La integración regional es necesaria para lograr un objetivo común a través de la cooperación. La economía regional y la integración política que favorecen la creación de federaciones y permiten el libre movimiento de bienes de consumo, servicios, personas y capital en el mercado nacional han estado en la agenda africana desde los años 60.
No importa el tamaño del país, ya sea grande o pequeño, necesita integración porque como dicen los economistas, el aislamiento es el enemigo del desarrollo. La Comunidad Africana Oriental (EAC por sus siglas en inglés), conformada por Uganda, Kenia, Tanzania, Burundi, Ruanda y Sudán del Sur desde el 3 de abril de 2022, quiere mejorar sus relaciones comerciales.
El presidente de Kenia, Uhuru Kenyatta, junto a otros como Yoweri Museveni y Paul Kagame dijeron que la llegada de la RDC a la unión aduanera potenciará el comercio, fomentará la cooperación y propiciará la integración.
“Ahora que contamos con la RDC, la población de nuestra comunidad llega a los 300 millones. Nuestro PIB combinado alcanzará los 250 mil millones de dólares” afirmó Kenyatta.
La admisión de la RDC como miembro sucedió como una respuesta a la población de los países que componían la unión comercial, de unos 300 millones, pero el renacer de los rebeldes del M23, apoyados por Ruanda, ha puesto en duda el futuro de la EAC.
Las preocupaciones actuales del presidente congoleño Felix Tshisekedi, giran en torno al resurgir del movimiento rebelde del M23, que atacó tropas gubernamentales la misma semana que se admitió a Kinshasa en la EAC.
El artículo sexto del tratado de la EAC indica que los principios fundamentales de confianza mutua, voluntad política, igualdad soberana y la disolución pacífica de conflictos deben seguirse si la comunidad quiere lograr sus objetivos.
Ruanda, con un área de 26.338 km2, es el país más pequeño de la Comunidad de África Oriental, pero muchos lo ven como un obstáculo a muchos proyectos por sus intentos de control regional a través de políticas imperialistas establecidas por Kagame.
Las continuas guerras de Ruanda en la región, especialmente las del este de la RDC (En Kivu del Norte y del Sur), y las tensiones con Burundi son asuntos importantes que seguirán debilitando el desarrollo de la EAC. Burundi acusó a la nación vecina, Ruanda, de haber participado en un golpe de Estado fallido en 2015.
Burundi, después de que Ruanda se negara a extraditar a los involucrados en el golpe de Estado de 2015, incluso al líder de la operación, el general Godfrey Niyombare, sigue acusando al país de no tomar medidas para reconciliar las dos naciones. Niyombare todavía apoya al grupo de rebeldes burundiano RED TABARA al este del Congo (Rusizi basin). Hay información que apunta a que el grupo tiene apoyo de Ruanda.
La teoría sobre la integración regional en la Comunidad de África Oriental y su puesta en práctica nunca han llegado a plasmarse en la realidad. Las fronteras entre Ruanda y Uganda permanecieron cerradas durante tres años entre el 28 de febrero de 2019 y principios de 2022. Las fronteras entre Ruanda y Burundi siguen cerradas.
El general James Kabarebe, asesor militar de alto rango de Kagame y antiguo ministro de defensa, expresó en 2018, durante el programa Ingando, adoctrinamiento político que todo ruandés recibe para ser un “buen ciudadano”, que estaba decepcionado con los ruandeses que seguían Guhunahuna (hurgando) en países vecinos. Kabarebe comunicó a los participantes del Indago que el resto de países vecinos de la RDC, Burundi y Uganda le deseaban a Ruanda lo peor. “Siempre están celosos del futuro de Ruanda y el gran progreso de nuestro pueblo ¿Qué buscáis en la región? Construid vuestro país en lugar de escarbar en busca de algo que no hay en esos países porque no son mejores” afirmó Kabarebe.
Acusan a Kigali de causar conflictos en la región. Como resultado, el comercio de Uganda y Burundi con Ruanda ha caído en picado debido a la enemistad entre estas tres naciones de la EAC.
Por ejemplo, los jefes de estado que componían el órgano supremo de la Comunidad de África Oriental que daban las directrices hacia las metas y objetivos de la comunidad no se han visto en persona en tres años.
Han esperado hasta el 8 de abril de 2022 para reunirse en una ceremonia que confirmó la membresía de la RDC.
La enemistad política ha perjudicado los proyectos del protocolo monetario de la EAC firmado en 2013. Este protocolo proponía el uso de una moneda común a partir de 2024. También se retrasaron los proyectos de construcción de un ferrocarril entre Ruanda, Uganda, Burundi y Tanzania.
Las amenazas de Ruanda
Como toda integración, necesita que haya voluntad política, paz, seguridad y estabilidad en la EAC para poder desarrollarse, es un desastre. Esta integración podría arruinarse por las constantes guerras y tensiones entre el presidente Paul Kagame y la mayoría de los miembros de estado de la EAC. En febrero de 2022, Kagame amenazó a la RDC con invadir el territorio.
En su discurso del ocho de febrero de 2022 frente al parlamento de Ruanda, el presidente Paul Kagame amenazó con invadir la República Democrática del Congo.
“Toda nuestra atención se centra en el Congo. Estamos centrados en esta región porque los grupos armados con base allí son una amenaza para nosotros, incluida la FDA (que las fuerzas armadas de la RDC y Uganda están intentando desmantelar). No quitamos ojo a este asunto. Pero estén seguros de que resolveremos esto. Usaremos todos los medios a nuestra disposición incluida la persuasión y estamos dispuestos a acordar una solución. Pero cuando alguien cruce una línea roja, no vamos a pedir permiso a nadie para intervenir. Simplemente nos involucraremos y solucionaremos el problema. Todavía estamos evaluando la situación y comprobando nuestras opciones. Pero, si decidimos que Ruanda se vea directamente influida por esta situación, intervendremos directamente con o sin el consentimiento de las partes involucradas… Cualquiera que desee entablar una guerra con nosotros la tendrá. Contamos con profesionales capaces de hacerlo. Nuestra doctrina es librar esta guerra en territorio enemigo debido al pequeño tamaño de Ruanda.” Expreso el presidente ruandés en esa oportunidad.
Un mes después del discurso de Kagame en el parlamento, el 28 de marzo, un día antes de que la RDC se uniera oficialmente a la EAC, militantes del movimiento rebelde del M23 atacaron puestos militares de la FARDC cercanos a la frontera entre Uganda y Ruanda.
Además, al día siguiente, ocho miembros de las fuerzas de la paz fallecieron cuando el helicóptero de las Naciones Unidas en el que viajaban se estrelló al este de la RDC. Más que una coincidencia, esto es una advertencia que Kagame envía al ejército de la República del Congo y a la operación de mantenimiento de la paz de la ONU, la MONUSCO.
Tras su derrota en 2013, el M23 reapareció de nuevo en octubre de 2021 cuando fue acusado de atacar varios puestos militares. El movimiento culpa a las autoridades de Kinshasa de no respetar los acuerdos contraídos para la desmovilización y reintegración de sus soldados.
El 27 y 28 de marzo de 2022 varios puestos fueron atacados durante las incursiones iniciadas por los rebeldes del M23 desde marzo.
Según el general Sylvain Ekenge, portavoz regional de las FARDC, los soldados arrestados llevaban el uniforme de las fuerzas de defensa de Ruanda, comida y municiones con la etiqueta de las mismas.
En una rueda de prensa, el general Sylvain Ekenge, portavoz del gobernador de Kivu del Norte, confirmó que soldados de las Fuerzas Ruandesas de Defensa (RDF) habían sido arrestados varias veces durante los ataques. Según sus declaraciones, los soldados arrestados admitieron que las RDF estaban brindando apoyo a los rebeldes del M23 y sobornando a civiles de Kivu del Norte.
A esto se le añade la acusación hecha por Patrick Muyaya, portavoz del gobierno del Congo, en la que afirmaba que Ruanda apoyaba a los combatientes del M23. “Según los datos que hemos recibido de los lugares atacados se establece que, en todo caso, las sospechas están motivadas por el apoyo que el M23 habría recibido de Ruanda”, afirmó durante una conferencia de prensa, después de una larga reunión con el Primer Ministro Sama Lukonde, los jefes militares y la policía.
“Respecto a este asunto, hemos activado el mecanismo de vigilancia. Además, el director de este mecanismo se encuentra en estos momentos en Kigali para confirmar estos hechos”, indicó.
“Creemos que el M23 no puede tener un arsenal militar como el que encontramos en el terreno de operaciones.” Son algunas de las apreciaciones que se desprenden de declaraciones de Muyaya, quien además ha hecho un llamamiento a la movilización “para que, de ninguna manera, ningún grupo o país, intente apoderarse de un solo centímetro de nuestro territorio.”
Kigali no ha respondido oficialmente. El ejército del Congo lleva luchando durante varios meses al M23, que se encuentra cerca de las fronteras de Ruanda y Uganda.
El miércoles 25 de mayo del 2022 en una reunión en Malabo (Guinea Ecuatorial), el gobierno de la República Democrática del Congo comunicó al Consejo Ejecutivo de la Unión Africana que estaba seguro de que Ruanda estaba detrás de los ataques del grupo de rebeldes M23 en la provincia de Kivu del Norte. Durante la reunión del Consejo Ejecutivo de la Unión Africana celebrada en Malabo (Guinea Ecuatorial), Christophe Lutundula, Viceprimer Ministro de la República Democrática del Congo y ministro de Asuntos Exteriores, declaró que Ruanda estaba apoyando al grupo rebelde M23. “Ruanda está avanzando. Hace diez minutos, he afirmado sin dudar que Ruanda ha atacado al campamento de Rumangabo en la República Democrática del Congo.”
Lutundula además agrega que: “¿Cómo puede ser que hoy que estamos celebrando el nacimiento de nuestra unión para el desarrollo, cuando deberíamos estar reflexionando sobre nuestro futuro, la gente puede comportarse como si nada estuviera pasando? Lo digo alto y claro, el M23 está obteniendo apoyo de Ruanda, ha atacado a las tropas internacionales de la MONUSCO y a mi país. No podemos quedarnos de brazos cruzados. No podemos quedarnos callados. No podemos resolver el problema superficialmente. Tenemos que cortarlo de raíz. Debemos mirarnos a través de los ojos de la gobernabilidad, en el espejo de la esperanza de la gente.”
Los rebeldes del M23, apoyados por Kagame, avanzan sobre una base militar muy importante de las FARDC al este del Congo, y Goma está a punto de caer en sus manos.
Los miembros del grupo rebelde M23 avanzaron al este de la República Democrática del Congo y se vieron envueltos en duros combates con el ejército a las afueras de la mayor base militar de Rumangabo, la cual había sido usada por los rebeldes como cuartel general durante la sublevación entre 2012 y 2013.
Durante ese conflicto, el M23 capturó durante un pequeño periodo de tiempo la principal ciudad del este del Congo, Goma, donde viven más de un millón de personas. Rumango está a 35km (22 millas) al norte de Goma.
En un comunicado, el ejército del Congo declara que durante el miércoles y jueves estallaron alrededor de una veintena de proyectiles y bombas, y que las fuerzas congoleñas combatían a los rebeldes del M23 cerca de Kibumba, a unos 20km al noreste de Goma.
El movimiento acusa a las autoridades de Kinshasa de no respetar los acuerdos contraídos para la desmovilización y reintegración de sus miembros.
Las relaciones se han distendido con la llegada al poder a principios de 2019 de Félix Tshisekedi, el cual se ha reunido en varias ocasiones con su homólogo ruandés Paul Kagame. Pero la reanudación de la actividad del M23 ha reavivado las sospechas. El renacimiento del M23 tras la admisión de la RDC como nuevo miembro de la EAC está echando más leña al fuego. No es fácil lograr los objetivos y el éxito en la integración de la EAC, ya que el presidente Kagame continúa dando munición y ofreciendo entrenamiento a los rebeldes del M23.
La inseguridad que se genera en el país debido a la reorganización del M23 es un hecho preocupante para el progreso y el desarrollo futuro de la Comunidad de África Oriental, ya que la colaboración con otros países vecinos se verá afectada por el renacimiento de los rebeldes del M23 apoyados por Ruanda.
En 1996, Kagame ordenó la entrada de tropas en la RDC para perseguir a los refugiados de etnia hutu que huían al Congo. Las tropas ruandesas apoyaron a un grupo rebelde conocido como el AFDL que derrocó en 1997 al congoleño Mobutu Sese Seko y se hizo con el poder. Alrededor de 3 millones de civiles congoleños y hutus fueron presuntamente asesinados.
En 1998, las tropas ruandesas volvieron a invadir la RDC, lo que provocó que el país se dividiera en zonas controladas por rebeldes al norte y este, y en un área controlada por el gobierno al oeste. El extenso país centroafricano, uno de los más pobres del mundo a pesar de su gran riqueza en minerales, ha estado sometido desde entonces a una inestabilidad crónica, violencia e insurgencias. Kagame también ha sido acusado de permanecer durante años en el este de la RDC para expoliar los recursos naturales del país.
Un buen vecino es un amigo necesitado y, por tanto, un verdadero amigo. Es fundamental obtener una seguridad sostenible en la región y una buena relación diplomática entre Ruanda y sus vecinos para alcanzar el objetivo de integración regional de la Comunidad de África Oriental y la paz y seguridad sostenibles desde la llegada al poder del Presidente Paul Kagame y su partido RPF Inkotanyi.
Artículo publicado en Umoya, editado por el equipo de PIA Global