La presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, viajó el miércoles a Estados Unidos, con escalas en Guatemala y Belice, dos de los 13 países del mundo que aún mantienen relaciones diplomáticas con Taipei.
El domingo 26 de marzo, Honduras anunció que rompería sus lazos diplomáticos con Taiwán, e inmediatamente estableció relaciones con la República Popular China. Fue un duro golpe para Tsai, días antes de un viaje que puede aumentar la tensión entre Washington y Beijing.
El viaje de Tsai a Estados Unidos es un capítulo más de las recientes provocaciones estadounidenses, que cuestionan el estatus de Taiwán como parte de China.
Se espera que Tsai se reúna con el presidente de la Cámara de Representantes estadounidense, Kevin McCarthy, que había prometido visitar a Tsai en Taiwán, repitiendo la provocadora visita de su predecesora Nancy Pelosi en 2022, pero ante las advertencias chinas, McCarthy y Tsai reprogramaron la reunión para Los Ángeles. Beijing sigue oponiéndose a esta reunión.
En este viaje, Tsai está luchando por mantener el poco apoyo diplomático que aún tiene en la región. Recientemente, Nicaragua (diciembre de 2021) y El Salvador (diciembre de 2022) también rompieron relaciones con Taiwán.
El presidente guatemalteco, Alejandro Giammattei, goza del apoyo del trumpismo, las iglesias evangélicas e Israel. el año pasado anunció que organizaría una cumbre de países que mantenían relaciones con Taiwán, pero se retractó.
Su insistencia en mantener esas relaciones pueden estar causando daños económicos a su país. Taiwán solo invirtió 22,87 millones de dólares en Guatemala entre 1952 y 2019.
En cambio, los países de la región que han reanudado lazos diplomáticos con China han recibido importantes inversiones. Son los casos de El Salvador -que recibió 500 millones de dólares en 2021 para proyectos de infraestructura relacionados con el turismo- y Panamá, que desde 2017 ha recibido miles de millones de dólares en inversiones vinculadas a su canal.
La adhesión de Guatemala a la Iniciativa de la Franja y la Ruta podría traer importantes inversiones al país.
Mientras tanto, la «inversión» taiwanesa más importante de los últimos tiempos en Guatemala ha generado polémica. En un acuerdo inusual, Taipei acordó pagar 900.000 dólares para que el estudio de abogados Ballard Partners hiciera lobby en Estados Unidos en nombre del gobierno guatemalteco.
Ballard adquirió notoriedad por su cercanía a Donald Trump y su exitosa labor de lobby en Washington durante su presidencia. Sin embargo, existen dudas sobre la eficacia de las acciones de Ballard en la actual administración del presidente Joe Biden.
Las elecciones presidenciales en Guatemala se celebrarán entre junio y septiembre. Al continuar con su política de apoyo a las tensiones generadas por Tsai Ing-wen, y alentadas por Washington, Giammattei está asumiendo riesgos.
El Partido Democrático Progresista (PDP) de Tsai sufrió una gran derrota frente al Kuomintang (KMT) en las elecciones municipales taiwanesas del año pasado, y se ha debilitado de cara a las próximas elecciones generales de 2024. El destino del gobierno de Giammattei podría ser el mismo.
*Marco Fernandes es investigador en Tricontinental: Instituto de Investigación Social. Es coeditor de Dongsheng, colectivo internacional de investigadores interesados en la política y la sociedad chinas, y miembro del colectivo No Cold War. Vive en Beijing.
Artículo publicado originalmente en Asia Times.
Foto de portada: Embajada de Guatemala en Taiwán.