ProPublica publicó esta semana un informe condenatorio, basado en información filtrada del IRS, en el que se detalla cómo los ultrarricos de Estados Unidos se las han arreglado para pagar impuestos que sólo representan una pequeña fracción de la increíble cantidad de dinero que atesoran. El informe también mostró que varios de ellos -incluyendo a Jeff Bezos, Elon Musk y George Soros- han logrado evitar el pago de cualquier impuesto federal en años en los que su riqueza aumentó en millones o miles de millones de dólares. Warren Buffet se hizo 24.300 millones de dólares más rico entre 2014 y 2018, pero solo pagó el 0,1% de esa suma en impuestos.
Utilizando lagunas y soluciones, los multimillonarios identificados en el informe han evitado pagar impuestos sobre su enorme riqueza de forma legal, lo que es en sí mismo una condena del sistema. Los investigadores que examinaron la información filtrada descubrieron que entre 2014 y 2018 las 25 personas más ricas del país pagaron solo el 3,4% de sus ingresos en impuestos federales.
Además, los estudios han demostrado que, a pesar de las claras discrepancias entre la riqueza y la verdadera tasa de impuestos para estos capitalistas, las personas que tienen más probabilidades de ser auditadas son personas en áreas pobres y rurales, en su mayoría negras, en el sur, que califican para el crédito por ingresos ganados debido a sus bajos ingresos. Así, mientras que nadie en el poder se inmuta cuando los ricos evitan pagar impuestos, la gente de la clase trabajadora es considerada sospechosa y está sujeta a un escrutinio extra por ser pobre.
Los ultrarricos utilizan su poder e influencia para acaparar cantidades impensables de dinero, y para hacer (y mantener) que sea legal hacerlo. Mientras tanto, importantes programas sociales que benefician a los trabajadores se ven lamentablemente desfinanciados como consecuencia directa de la riqueza que acumulan los de arriba. La educación, la vivienda, la sanidad, el transporte, el agua y otros aspectos son derechos humanos que deberían estar totalmente financiados para todas las personas. Pero en lugar de ello, debido a la explotación de los trabajadores y a la avaricia de los capitalistas, estos programas están infrafinanciados y fracasan. Las personas de la clase trabajadora luchan por pagar todas estas necesidades y, además, pagan mucho más en impuestos que las personas que tienen una riqueza exponencialmente mayor.
Tras la publicación del informe y citando la preocupación por la privacidad de los multimillonarios que fueron expuestos, el Fiscal General de los Estados Unidos, Merrick Garland, declaró que la investigación del origen de la filtración es una prioridad para él y para el Departamento de Justicia. Su prioridad no es investigar a los multimillonarios que han estado evadiendo impuestos, sino procesar al denunciante que proporcionó la información a ProPublica.
La persona que filtró esta información no debería ser procesada ni sancionada. Actuó en interés público y ayudó a arrojar luz no sólo sobre la magnitud de la disparidad de la riqueza en este país, sino también sobre los mecanismos utilizados por los ultra ricos para mantener y aumentar esas desigualdades. Es horrendo que los capitalistas identificados en el artículo hayan utilizado estas lagunas jurídicas para evitar el pago de impuestos, pero lo es aún más que el sistema capitalista permita, fomente y exija el acaparamiento de la riqueza. Cuando se retira la máscara y se pone al descubierto este sistema, no debemos criminalizar a quienes revelan la verdad.
Este artículo fue publicado por Liberation News.