya que aunque destinen millones de dólares y elaboren sofisticadas campañas de desprestigio, las causas que despiertan la rebeldía y la insurgencia en los corazones latinoamericanos siguen vivas, más allá de las persecuciones, las prisiones o las muertes.
El Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional está más vivo que nunca, en las calles salvadoreñas conmemorando los 41 años de su fundación y tal como lo afirman desde los documentos de su Comisión Política “Con mucho fervor y llenos de energía revolucionaria, conmemoramos y celebramos el 41 Aniversario del FMLN. Hoy más que nunca, estamos llamados y llamadas a reencontrarnos con nuestros principios Este es el momento para abrazarnos de nuevo con el pueblo y sus luchas, de determinarnos como resueltos luchadores por la Paz y la justicia social. Ni con la Burguesía ni con el Imperio, nosotros luchamos con el pueblo”
“Con madurez, reflexión, autocrítica e interpretando el momento histórico político, con claridad y precisión el FMLN unido y cohesionado, administrando sus diferencias, reafirmando su carácter Revolucionario, Democrático y Socialista, sabrá asumir los grandes retos de este período y cómo un puño cerrado acompaña y participa en las luchas populares patriotas hasta lograr hacer realidad los ideales, aspiraciones y sueños de nuestro pueblo y contribuir a un mundo mejor, a la unidad e integración de nuestra América.
Honor y Gloria a todos los mártires y víctimas del conflicto!! Honor y gloria a todos los patriotas que cayeron, y dieron su sangre y vida por la Democracia y las libertades!”
Los desafíos del Frente Farabundo Martí son inmensos, como es inmenso el poder al cual se enfrentan en esta etapa de la historia latinoamericana plagada de contradicciones, marchas y contramarchas. Seguramente este aniversario servirá también como reflexión para precisar en aquello que fue insuficiente y profundizar en todo aquello que tal vez no fue ejecutado del modo que las masas esperaban.
Sin dudas, la construcción histórica aportará los elementos, para ensamblar las políticas con los diferentes movimientos sociales que desarrollan actividades barriales, sindicales o estudiantiles y desde esa plataforma sólida construir la esperanza de un país independiente, justo e integrado con el resto del continente en lucha.
*Alberto Miguel Sánchez es historiador y colaborador de PIA Global.