¿Cómo ves el gobierno frente a la pandemia?
Gobernar no es administrar una cuarentena solamente. Hay que señalar que, como sabes, no soy epidemiólogo, ni sanitarista, ni nada por el estilo; por lo cual mi opinión la hago simplemente como argentino. Lo digo porque hay mucha gente hablando del estilo de “hablemos sin saber”. Creo que el gobierno tuvo buenos reflejos y audacia en tomar la medida de aislamiento social preventivo obligatorio (ASPO) y que como se señaló al tomar la decisión, esto conllevaba muchas consecuencias en el plano de la economía de los argentinos.
En general me parecen adecuadas las medidas de prevención y atención frente a la pandemia, pero creo que falta un enfoque más integral de toda la cuestión. El enfoque sanitarista es adecuado, pero faltan el político y el económico.
Te doy un ejemplo concreto; yo entiendo que corresponde, y está bien el apoyo, que el gobierno atienda a las necesidades de las fuerzas productivas nacionales a fin de preservar la economía; pero pagarle a través de los ATP el sueldo a los jerárquicos y empleados de los grupos concentrados de la economía y para el conjunto de los sectores arrinconados en la economía informal darles 10 mil pesos del IFE, o eventualmente la tarjeta Alimentar; no sólo me parece injusto sino que me parece que hay un abordaje desigual, donde a los pobres se los atiende con políticas para la pobreza y a los ricos lo contrario.
Es decir, hay sectores de la población a los que el Estado debe cuidar, hay otros sectores que se cuidan solos.
Sin ir más lejos, las empresas privadas prestadoras de servicios públicos siguen ganando fortunas, no han sido afectadas por la pandemia, pero la gente común no puede ganarse el mango por el aislamiento y tiene que seguir pagando sus facturas como si nada…y después se habla del esfuerzo de todos y de la solidaridad. El esfuerzo es de todos los que sostenemos al estado para que el estado les aporte a los grupos concentrados, ¡es un gran despropósito! Es la clave de la discusión sobre el aporte solidario de las grandes fortunas que tanto se pone en debate. De cómo se resuelva eso dependerá gran parte el carácter de este gobierno.
Cuando se inició la pandemia había 16 millones de pobres. Con las suspensiones y recortes de salarios no sabemos cuántos habrá. Se destruyeron cerca de 200 mil empleos y eso que lo peor, nos dicen, aún no llegó.
¡La CGT acuerda con los empresarios suspensiones y pagar menos salario y el gobierno en vez de proteger a los asalariados convalida semejante acuerdo!
Hay que cuidar a los que menos tienen y a los que tiene algo por sobre la voracidad de los que lo tienen todo.
Hay un estado calamitoso que se va agravando en las barriadas y eso no se resuelve con fotos sino con un apolítica integral que no veo que esté en agenda porque lo que aparece es la promoción de programas de empleo precario administrado por los mismos de siempre que lejos de concretar los objetivos de los programas hacen caja.
Por otro lado, me gusta ver al gobernador, sus ministros y los intendentes, en lo que podríamos llamar el “frente de batalla”, el territorio; como ha pasado en Villa Azul con Jorge Ferraresi y Mayra Mendoza; en el barrio José Luis Cabezas con Mario Secco y Fabián Cagliardi; y como obviamente no puede pasar en la villa 31 con personajes como Rodríguez Larreta y Santilli.
Lo que creo es importante señalar es la devastación del sistema sanitario, o de salud Nacional y provincial, de parte del neoliberalismo macrista lo cual hizo que para enfrentar este problema partiéramos de una base muy compleja. Pensá que ni siquiera había Ministerio de Salud. Pero además hay que ver algunas continuidades de ese neoliberalismo que se expresan en la desidia y la irresponsabilidad con que el gobierno porteño encaró la cosa con una marca clara de racismo y clasismo. Creo que más que sentar a Rodríguez Larreta a tu lado para la conferencia de prensa dejándolo balbucear pavadas había que intervenir directamente ante el abandono y las puestas en escena mentirosas que hace…entiendo las muecas de construcción de gobernabilidad, pero eso es una cosa, otra cosa es legitimarlo.
¿Y las posturas de anticuarentena o infectadura?
Creo que claramente además de estar sumergidas en una ignorancia irresponsable y en una ideología carente de sentido de solidaridad y comunitarismo, esas posturas son simplemente ejercicios de constitución y articulación de la nueva derecha.
No les importa lo que reclaman, lo que les importa es el ejercicio de oposición. Yo no los subestimo y me parece peligroso subestimarlos. Son ejercicios idénticos a los de los cacerolazos contra Cristina, o la marcha de los paraguas, o por el estilo. Disputan la calle y se apropian de categorías políticas de manera peligrosa porque las resignifican, por ejemplo, libertad, democracia, dictadura.
No hay que olvidarse que Macri de asumir el gobierno llegando a jurar con las calles vacías y echándole la culpa al mal tiempo, se retira habiendo perdido cabeza a cabeza y con una manifestación que lo lleva en andas. Está intacta la posibilidad de disputa del gobierno de manos de una expresión como el macrismo. Porque además no ha habido escarmiento, han hecho un estrago y siguen impunes como si nada hubiera sucedido.
Y más allá de la pandemia ¿qué pensás del gobierno de Alberto Fernández?
Creo que hay que poner primero que nada cuáles son las expectativas que uno tenía respecto a este gobierno. En ese sentido me parece que es importante remontarnos al terrible momento del macrismo decadente sin oposición con fuerza y, eventualmente, a aquella mañana en que Cristina Fernández anunció la candidatura presidencial de Alberto Fernández.
Recordemos la situación del campo nacional fragmentado, con un grupo de gobernadores trabajando por un lado con Pichetto y Urtubey a la cabeza; con los intendentes del conurbano divididos en dos o tres bandos; con un acto del 17 de octubre en Tucumán que quería un peronismo sin Cristina; un kirchnerismo obtuso que se pensaba sin peronismo…es decir, el panorama era de dispersión de fuerzas. La estrategia que plantea Cristina Fernández crea las condiciones de posibilidad de la victoria popular contra el macrismo.
Por otro lado, creo que también cuando se piensa esa candidatura no sólo se atiende a la situación hacía el interior, sino que hay una mirada regional que advierte una situación desfavorable para los intereses de los pueblos, con el redespliegue imperialista en toda la región lo cual también iba a condicionar la capacidad de maniobra del eventual gobierno. Y pensemos que aún no sucedía ni el golpe en Bolivia, ni la derrota del Frente Amplio en Uruguay. Pero además con las evidencias de la rebelión de Chile; de la inviabilidad institucional de Perú que tiene cinco, creo, de sus últimos presidentes presos y uno suicidado; con el fracaso de la pacificación en Colombia; con el golpismo continuado en Venezuela; hubo ahí una lectura también, creo yo, de destino posible de nuestro pueblo, hubo una decisión de encauzar a nuestro pueblo en la política y una apuesta a construir viabilidad institucional en Argentina.
Yo pienso que Cristina tomó nota de la fragilidad del proyecto nacional, popular, latinoamericano en la región, y concibió la necesidad de construir una gran alianza electoral. Y dentro de ese frente electoral, tratar de construir un propio frente político popular. Lo que no veo es que eso se esté articulando, pero eso puede tener que ver con mi propia marginalidad en esa maniobra.
El que creyó que Alberto era Cristina con bigotes no entendió nada y no escuchó ni advirtió los claros mensajes de la propia Cristina. Cuando ella lo elige a Alberto, elige a Alberto, no elige a Alberto kirchnerizado, elige a Alberto tal y como es. A un tipo que sigue haciendo las críticas que hacía al kirchnerismo y que muchas veces son críticas de impugnación a las cosas que nosotros defendemos, qué sé yo, ley de medios o políticas sobre las AFJP, nacionalizaciones… Es ese Alberto, ese es Alberto que eligió Cristina, este es el hombre que pudo resolver electoralmente la victoria.
Creo que esa maniobra tuvo eso. Y tenemos que entenderla quienes abrazamos o militamos en un proyecto nacional y popular, la tenemos que entender así, con esa complejidad. Siempre digo los que no tienen estrategia tragan sapos, si tenés estrategia no tragás sapos, degustás ancas de rana rebozadas con finas hierbas. Eso no significa que puedes ser derrotado o que necesariamente vayas a la victoria, eso es otra cuestión.
No sólo se trató de resolver el acumulado suficiente para derrotar al macrismo sino de construir condiciones de gobernabilidad, por eso lo de “es con todos” fue cada vez más amplio y ya no quedaba más que la pequeña banda de Don Gato y Compañía fuera de la posibilidad del nuevo esquema de administración que se planteó, y que se sigue planteando eh, por eso Larreta se sienta en Olivos, ojo con eso, con Lipovetski, con todos esos rufianes. Cuidado con las propuestas de concertación que no son otra cosa que partido único del ajuste. Porque ellos en las concertaciones no se subalternizan, sino que se imponen.
Esa es la explicación de la fórmula, pero ¿vos estás de acuerdo? ¿Votaste? ¿Pensás que el gobierno cumple las expectativas?
A eso voy, pero no se puede entender si no se pone en contexto y definimos cuáles son las expectativas.
Y sí claro, voté al Frente de Todos, voté estando preso en las PASO. Para diputado nacional lo voté a Julio De Vido, no a Massa. Y recién recuperada la libertad volví a votar en la general.
La estrategia que planteó Cristina, me preguntás si estoy de acuerdo; creo que era lo único posible por hacer y que incluye la maniobra táctica de impulsar esa candidatura, y todas y cada una de las candidaturas, Axel Kicillof y Máximo Kirchner, en cada dimensión; pero que nos impone a quienes abrevamos en el nacionalismo popular revolucionario otras tareas que no están en ese libreto.
Había que derrotar al macrismo y eso fue posible con esa propuesta. Todos caracterizamos que se trataba o que se trataría de un gobierno de transición y en disputa. El destino o la orientación que esa transición va definiendo no depende solamente de las intenciones de los que detentan porciones de poder formal, sino que creo que gran parte de responsabilidad está en la militancia popular organizada.
Después de dos años preso y viendo el cómo se desarrollan las cosas, te cuento que en su momento valoré o supongo que sobrevaloré la voluntad de transformación de algunas organizaciones populares, pero hoy la verdad me replanteo eso seriamente.
Y creo que esa es la gran debilidad de esta estrategia que nos puede llevar a una reproducción administrativa in eternum, más o menos amable, de neoliberalismo, entreguismo, de cristalización de nuestra gente en la pobreza, renunciando con distintas narrativas a la concreción de un proyecto nacional, por ejemplo, el verso recurrente sobre la correlación de fuerzas, o la de la economía formal y la economía de los pobres o popular.
Hay imágenes que hablan de lo que te digo, la típica foto de la olla popular para mostrar que tenés “trabajo barrial”; o celebrar la entrega de una tarjeta para comprar alimentos por 4 mil pesos como si estuvieran entregando casas de la Fundación Eva Perón da cuenta de lo que digo. Está bien que hay q atender el día a día, pero no perder de vista la naturaleza injusta de esas situaciones que hay que cambiar de plano.
¿Crees que las organizaciones populares no tienen esa voluntad de transformación?
Nunca diría eso en esos términos. Lo que creo es que muchas organizaciones populares naufragan en la construcción de su propia estructura reproduciendo prácticas que despreciaban como el clientelismo, y que esto tiene que ver con cómo se comportaron durante el macrismo.
Mientras algunos dirigentes populares estábamos presos otros eran los interlocutores que el gobierno macrista te ponía para administrar la repartija de la miseria.
Creo que debe tener que ver con cómo procesaron la victoria macrista y cómo transitaron el macrismo, eso llevó a muchos dirigentes a una verdadera bancarrota moral y política, eso no quiere decir que no tengan vigencia como dirigentes ni poder.
Por eso te señalaba que tenía una percepción de fortaleza de las organizaciones populares porque además vi cómo nuestro pueblo se entreveró en la resistencia al macrismo, pero no pude ver el raquitismo progresivo que padecieron tanto en rebeldía como en utopías, muchos dirigentes y, te dije, eso creo que es la gran debilidad del movimiento popular que no es una debilidad congénita o estructural, es algo que podremos resolver en la medida que nuevas generaciones, camadas de dirigentes, vayan apareciendo por afuera del circuito de reproducción política de lo que yo llamo gestión y administración de lo popular.
Me señalaste todos los problemas que tenemos, entonces ¿el gobierno está haciendo lo que puede?
¡Tampoco dije eso! Mira, creo que hay dos cuestiones estructurales que además operan estructurando y condicionando al gobierno. Uno es el tema de la deuda externa y el otro es el lawfare.
En el tema de deuda externa todos asistimos impávidos al siniestro mecanismo de endeudamiento, capitalización de operadores financieros, y fuga. Un endeudamiento que tardíamente se legitima por el Congreso en esta gestión de gobierno no en el anterior. Y un endeudamiento que es a todas luces un delito de ejecución continuada ilegal e ilegítimo. Y aún sin haber aprobado el presupuesto se está negociando con los acreedores bajo el auspicio y tutela del Fondo Monetario Internacional, que es partícipe del delito y cuya anterior gestión permitió el endeudamiento más grande de la historia del organismo violando su propio estatuto.
Por ahí anda la diputada Fernanda Vallejos intentando con desigual suerte poner e debate estas cuestiones, eso es muy bueno, pero Lisandro de la Torre puede haber muchos, hace falta una decisión política del más alto nivel en estas cuestiones.
Habrá que negociar, buscar quitas, lo que sea, lo que no se puede hacer es desconocer que gran parte de la deuda se contrajo delictivamente y se otorgó de la misma manera.
El otro tema es el lawfare que creo es un verdadero caballo de Troya de la posibilidad democrática. No veo que nada se haga a ese respecto, entiendo que todo permanece intocado, desde las causas que siguen desarrollándose a pesar que sabemos que son causas armadas, los presos y presas políticas, fiscales procesados que siguen en sus cargos, jueces que ahora denuncian aprietes en base a los cuales fallaron y se llevaron puesta nuestra libertad.
Hay que entender que el lawfare es un dispositivo para proscribir a Cristina, para maniatar al Pueblo, lo hicieron en Brasil destituyendo a Dilma y proscribiendo a Lula, lo hicieron en Ecuador, más bestialmente lo hicieron en Bolivia. No se trata de un grupito de jueces y fiscales “operados”, es directamente la colonización de la justicia federal de parte del Departamento de Estado, no hay que ser tan ingenuo en estas cosas.
Hace poco nos enteramos por una entrevista radial que la jueza Ana María Figueroa recibió presiones del gobierno de Macri para fallar en la causa del Memorándum con Irán. El fallo bajo presión de esta mujer posibilitó que el siniestro juez Bonadío se apropie de la causa que inventó Nisman y con su cómplice, el oscuro fiscal Taiano (fórum shopping), resolvieran la prisión preventiva o condena anticipada de muchos compañeros, en mi caso me tuvieron dos años preso. Federico Pinedo luego dice que esa es una práctica normal.
Más tarde la jueza federal de San Martín, Martina Forns, recalcó que ni cuando le tuvo que tomar declaración indagatoria al dictador Videla recibió tantas presiones como durante el macrismo.
Mientras tanto se anuncia una Reforma Judicial mantenida en absoluto secreto que, lo he dicho hasta el cansancio, probablemente redunde en un mayor acceso y más simplificado al servicio judicial, al servicio de justicia en términos administrativos; pero eso no cambia ni las excepciones regias que tienen jueces y fiscales, ni lo antidemocrático del Poder Judicial, mucho menos la colonización que hay en Comodoro Py.
Si estas cosas no se atacan entonces no hay posibilidad de soberanía.
¿Decís que el gobierno no quiere o uno puede resolver esto?
Creo que el gobierno no es una entidad monolítica, conviven distintas expresiones en su interior con grandes contradicciones entre sí, algunas políticas y otras de negocios.
Distintos actores desarrollan distintas estrategias de desarrollo propio porque todos juegan a lo que viene.
Hay cosas que solamente bajo esa lupa podés comprender, por ejemplo, la presencia de los ministros nacionales Losardo y Wado de Pedro en la jura como Fiscal General Porteño de Juan Bautista Mahiques no tiene ninguna explicación razonable como no sea que hacen su propio juego ya que es la misma Cristina la que señala a Mahiques como el operador del Lawfare.
¡El sabotaje que se hace a la gestión del ministro Arroyo desde dentro mismo del ministerio! ¿Cómo te lo explicas?
La complejidad de los esquemas de poder en provincia de Buenos Aires, con grupos muy definidos lejos de la sinergia en acciones centrípetas, ¿a qué deberíamos atribuirlas?
La ocupación de algunos nichos del estado y la permanencia de segundas y terceras líneas macristas en la gestión ¿cómo te la explicas? Al principio decían que tenían problemas de soft por las firmas digitales, ahora no sé qué dirán…pero no puedo explicarme la designación, por ejemplo, de Bastos en Metrogas donde el mayor accionista es YPF! Bastos el segundo de Cavallo, un hombre de las energéticas privadas, se cansó de declarar contra nuestro país en los tribunales del CIADI. Como esa, si te pones a mirar, te deprimís.
¿Es un gobierno que va a fracasar entonces?
Es un gobierno de transición, de todos lados se intenta asaltarlo; fracasarán los que quieren llevarlo para el lugar a donde no quiere ir. Fracasarán los que quieren arrimarlo al lugar donde no es posible ir. En esto hay que ser muy concreto, hay determinadas condiciones geopolíticas que condicionan, pero no determinan orientaciones generales y posibilidades de desarrollo de un proyecto de recuperación de soberanía. Pero también sabemos que la propia acción histórica del propio gobierno construye condiciones objetivas y subjetivas nuevas. Fernández más que AMLO (Andrés Manuel López Obrador, presidente de México) constituye un obstáculo en el plan de redespliegue imperialista en Nuestramérica, esto por las razones que sean, por Cristina, por el Pueblo Argentino o por el propio Fernández. Es la posibilidad de apalancamiento de la recuperación de Lula, del regreso de Evo, retaguardia de Venezuela. Es la posibilidad de recuperar las inercias derivadas del plan de desarrollo estratégico territorial que pergeñaron Néstor Kirchner y Julio De Vido, estaría siendo un territorio de construcción del nuevo multipolarismo como esquema mundial. Hay aún hoy pendientes contratos y desarrollos con China y Rusia.
Pero también puede pasar que se queme las retinas con los falaces titulares de Clarín y que le resulte incómodo ser acusado de “comunista” por viejos que se visten con remeras con la foto de Videla.
Ahí es donde está el rol que creo que tenemos algunos de nosotros, en ser la radicalidad en el marco de un gobierno transicional, ser el contrapeso de lo siniestro. No estamos para aplaudir, tampoco para administrar la pobreza y menos para legitimarla con narrativas que cristalizan dichas situaciones. Soy parte de los que seguimos creyendo que hay que cambiar al mundo y creo en las fuerzas y en la dignidad de nuestro pueblo y me rebelo cada vez que veo que esa dignidad pretende mercadearse por planes, sueldos o mercadería.
Otros están para ser ministros, o directores, para recaudar y fortalecer su organización, hay, como dijo Perón, grandes hombres con grandes objetivos y pequeños objetivos para hombres pequeños.
Sin formación de cuadros, sin claridad estratégica, sin política, sin Organización, nada de lo que tenemos pendiente como pueblo puede realizarse, seguiremos naufragando en posibilismo y en acentuar la miserabilidad de la política relacionada con los negocitos en torno al Estado.
Hay una generación, los sub50, que creció y se consolidó políticamente en el kirchnerismo pero que también conoció los 90 y la resistencia, que está llamada a comandar los tiempos que vienen, algunos ya lo están haciendo.
Hay que recuperar la épica de la política, combatir el sectarismo y el hegemonismo, militar, formarse, cuestionar, no conformarse y asumir que para cambiar la Patria hay que hacer sacrificios porque enfrentamos un enemigo poderoso, cuando las cosas te resultan fáciles entonces ese es el dato de que estás por el mal camino.