El presidente de Finlandia, Sauli Niinisto, y la primera ministra, Sanna Marin, han anunciado este jueves en un comunicado conjunto que «se acerca el momento de la toma de decisiones» y el país «debe solicitar el ingreso a la OTAN sin demora».
«La membresía en la OTAN reforzaría la seguridad de Finlandia. Como miembro de la OTAN, Finlandia reforzaría toda la alianza de defensa. Finlandia debe solicitar el ingreso a la OTAN sin demora. Esperamos que los pasos nacionales aún necesarios para tomar esta decisión se den rápidamente en los próximos días», declararon.
Niinisto y Marin destacaron que la posible entrada a la Alianza Atlántica fue debatida entre la sociedad y en el Parlamento en primavera. «Hemos querido dar al debate el espacio que requería», señalaron.
Tanto Finlandia, como la vecina Suecia llevaban años oponiéndose a la idea de unirse a la OTAN en un aparente intento de mantener la neutralidad entre Rusia y Occidente, pero esa dinámica cambió después del inicio de las acciones militares de Moscú en Ucrania.
La última encuesta de la emisora finlandesa Yle, realizada en mayo, mostró esta semana que un 76 % de los ciudadanos apoyarían la entrada del país a la OTAN. Solo un 12 % se mostraron en contra, mientras que el 11 % indicaron que no estaban seguros sobre su postura al respecto.
Asimismo, el número de los finlandeses que se pronuncian a favor ha aumentado durante los últimos meses desde el 53 %, registrado a finales de febrero tras el inicio del operativo militar ruso en Ucrania. En aquella ocasión se trató de la primera vez en que más de la mitad de la población se expresó a favor del ingreso al bloque militar.
Declaración del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia sobre el ingreso de Finlandia en la OTAN
La declaración realizada hoy por el Presidente finlandés Niinistö y el Primer Ministro Marin a favor de la adhesión de Finlandia a la OTAN representa un cambio radical en la política exterior del país.
Durante décadas, la política de no alineamiento militar ha sido la base de la estabilidad en la región nórdica, garantizando un nivel fiable de seguridad para el Estado finlandés y proporcionando una base sólida para una cooperación y asociación mutuamente beneficiosas entre nuestros países, en las que el papel del factor militar se ha reducido a cero.
Ni las garantías de Rusia sobre la ausencia de intenciones hostiles hacia Finlandia, ni la larga historia de cooperación de buena vecindad y mutuamente beneficiosa entre nuestros países convencieron a Helsinki de las ventajas de mantener la política de no alineamiento militar.
El objetivo de la OTAN, cuyos Estados miembros han persuadido asertivamente a la parte finlandesa de que la pertenencia a la alianza no tiene alternativa, es claro: seguir expandiéndose hacia las fronteras de Rusia, crear otro flanco para la amenaza militar a nuestro país. Pero la razón por la que Finlandia querría convertir su territorio en un enfrentamiento militar con la Federación Rusa, al mismo tiempo que se ve privada de su propia autonomía de decisión, es algo que debe decidir la historia.
La parte rusa ha señalado en repetidas ocasiones que corresponde a las autoridades y al pueblo finlandés elegir cómo garantizar su seguridad nacional. Sin embargo, Helsinki debe ser consciente de la responsabilidad y las consecuencias de tal paso. La adhesión de Finlandia a la OTAN perjudicaría gravemente las relaciones bilaterales entre Finlandia y Rusia y el mantenimiento de la estabilidad y la seguridad en la región nórdica. Rusia se verá obligada a tomar medidas recíprocas, tanto militares como técnicas y de otro tipo, para hacer frente a las amenazas resultantes para su seguridad nacional.
El ingreso en la OTAN también supondría una violación directa de las obligaciones de Finlandia en virtud del derecho internacional, en primer lugar el Tratado de París de 1947, que estipulaba que las partes no formarían alianzas ni se coaligarían entre sí, y el Tratado de Relaciones Básicas entre Rusia y Finlandia de 1992, que establecía que las partes se abstendrían de utilizar o permitir la amenaza o el uso de la fuerza contra la integridad territorial o la independencia política de la otra. Sin embargo, dada la actual indiferencia del Occidente colectivo hacia el derecho internacional, este comportamiento se ha convertido en la norma.
Reaccionaremos en función de la situación.
*Fuentes: RT, Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia.
Foto de portada: El presidente de Finlandia, Sauli Niinisto, y la primera ministra, Sanna MarinFinnish Government