La aplastante derrota diplomática del imperio estadounidense, infringida el pasado 23 de junio al condenar el ilegal, injusto, genocida y terrorista bloqueo, impuesto a Cuba, por cerca de 60 años y que desde 1992 Estados Unidos viene recibiendo la condena de la mayoría de las naciones y la denuncia de la ilegalidad de este mecanismo, además, por su carácter extraterritorial con la ley Helms-Burton.
Las leyes impuestas en todos estos años demuestran no solamente una motivación política, también el carácter terrorista, prepotente e imperial de Estados Unidos, utilizado para multar con altísimas y multimillonarias cifras a bancos y empresas europeas y de otras nacionalidades, por comerciar con Cuba, una verdadera política de chantaje, robo, inmoralidad y carácter piratesco.
En medio de una devastadora pandemia, el gobierno de Trump, redobló la agresiva política contra Cuba, y contra otras naciones al activar los títulos 3 y 4 de la ilegal ley Helms-Burton y emitió 242 órdenes ejecutivas para recrudecer el bloqueo, una manifiesta acción terrorista y genocida contra un pueblo y mantenidas por el actual presidente Joe Biden.
Fue el hoy presidente Biden el que en su campaña electoral había prometido modificar dicha política hacia Cuba y nada ha cambiado, por lo que la actual administración Biden no hace más que practicar la misma política terrorista que practicó su antecesor contra Cuba. No utilizan explosivos, utilizan una silenciosa guerra para provocar hambre, miseria, descontento y creen que con esa política los llevara a conseguir el derrocamiento del gobierno revolucionario. No señores imperialistas este digno pueblo ni se vende ni se rinde, porque sabemos, que esta guerra terrorista contra Cuba, viene de sectores bipartidista de años atrás.
No es una nueva política, es una política practicada desde 1962 cuando el subsecretario de Estado Lester Mallory elevó un impúdico memorando del 6 de abril de 1960, que cito: “Hay que poner en práctica rápidamente todos los medios posibles para debilitar la vida económica (…) negándole a Cuba dinero y suministros con el fin de reducir los salarios nominales y reales, con el objetivo de provocar hambre, desesperación y el derrocamiento del gobierno”. Esta sugerencia fue tomada en cuenta y aplicada desde 1962 por el gobierno de John F Kennedy contra Cuba hasta nuestros días.
El objetivo estratégico de estas ilegales, terroristas y genocidas leyes y ordenes ejecutivas emitidas por Estados Unidos, no tendrán éxito alguno, porque en Cuba es el pueblo el que dirige sus destinos, a través de sus muy democráticos mecanismos, como lo es la Asamblea Nacional, ocupada por 600 diputados, de los cuales el 50 por ciento representan a las bases del pueblo y el otro 50 por ciento representan a los movimientos sociales, de organizaciones sindicales, campesinas, profesionales, culturales, juristas, periodistas, mujeres, jóvenes y estudiantes.
Ese pueblo que resiste este doloroso y criminal bloqueo, no se dejara engañar por las baratijas y volver al pasado del juego, drogas y prostitución, cuando Estados Unidos, por cerca de 60 años (1902-1958) convirtió a Cuba en un burdel, y manejaba a los gobiernos títeres de la época a su antojo y amparaba y apoyaba a dictaduras como las de Gerardo Machado y Fulgencio Batista, de este último es la minoritaria saga que desde hace 62 años se instaló en Miami con los Diaz Balar, y generales y coroneles criminales como los Tabernillas, Carratalá, Ventura, Piedra, Martin Pérez y comparsa.
El imperio, no tiene, ni ha podido lograr una oposición, por una sencilla razón, que les va ofrecer al pueblo, volver a la época del burdel, del racismo, de la prostitución, de la salud y educación privada, del desempleo, de la pobreza, de la inseguridad pública y como exigen los de Miami devolver las tierras a los terratenientes y las fabricas a los Bacardí y las viviendas a los casatenientes, y aplicar la política neoliberal, que se vive hoy en América Latina.
Lo insólito y cínico de la explicación para mantener el bloqueo a Cuba, volvió argumentarse por Rodney Hunter, coordinador político de la Misión de Estados Unidos ante la ONU al señalar que su país se oponía a la resolución porque las sanciones buscan promover la democracia y el respeto a los derechos humanos en Cuba y dijo:
“Las sanciones son un conjunto de herramientas de nuestro esfuerzo más amplio para promover la democracia, promover el respeto por los derechos humanos y ayudar al pueblo cubano a ejercer las libertades fundamentales consagradas en la Declaración Universal de Derechos Humanos”.
Previamente a esta intervención Hunter reconoció los desafíos que enfrenta el pueblo de Cuba y cínicamente soltó, esta gran mentira: Estados Unidos provee al país caribeño suministros humanitarios, además de ser “uno de los principales socios comerciales de Cuba”.
Y añadió “Cada año autorizamos miles de millones de dólares en exportaciones a Cuba, incluidos alimentos y otros productos agrícolas, medicinas, dispositivos médicos, equipos de telecomunicaciones, bienes de consumo y otros artículos para apoyar al pueblo cubano”. Realmente resulta vergonzosa esta mentirosa declaración del señor Hunter, pero sabemos que la maquinaria mediática gringa, sostendrá estas ideas.
Lo que resulta cierto es que, del presupuesto del Estado norteamericano, el Congreso, a propuesta de congresistas de origen cubano, aprueba solo 50 millones de dólares para desarrollar acciones terroristas y de desestabilización, contra el pueblo cubano, acciones todas fracasas y abortadas por nuestras fuerzas de seguridad apoyadas siempre por el pueblo.
De estos 50 millones, el 90 por ciento se queda en Miami, en manos de Marco Rubio, Díaz Balar, Bob Menéndez, María Elvira Salazar entre otros congresistas de origen cubanos y solo el resto se reparte en los mercenarios que desde Miami, México y Argentina reciben el otro 10 por ciento y de allí una miserable paga a sus agentes en Cuba, a razón de unos 100 dólares al mes, según estos propios agentes le declararon a la TV cubana, el pasado 27 de enero cuando el show montado frente al ministerio de Cultura.
Con ese dinero también pagan a los aquí llamados periodistas independientes quienes inventan sus Fake News, y envían sus informaciones a sus centros en Miami controlados por la CIA o el FBI y luego de procesadas y aprobadas, son reproducidas desde Miami, por los ya conocidos contrarrevolucionarios asentados en esa ciudad y cuyos destinatarios es la población cubana, noticias falsas que ellos adornan con sus chismes y manejo de odio. Por supuesto Cuba es el infierno y la culpa es del gobierno revolucionario y ni una sola mención al bloqueo y a la política genocida de Estados Unidos.
Todo esto forma parte de un plan que tienen su base en las redes sociales y que ha venido desarrollándose desde hace muchos años, primero fue el uso de Radio Swan, ((1961-68) una islita en el caribe. En la década del 70 Radio y TV Martí y ahora las redes sociales. Esto sin contar, los llamados canales y radio cloacas, de Miami cuyos mensajes de contenido están llenos de falsedades y de odio, actualmente están tratando de desacreditar las vacunas cubanas y niegan la existencia del bloqueo.
Esta campaña y la política de sembrar la matriz de opinión en contra de Cuba lo realiza el departamento de operaciones en guerra psicológica de la CIA y se ocupan de financiar, organizar, ordenar y ejecutar a través de terceros estas operaciones y llevar adelante esta política.
Así lo demuestran las evidencias documentales y videos publicados, en el noticiero nacional de la TV cubana, según las cuales la venezolana Karla Velázquez Figuera, radicada en México alias “la madrina”, es la jefa del Programa Cuba del Instituto Nacional Demócrata, (NED) y enlace entre funcionarios del Gobierno norteamericano y sus agentes en Cuba, entre ellos la señora Tania Brugueras.
De acuerdo con la noticia presentada en el noticiero por el periodista Humberto López, desde el pasado 12 de mayo Karla Velázquez se encargó de realizar una convocatoria para sumar participantes a una reunión virtual y «privada» con funcionarios del Departamento de Estado de EE. UU., que se efectuó el día 25 de este propio mes.
La ruta del dinero de la guerra no convencional de Estados Unidos contra Cuba, viene por la vía de “la madrina” y por otro canal a través del Centro para la Apertura y Desarrollo de América Latina (CADAL), con sede en Argentina y cuyo director Gabriel Constancio Salvia, recibe una parte del dinero de la Fundación Nacional para la Democracia (NED). El prestigioso diario argentino Página 12 calificó a Cadal como «una base de operaciones anticastrista, que recibe financiamiento de entes ligados a la CIA».
El señor Gabriel Constancio tiene un tenebroso historial contra Cuba, entre otros su intento de armar en el 2014 un show mediático que incluía fomentar disturbios, protestas y manifestaciones, para sabotear la II Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) que se desarrolló en la Habana.
Como se puede apreciar es el gobierno de Estados Unidos quien trata de fomentar conflictos, desarrollar acciones desestabilizadoras y terroristas, acciones que han costado la vida a 3,478 cubanos y 2099 incapacitados, por los atentados, estallidos de bombas y actos terroristas cometidos a lo largo y ancho de la isla en estos 62 años de existencia de la Revolución Cubana.
En franca contradicción a lo expresado en la sede de las Naciones Unidas, por el señor Rodney Hunter, cuando comentó que EE:UU autoriza miles de millones de dólares para compra de alimentos, medicinas y tecnología, es todo al revés, tal como lo expresó el canciller cubano: “de abril de 2019 a diciembre del 2020, el mecanismo norteamericano causo la pérdida de 9 mil 157 millones de dólares”. “Y en casi seis décadas de aplicación de la política, los perjuicios a Cuba son de 147 mil 853 millones de dólares, o lo que es igual en oro de 1 billón 377 mil millones”.
El señor Hunter sin embargo debe saber que si el bloqueo se levanta y se establecen una relaciones respetuosas y constructiva, por supuesto que el comercio con Cuba, sería beneficioso para ambas partes, entonces Cuba compraría millones de dólares, en alimentos, medicinas y tecnología, pero la actual política genocida y terrorista de Estados Unidos, no solo daña a las familias cubanas, también impiden y causan mucho daños a los propios agricultores, y empresas norteamericanas que sí desean comerciar con Cuba.
Nuevamente y de manera contundente la comunidad internacional, los gobiernos y pueblos del mundo exigen que se termine con esta acción unilateral, de la gran potencia del norte que ha causado tanto daño material y físico a la población cubana. Se trata de una guerra terrorista no declarada, pero practicada, por Estados Unidos, que dicen ser los grandes ejemplos y defensores de los Derechos Humanos. El Mundo está con Cuba y condena a Estados Unidos.
Notas:
(*) Periodista, politólogo y analista internacional.
Fuente: Colaboración