Portando imágenes de banderas de Nasrallah y Hezbollah, partidarios del Líbano y otros países de la región llenaron el estadio Camille Chamoun Sports City, con capacidad para 55.000 personas, en los suburbios del sur de Beirut. Los dolientes vestidos de negro, algunos ondeando banderas del movimiento o llevando retratos de Nasrallah, acudieron en masa al funeral multitudinario, que se retrasó por cuestiones de seguridad. Muchos hombres, mujeres y niños del Líbano y de otros lugares caminaron a pie en medio del frío cortante para llegar al lugar de la ceremonia.
Una fuente de seguridad libanesa calculó que la multitud era de alrededor de un millón de personas.
En las paredes y puentes del sur de Beirut se colocaron retratos gigantes de Nasrallah y Hashem Safieddine (el sucesor elegido por Nasrallah, que murió en otro ataque aéreo israelí antes de que pudiera asumir el cargo). Los dos habían sido enterrados temporalmente en lugares secretos.
Después de su muerte, Nasrallah fue enterrado temporalmente junto a su hijo, Hadi, quien murió luchando para Hezbollah en 1997. Su funeral oficial se retrasó para dar tiempo a la retirada de las fuerzas israelíes del sur del Líbano en virtud del alto al fuego acordado entre las partes.
Hassan Nasrallah, comandante del grupo durante más de 30 años y uno de sus fundadores, murió en septiembre del año pasado cuando la fuerza aérea israelí lanzó más de 80 bombas sobre la principal sala de operaciones del movimiento.
Nasrallah será enterrado en Beirut, mientras que Safieddine será enterrado en su ciudad natal en el sur del Líbano.
Hezbollah colocó pantallas gigantes a lo largo de la carretera del aeropuerto y fuera del estadio para las personas que no consiguieron espacio dentro para ver el funeral. Las estrictas medidas de seguridad incluyeron el cierre de las carreteras principales en la zona del funeral y la suspensión de los vuelos hacia y desde el aeropuerto de Beirut durante cuatro horas. El ejército y la policía libaneses se mantuvieron en alerta y se prohibió el uso de drones en Beirut y sus alrededores durante el día.
El líder actual del grupo, Naim Qassem, cuyo discurso a los dolientes fue transmitido en pantallas desde un lugar no revelado, dijo que Hezbollah seguía siendo «fuerte».
«No nos someteremos y no aceptaremos que continúen nuestras matanzas y nuestra ocupación mientras miramos», afirmó Qassem.
Aunque el ejército de Israel se ha retirado en gran medida del sur del Líbano, su fuerza aérea todavía está atacando lo que dice son bases de Hezbollah en todo el Líbano y las tropas aún mantienen cinco posiciones en las cimas de las colinas a lo largo de la frontera.
Las tropas israelíes también detuvieron a civiles libaneses y a combatientes de Hezbollah en el sur del Líbano, y tienen bajo su custodia los cuerpos de los combatientes del movimiento asesinados.
Qassem dijo que Hezbollah ejercería presión para que regresaran a sus hogares. Agregó, que consideraba las cinco posiciones de Israel como una ocupación y que confiaba en que el gobierno libanés lograra una retirada total por la vía diplomática.
«Elegimos disparar cuando lo consideramos oportuno y somos pacientes cuando lo consideramos oportuno», afirmó.
Aviones de guerra israelíes atacaron el domingo el sur y el este del Líbano y volaron bajo sobre Beirut dos veces durante el funeral, lo que provocó gritos de «Muerte a Israel».
El ministro de Defensa israelí, Israel Katz, dijo en el programa X que los aviones «sobrevolando el funeral de Hassan Nasrallah están transmitiendo un mensaje claro: quien amenace con destruir Israel y ataque a Israel, será su fin. Ustedes se especializarán en funerales y nosotros nos especializaremos en victorias».
El ejército israelí publicó un vídeo en el que se ve cómo se produce la muerte de Nasrallah «en varios ataques simultáneos». Las imágenes en blanco y negro, que parecen haber sido filmadas desde un avión militar, muestran edificios alcanzados por una docena de explosiones en rápida sucesión.
Entre los asistentes al funeral se encontraban el ministro de Asuntos Exteriores iraní, Abbas Araqchi, una delegación iraquí que incluía a políticos chiítas y comandantes de milicias, y una delegación de los hutíes de Yemen.
El funeral masivo tiene como objetivo mostrar fuerza después de que Hezbollah emergiera golpeado de la guerra del año pasado con Israel, que mató a la mayoría de sus líderes y a miles de combatientes y causó destrucción en el sur del Líbano.
Su debilitamiento se ha reflejado en la política libanesa de posguerra: el grupo ha sido incapaz de imponer su voluntad en la formación de un nuevo gobierno y el lenguaje que legitima su arsenal ha sido omitido en la declaración política del nuevo gabinete.
Foto de portada: Reuters
