A trasluz de las imposiciones coercitivas unilaterales occidentales, llamadas sanciones, la soberanía oficia de concepto que entra en vigor, como camino a recorrer, fundamentalmente para el conjunto de los cinco países circundantes a la península arábiga que se incorporan al BRICS Plus en 2024, pero también para países epicentros de confluencia relacional con China y Rusia que se encuentran enmarcados geoestratégicamente en las rutas comerciales de la BRI; comprendiendo a Asia continental como proyecto de componentes que contribuyen al ordenamiento Multipolar por sus elementos, en tanto continente más extenso del mundo, a la vez que continúa el conflicto bélico entre Israel y Hamas en Medio Oriente.
“Política Multivectorial”
En los primeros días de noviembre, el modelo de “política multivectorial” de Kazajstán dio una verdadera muestra de pluralidad en sus relaciones exteriores contando a Astana como sede de varias visitas oficiales en el mes. El 1° de noviembre el presidente francés, Emmanuel Macron, llegó a Akorda (palacio presidencial de Kazajstán) para la firma de proyectos que reactivan en el país sectores de energía, industria atómica, minería y otras ramas industriales, mediante el “descongelamiento” de acuerdos que empresas energéticas francesas mantenían inactivas hacía 15 años. El presidente kazajo, Kasim-Yomart Tokayev, definió en la posterior rueda de prensa que “durante las conversaciones informativas con el presidente Emmanuel Macron se lograron acuerdos específicos destinados a mejorar los vínculos bilaterales”, según indica la agencia de noticias kazaja Kazifrom.

Como los medios occidentales suelen titular a las ex URSS de Asia Central como el “patio trasero de Rusia”, han presentado a Kazajstán como ejemplo de ello luego de la reunión bilateral entre Tokayev y Macrón, a lo que el ministro de exteriores ruso, Serguéi Lavrov, no tardó en responder desestimando el lenguaje de esa prensa, subrayando, entonces, las propias palabras emitidas por Macron: [Kazajstán] “se niega a ser vasallo de algunas potencias, pero construye una asociación equilibrada con varias de ellas para el beneficio del pueblo kazajo”
Una semana más tarde, el 9 de noviembre, Vladimir Putin llegó a Astana [foto], luego de las repercusiones en Occidente, para ponerse al corriente con su homólogo kazajo y determinar la reafirmación de la amplia agenda bilateral que ambos países comparten históricamente en materia de transporte, energía, seguridad, intercambio y cooperación; lo que el Kremlin considera estratégico para la región. Kazajstán se consolida como país geoestratégico no solo por su sitio central de intersección en el mapa de Asia, sino por su integración estatal en los organismos creados durante los últimos años en la región euroasiática y que, a su vez, se mantienen ajenos a los intentos intervencionistas de Occidente.
El 9° territorio del mundo (por extensión) integrado entre la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS), la Comunidad de Estados Independientes (CEI), la Unión Económica Euroasiática (UEE) o la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), también protagonizó el 3 de noviembre, anterior a la visita de Putin, la apertura interlocución sede de la Organización de Estados Turcos en la que recibió la presidencia pro-témpore por parte de Uzbekistán, donde algunos destacados del presidente Kassim-Jomart Tokayev vislumbran el perfil kazajo para con el espectro internacional y el enfoque de los intereses regionales en Asia Meridional y los pueblos túrquicos. De la reunión participaron los líderes de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, de Turkiye, Recep Tayyid Erdogan, de Kirguistán, Sadir Japarov, y de Hungría, Viktor Orban.
En dicha Cumbre los mandatarios presentes consensuaron puntos entre los que se encuentran el posicionamiento compartido de pedir un alto al fuego inmediato en la Franja de Gaza y la implementación del Programa de Conectividad de Trasporte para el período 2023-2028, entre otros asuntos regionales para la puesta en común. A su vez Tokayev aseguró una reunión bilateral en el Palacio Presidencial Akorda con su homólogo turco en donde el primer mandatario kazajo definió a Turkiye como “el socio estratégico más cercano y fiable de Kazajstán”, ya que “gracias a los contactos regulares, muchos de nuestros acuerdos se han implementado con éxito”

El inicio de la próxima década de la Iniciativa de la Franja y la Ruta, el “sueño chino” de Xi Jinping, se reactualiza con más de 150 países y 30 organismos internacionales suscriptos en la BRI a la fecha. Las muestras del comercio chino con varios Estados asiáticos y del mundo evidencian que, en materia de infraestructura, desde puertos y transporte hasta conectividad 5G, la República Popular China continúa posicionándose como actor y garante para las relaciones comerciales y económicas de los organismos de cooperación emergentes, tomando a la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) como ejemplo de ello, y, también, mediante acuerdos bilaterales que aseguran la premisa de “Win Win” para las partes tratantes; conceptos económicos y políticos multilaterales practicados entre los BRICS, en tanto bloque de desarrollo en auge multipolar.
Observamos, a partir de esas configuraciones, que la importancia de las energías, reservas de petróleo y gas de los países asiáticos se convierten en elementos necesarios y fundamentales para la construcción política internacional que la región requiere de cara a la reafirmación de acuerdos y consensos básicos para los próximos años, y que tiene como referencia el cumplimiento de la Carta de la ONU como material intrínseco a la soberanía e independencia de cada Pueblo-Gobierno/Estado-País de manera integral o en condiciones de integrarse así conceptualmente; dando lugar, de esa manera, al fortalecimiento de los bloques existentes [emergentes] que representan intereses de cooperación mutua que son útiles para una reconstrucción histórica; recordando el asedio y la colonización que los imperios occidentales realizaron durante los últimos siglos a países y regiones de América Latina, África y Asia.
La construcción de una representación más justa
La narrativa fundacional del Mundo Multipolar encontró consensos concretos este año: el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Arabia Saudita e Irán, La Cumbre Rusia-África en San Petersburgo, la Cumbre BRICS en Johannesburgo o la Cumbre del G-77 más China en La Habana; han manejado una retórica contundente de invitación a esa construcción de otra “gobernanza mundial” que incluye también un pedido de reforma de una de las instituciones que la han regido en materia de seguridad para asuntos mundiales, al Consejo de Seguridad de la ONU, presidido por EE. UU., Gran Bretaña, Francia, La Federación Rusa y la República Popular China desde el fin de la 2da Guerra Mundial.
Es sobre este cuadro que se torna especial la dimensión geopolítica de los acontecimientos que se suceden en el conflicto israelo-palestino reavivado desde el 7 de octubre entre la organización de resistencia palestina HAMAS y el actual primer ministro del Estado de Israel, Benjamín Netanyahu, en la Franja de Gaza. El factor asimétrico entre ambas partes es un motivo a ajustar en la construcción de un Orden Multipolar basado en el Derecho Internacional, para recalibrar ciertos parámetros históricos que reflejen una actualidad más justa en Medio Oriente, entre los que se esbozan recientes posicionamientos unificados de los países árabes y musulmanes respecto de la defensa de Palestina, tomando como base el establecimiento de un Estado palestino independiente dentro de las fronteras de 1967, con Jerusalén Este como capital, en coexistencia con Israel.

La reconfiguración política del Sur Global se propone también incidir en mandatos de organismos como el G-20, con el presidente brasileño, Inácio Lula Da Silva, para el período 2023-2024, al cual lo antecedió el primer ministro de la India, Narendra Modi, en el plazo anterior terminado en Nueva Delhi en septiembre. El mandatario del país amazónico le propone al Grupo de los Veinte “La construcción de un mundo más justo y de un planeta sustentable”, con la pretensión de que su asunción al frente de ese foro internacional de gobernantes y bancos centrales contará con el “compromiso de colocar la lucha contra el hambre, la extrema pobreza y la desigualdad en el centro de la agenda global”.
Favio Vidal* periodista y técnico Superior en Comunicación Popular.
Foto de portada: Xinhua/Huang Jingwen