Análisis del equipo de PIA Global Europa

El juego estratégico de Moscú: Rusia refuerza su influencia en el Cáucaso

Escrito Por Tadeo Casteglione

Por Tadeo Casteglione*. – El reciente viaje del presidente ruso Vladimir Putin a Azerbaiyán marca un hito significativo en las relaciones bilaterales entre ambos países y tiene implicaciones geopolíticas de gran alcance para la región euroasiática.

Este análisis examinará la importancia de esta visita desde una perspectiva euroasiática, considerando los aspectos históricos, políticos, económicos y estratégicos que rodean este encuentro diplomático.

Rusia y Azerbaiyán comparten una historia compleja que se remonta a la era soviética y más allá. Ambos países han mantenido relaciones diplomáticas desde la independencia de Azerbaiyán en 1991, aunque estas han experimentado altibajos a lo largo de los años. La visita de Putin, la primera desde 2018, sugiere un renovado interés en fortalecer los lazos bilaterales en un momento de cambios geopolíticos significativos en la región del Cáucaso.

Objetivos estratégicos de Rusia

Este encuentro se enmarca en una estrategia geopolítica más amplia de Rusia, diseñada para mantener y fortalecer su influencia en el espacio post-soviético, así como para contrarrestar la creciente presencia e influencia occidental en la región del Cáucaso y Asia Central.

Esta iniciativa diplomática refleja varios objetivos clave de la política exterior rusa en la zona. En primer lugar, Rusia busca consolidar su posición como potencia regional dominante, utilizando el fortalecimiento de lazos con Azerbaiyán como un medio para reafirmar su papel central en la configuración del panorama político y económico de la región. Este movimiento estratégico no solo refuerza la presencia rusa en el Cáucaso, sino que también envía un mensaje claro a otros países de la zona sobre la continua relevancia e importancia de Moscú en los asuntos regionales.

Además, la visita tiene un fuerte componente económico. Rusia está muy interesada en asegurar y expandir sus intereses económicos en Azerbaiyán y, por extensión, en toda la región. La cooperación en sectores clave como la energía y el comercio es de vital importancia para la economía rusa, especialmente en un contexto de sanciones occidentales y la necesidad de diversificar sus relaciones económicas. Azerbaiyán, con sus importantes recursos energéticos y su posición estratégica como puente entre Europa y Asia, representa un socio económico valioso para Rusia.

La estabilidad regional es otro factor crítico que motiva la política rusa hacia Azerbaiyán. Moscú tiene un interés vital en mantener la paz y la estabilidad en lo que considera su «extranjero cercano», es decir, los países que formaban parte de la antigua Unión Soviética. Azerbaiyán, dada su ubicación geográfica y su papel en conflictos regionales como el de Nagorno-Karabaj, es un actor clave en este sentido. Al fortalecer las relaciones con Bakú, Rusia busca aumentar su capacidad para influir en los acontecimientos regionales y prevenir cualquier desestabilización que pudiera afectar sus intereses o su seguridad nacional.

Finalmente, pero no menos importante, la profundización de las relaciones con Azerbaiyán forma parte de los esfuerzos de Rusia para contrarrestar la expansión de la influencia occidental en la región, particularmente la de la OTAN y la Unión Europea. Moscú ve con preocupación cualquier avance de estas organizaciones en lo que considera su esfera de influencia tradicional. Al fortalecer sus lazos con Azerbaiyán, Rusia busca crear un contrapeso a las iniciativas occidentales y limitar el atractivo de una mayor integración con las estructuras euroatlánticas para los países de la región.

Perspectiva de Azerbaiyán

Desde la perspectiva de Azerbaiyán, la visita del presidente Vladimir Putin representa una oportunidad estratégica multifacética para avanzar en varios objetivos nacionales clave. En primer lugar, esta visita permite a Bakú reforzar su política exterior equilibrada, un enfoque diplomático que ha sido una piedra angular de la estrategia azerbaiyana en los últimos años. Al recibir al líder ruso, Azerbaiyán demuestra su capacidad para mantener relaciones constructivas con Moscú sin comprometer sus vínculos con Occidente, lo que le otorga una mayor flexibilidad en el escenario internacional y refuerza su posición como un actor regional independiente.

Esta maniobra diplomática es particularmente importante en el contexto geopolítico actual, donde Azerbaiyán busca navegar hábilmente entre las diferentes potencias sin alinearse exclusivamente con ninguna de ellas. Además, la visita de Putin brinda a Azerbaiyán una plataforma para buscar el apoyo ruso en cuestiones regionales críticas, especialmente en lo que respecta a la situación en Nagorno-Karabaj.

Dada la influencia histórica de Rusia en la región y su papel como mediador en conflictos pasados, contar con el respaldo de Moscú podría fortalecer significativamente la posición de Bakú en futuras negociaciones o disputas regionales. Esta visita de alto nivel ofrece a Azerbaiyán la oportunidad de profundizar sus lazos económicos con Rusia. Los acuerdos firmados durante el encuentro sugieren un interés mutuo en expandir la cooperación económica, lo que podría traducirse en nuevas inversiones, proyectos conjuntos y un aumento del comercio bilateral.

Para Azerbaiyán, fortalecer sus vínculos económicos con una potencia como Rusia no solo puede impulsar su desarrollo económico, sino también aumentar su importancia estratégica en la región. En conjunto, la visita de Putin representa para Azerbaiyán una oportunidad para reforzar su posición diplomática, buscar apoyo en asuntos regionales cruciales y fomentar una cooperación económica mutuamente beneficiosa, todo ello mientras mantiene su delicado equilibrio en las relaciones internacionales.

Impacto en las dinámicas regionales

La visita del presidente Vladimir Putin a Azerbaiyán tiene profundas implicaciones para las dinámicas regionales en el Cáucaso y Asia Central, con potencial para reconfigurar significativamente el equilibrio de poder y las relaciones entre los principales actores de la zona. De esta forma su busca que este viaje tenga un impacto sustancial en el delicado triángulo formado por Rusia, Azerbaiyán y Turquía.

El fortalecimiento de los lazos ruso-azerbaiyanos introduce un nuevo elemento en esta compleja ecuación, especialmente considerando los estrechos vínculos históricos y culturales entre Azerbaiyán y Turquía. Este acercamiento entre Moscú y Bakú podría generar tensiones o, por el contrario, abrir nuevas vías de cooperación trilateral, dependiendo de cómo se gestionen las relaciones y los intereses divergentes.

Además, la profundización de la cooperación entre Rusia y Azerbaiyán tiene el potencial de influir en las relaciones de ambos países con Irán, otro actor clave en la región. Irán, que comparte fronteras tanto con Azerbaiyán como con Armenia, ha mantenido históricamente una posición compleja en los asuntos del Cáucaso, y cualquier cambio en el equilibrio regional podría afectar sus intereses y su enfoque diplomático.

Con todo esto el acercamiento entre Rusia y Azerbaiyán podría ser motivo de preocupación para Armenia, tradicionalmente aliada de Rusia pero en conflicto con Azerbaiyán. Este desarrollo diplomático podría percibirse por el nefasto gobierno de Pashinyan como un posible “cambio” en la postura de Moscú respecto a lo acontecido con Nagorno y otras disputas regionales. Armenia, que ha dependido en gran medida del apoyo ruso para su seguridad, pero que en los últimos años ha virado hacia Occidente marca un punto álgido en el complejo panorama regional.

En conjunto, la visita de Putin a Azerbaiyán tiene el potencial de catalizar cambios significativos en las relaciones entre los países de la región, influyendo en cuestiones de seguridad, cooperación económica y equilibrios de poder, lo que subraya la importancia estratégica de este evento diplomático para el futuro del Cáucaso y Asia Central.

Implicaciones para la política energética

En lo que respecto a la política energética regional y global, la cumbre entre el presidente Putin y Aliyev junto con la firma de importantes acuerdos en materia energética marca claramente la importancia de ambos países en este importante sector. Azerbaiyán, como productor clave de petróleo y gas en la región del Caspio, y Rusia, como uno de los mayores actores en el mercado energético mundial, tienen mucho que ganar de una cooperación más estrecha en este ámbito.

La visita busca sentar las bases para una mayor coordinación en sus políticas energéticas, lo que tendría repercusiones potencialmente importantes para los mercados globales de petróleo y gas. Esta coordinación podría manifestarse en diversos aspectos, desde la armonización de estrategias de producción y exportación hasta la adopción de posturas comunes en foros internacionales como la OPEP+.

Tal nivel de cooperación entre dos productores significativos podría influir en los precios y suministros globales de energía, afectando así a la dinámica del mercado energético mundial. Además, la visita de Putin podría abrir el camino para nuevos proyectos conjuntos de infraestructura energética en la región del Caspio. Esto podría incluir el desarrollo de nuevos campos de petróleo y gas, la construcción de oleoductos y gasoductos, o la modernización de las instalaciones existentes.

Tales proyectos no solo fortalecerían los lazos económicos entre Rusia y Azerbaiyán, sino que también podrían alterar las rutas de suministro de energía en la región, con implicaciones geopolíticas más amplias. En última instancia, una cooperación energética más estrecha entre Rusia y Azerbaiyán podría reforzar su influencia colectiva en los mercados energéticos globales y contribuir a consolidar su posición como actores clave en la geopolítica energética de Eurasia.

La situación de Armenia y el papel de Nikol Pashinyan

Para tener un análisis mas completo sobre el contexto más amplio de la región del Cáucaso, debemos mencionar la situación en Armenia y las políticas implementadas por el primer ministro Nikol Pashinyan desde su llegada al poder en 2018. Pashinyan ha impulsado un giro pro-occidental en la política exterior armenia, buscando un acercamiento a Occidente que ha generado tensiones significativas con Rusia, el aliado tradicional de Armenia.

Esta equivocada y errónea reorientación ha resultado en un debilitamiento notable de la alianza ruso-armenia, erosionando la confianza mutua que existía anteriormente entre Moscú y Ereván. Las consecuencias de este distanciamiento se han hecho evidentes en varios aspectos de la política regional, particularmente en el conflicto de Nagorno-Karabaj. La pérdida de influencia rusa en Armenia, combinada con el fortalecimiento de los lazos entre Rusia y Azerbaiyán, ha contribuido a un cambio en el equilibrio de poder en la región, lo que se manifestó de manera dramática durante el conflicto de 2020 en Nagorno-Karabaj.

La política errática de Pashinyan ha dejado a Armenia en una posición vulnerable, sin contar con el pleno apoyo de Rusia y sin haber logrado una integración significativa con Occidente. Esta situación se tradujo en importantes pérdidas territoriales y estratégicas para Armenia en Nagorno-Karabaj durante el conflicto de 2020, poniendo de manifiesto las consecuencias de alejarse de su aliado tradicional sin contar con un respaldo alternativo sólido.

La visita de Putin a Azerbaiyán puede interpretarse como una señal clara de que Rusia está ajustando su estrategia regional, priorizando sus relaciones con Bakú sobre los vínculos tradicionalmente estrechos con Ereván. Este realineamiento geopolítico tiene implicaciones profundas para el futuro de Armenia y para la estabilidad de toda la región del Cáucaso.

Implicaciones para la política euroasiática de Rusia

Esta visita de Putin a Azerbaiyán tiene implicaciones significativas para la política euroasiática de Rusia y se enmarca en su visión estratégica para la región. En primer lugar, este viaje refleja un esfuerzo por fortalecer la influencia de Rusia en Eurasia, donde la Unión Económica Euroasiática (UEE) juega un papel central. Aunque Azerbaiyán no es miembro de esta organización, la intensificación de los lazos bilaterales con Moscú podría allanar el camino para una mayor cooperación económica y una integración más profunda en el futuro.

Además, la visita subraya el interés de Rusia en mantener un equilibrio de poder en la región, especialmente frente al creciente protagonismo de China con su Iniciativa de la Franja y la Ruta. Moscú busca afirmarse como un contrapeso geopolítico y estratégico, asegurando que su influencia no sea eclipsada en Asia Central y el Cáucaso.

Finalmente, la profundización de las relaciones con Azerbaiyán es parte de la estrategia más amplia de Rusia para promover un orden mundial multipolar, donde se contrarreste la hegemonía occidental. Este enfoque euroasiático refuerza la posición de Rusia como un actor clave en la configuración del futuro geopolítico de la región, consolidando alianzas que desafían las estructuras unipolares.

Una relación estrecha y por estrechar.

Podemos afirmar que dadas las circunstancias internacionales este hecho marca un momento significativo en las relaciones bilaterales y tiene implicaciones de gran alcance para la geopolítica euroasiática. Refleja la determinación de Rusia de mantener su influencia en el espacio post-soviético y su capacidad para adaptar su estrategia regional a las cambiantes circunstancias. Para Azerbaiyán, representa una oportunidad de reforzar sus lazos con una potencia regional clave, al tiempo que mantiene su política de equilibrio entre diferentes actores internacionales.

El fortalecimiento de las relaciones ruso-azerbaiyanas, junto con el debilitamiento de la alianza ruso-armenia bajo el liderazgo de Pashinyan, sugiere una reconfiguración significativa del equilibrio de poder en el Cáucaso. Esta nueva dinámica podría tener implicaciones duraderas para la estabilidad regional.

Las relaciones entre Rusia y Azerbaiyán han sido históricamente estrechas, marcadas por una profunda cooperación en los ámbitos económico, político y de seguridad. Sin embargo, con el cambio del escenario geopolítico, especialmente en Eurasia, hay un amplio margen para estrechar aún más estos lazos. La visita de Putin subraya el compromiso de ambos países de consolidar su alianza estratégica, abriendo nuevas oportunidades de colaboración, no solo en el ámbito bilateral, sino también en la construcción de un orden multipolar en la región. Con intereses alineados y desafíos comunes, el futuro de las relaciones ruso-azerbaiyanas promete una cooperación aún más profunda.

Tadeo Casteglione* Experto en Relaciones Internacionales y Experto en Análisis de Conflictos Internacionales, Diplomado en Geopolítica por la ESADE, Diplomado en Historia de Rusia y Geografía histórica rusa por la Universidad Estatal de Tomsk. Miembro del equipo de PIA Global.

Foto de portada: AP

Acerca del autor

Tadeo Casteglione

Diplomado en Geopolítica por la ESADE, Diplomado en Historia de Rusia y Geografía histórica rusa por la Universidad Estatal de Tomsk. Experto en Relaciones Internacionales y Experto en Análisis de Conflictos Internacionales.

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