Análisis del equipo de PIA Global Asia - Asia Pacifico Asia Central-Pacífico

El 2023 asiático

Escrito Por Erika Giménez

Por Erika Gimenez*- Con muchos eventos en el continente de suma relevancia, hacemos este recorte de los hechos más importantes en Asia. El rol de China, Rusia y Estados Unidos en la región. Aliados, desafíos y liderazgos.

La política exterior de China

En términos de las decisiones que tomó el gigante asiático en relación a su política exterior destacamos, en principio, los doce puntos para la paz entre Rusia y Ucrania publicados en febrero en pleno marco de la Conferencia de Seguridad de Múnich Entre los puntos más importantes del documento observan: “respetar la soberanía de los países”, “cese de hostilidades”, “reanudación de las conversaciones de paz” y “abandonar la mentalidad de guerra fría”.

Este último ítem sostiene que “la seguridad de un país no debe buscarse a expensas de otros. La seguridad de una región no debe lograrse fortaleciendo o ampliando bloques militares. Los intereses y preocupaciones de seguridad legítimas de todos los países deben tomarse en serio y abordarse adecuadamente. No existe una solución simple para un problema complejo”.

Lo interesante de estos puntos, presentados en el aniversario de la Operación Militar Especial rusa, fue la proposición de una alternativa diferente a la del eje atlantista, ya que para este grupo la única salida de la guerra es sancionar a Rusia. Sin embargo, Beijing trató de traer a la escena una alternativa que por supuesto para Occidente no fue suficiente. Sin embargo, China no retrocedió. 

Otra de las decisiones de suma importancia en este sentido fue la normalización de las relaciones entre Irán y Arabia Saudita, ya que desde 2016 sus lazos diplomáticos estaban rotos. Esto fue muy importante para la región Árabe Islámica, porque a partir de este hecho se modificaron algunos hechos y relaciones que se daban por sentadas como la relación entre Estados Unidos y Arabia Saudita, que hasta hace muy poco eran socios estratégicos y hoy la relación está en crisis, no rota del todo pero sí muy cuestionada. 

Si bien Arabia Saudita sigue teniendo relación con Estados Unidos que hasta hace nada era su principal socio estratégico, es cierto que hubo un cambio en sus acciones con respecto a China y es interesante ver qué puede ocurrir en el futuro. 

El rol de Estados Unidos en la región Árabe Islámica fue muy cuestionado durante estos últimos meses. Un poco se lo ganó porque China no sólo se propuso como mediador entre Irán y Arabia Saudita, que actualmente tienen embajadores en sus respectivas capitales, sino también por la situación en Palestina y los ataques de Israel. 

En este sentido, China sigue sosteniendo que la salida fundamental está en la solución de dos Estados, la construcción de un consenso internacional en favor de la paz, y el trabajo para alcanzar pronto una resolución integral, justa y duradera de la cuestión palestina. Así lo sostuvo Wang Yi, el Ministro de Asuntos Exteriores chino en la ONU en Nueva York: «China pide que se convoque lo antes posible una conferencia de paz internacional más autorizada, de mayor escala y más eficaz y que se formule una hoja de ruta y un calendario para relanzar la solución de dos Estados».

Nagorno Karabaj en manos de Azerbaiyán

Otro de los conflictos militares de este año fue entre Armenia y Azerbaiyán, una nueva escalada luego de la del 2020. En este caso, la guerra duró dos días, 19 y 20 de septiembre cuando el régimen de Azerbaiyán lanzó una operación “antiterrorista” contra la población de Artsaj. Las Fuerzas Armadas de Azerbaiyán utilizaron artillería para atacar las posiciones del personal militar armenio y las unidades de la milicia local.

La razón formal fue la explosión de dos equipos con minas en la “zona gris”: los azerbaiyanos afirman que murieron civiles. Sucedió un día después de que las fuerzas de paz rusas lograran resolver la cuestión del bloqueo humanitario de la República de Artsaj y desbloquear el corredor humanitario tanto desde Aghdam como desde Lachin.

Luego de esto, Armenia se rindió y entregó el territorio disputado a Azerbaiyán. Comenzó el éxodo de los armenios que vivían en la República de Artsaj/Nagorno Karabaj. El principal apuntado por la “entrega” de la región fue el primer ministro, Nikol Pashinian.

“Nagorno-Karabaj cae en manos de Azerbaiyán por la mezquina e incomprensible actitud del gobierno armenio encabezado por el primer ministro Nikol Pashinián que abandonó a los 120 mil armenios de Artsaj para entregarse a los brazos de la OTAN”, sostiene Denis Warrior en el siguiente artículo:

El protagonismo de Nueva Delhi: Cumbre de la OCS y G20 

Dejando de lado los conflictos bélicos, también se realizaron varias cumbres. En septiembre se celebró en India la cumbre anual del G20, en medio de tensiones geopolíticas en temas como la Operación Militar Especial de Rusia en Ucrania, por un lado; la crisis climática y la deuda de los países más pobres, por el otro. Las autoridades indias intentaron equilibrar entre Occidente y el Sur Global, tarea de la que todas las partes salieron conformes. 

Sin embargo, la cumbre de este año en Nueva Delhi no tuvo la fuerza occidental tan notoria y no se mencionó ni a Rusia ni a Ucrania en el texto final. El documento remarca que «todos los Estados deben abstenerse de recurrir a la amenaza y el uso de la fuerza para ir contra la integridad territorial y la soberanía o la independencia política de cualquier Estado».

Dicho documento fue criticado por el gobierno ucraniano, quien manifestó que «Ucrania agradece a los socios que intentaron incluir en el texto una formulación contundente. Al mismo tiempo, en lo que respecta a la agresión de Rusia contra Ucrania, el G20 no tiene nada de lo que enorgullecerse», declaró Oleg Nikolenko, portavoz del ministerio de Asuntos Exteriores de Ucrania.

Antes del Grupo de los 20, la India también lideró la cumbre virtual del Consejo de Jefes de Estado de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS). La reunión se destacó por, entre otras cosas, darle la bienvenida a la República Islámica de Irán como miembro pleno con el apoyo de China. Por otro lado, se formalizó el compromiso de adhesión de Bielorrusia. 

Entre lo más destacado del evento, resalta el ingreso de Irán al bloque, primero porque está en el centro geográfico de los corredores euroasiáticos lo que pondrá a dicho país en un lugar “conector” entre los miembros de la OCS. Otra ventaja que tiene la República Islámica sobre sus pares es que es casi pionero en el uso de las monedas nacionales. Por último y no menos importante, por el giro geopolítico que ha dado Irán en los últimos meses retomando las relaciones con Arabia Saudita y mostrando un rol de líder entre sus vecinos.  

Casi toda la cumbre de la OCS fue en la misma línea, aunque entre los principales líderes hubo algunas diferencias, es cierto que los tres que mencionamos más arriba se complementaron: Modi y Putin hablaron de los desafíos y Xi puso el énfasis en el carácter histórico de la OCS además de hacer un balance de los últimos años. 

Un dato importante es que ni Xi ni Putin asistieron al G20 y sí lo hicieron a la reunión de la OCS. Narendra Modi fue anfitrión de ambas y pudo equilibrar muy bien. 

Esto último es para destacar dentro de lo que venimos trabajando desde PIA Global y es insistir con la “alineación múltiple” en política exterior de la India. Ya que forma parte de organizaciones como las que mencionamos más arriba y otras como los BRICS, junto a Brasil, Rusia, China y Sudáfrica; como del QUAD el diálogo de seguridad en el que también están Japón, Estados Unidos y Australia. Esto le permite a la India mostrar otro tipo de liderazgo en la región y es un dato a observar en el 2024 teniendo en cuenta las próximas elecciones presidenciales. 

Se fortalece el eje occidental en Asia: Los AP4

A diferencia de la India que, como venimos mencionando, sostiene la alineación múltiple en política exterior, existen otros países más alineados a Estados Unidos. Los AP4, los que sostienen las democracias liberales al estilo occidental: Corea del Sur, Taiwán, Japón, India y Australia. Son aliados de Washington en materia de seguridad y de China en términos económicos, aunque para las administraciones actuales de los AP4 lo primero estaría primando antes que lo segundo (por ahora). 

Bajo la idea de un “Indo-Pacífico libre y abierto”, cuya idea es establecer un orden internacional basado en reglas, consolidando, a la vez, principios imprescindibles para la estabilidad y la prosperidad en la región tales como el imperio de la ley, la libertad de navegación y el libre comercio. Occidente presiona cada vez más a China con mecanismos de seguridad a través de la OTAN, el QUAD (India, Australia, Japón y Estados Unidos) o la Alianza AUKUS de submarinos nucleares entre Australia, Estados Unidos y Reino Unido. 

Por otro lado, en estos alineamientos es necesario destacar el rol actual que tiene Japón que pasó de tener una “Constitución blanca” promovida por Estados Unidos, luego de que los nipones perdieron la Segunda Guerra Mundial y actualmente, cambiaron radicalmente la idea a militarizarse por los intereses norteamericanos en el Pacífico. El Pacífico es una olla a presión, definitivamente. 

La alianza sino-rusa: El G7, la desdolarización y la multipolaridad

Justamente en la ciudad japonesa de Hiroshima se llevó adelante el G7 2023, el grupo conformado por Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido. El objetivo principal del encuentro fue seguir sancionando a Rusia, apoyando militarmente a Ucrania y seguir poniendo la mira en China como enemigo estratégico.

Si bien el lugar del G7 está bien definido en el plano internacional, es cierto que tiene algunos inconvenientes: Uno de los grandes problemas actuales para este bloque es que el poder económico del G7 está disminuyendo. Para 1990 representaba más de la mitad del PBI mundial y en la actualidad dicho número descendió al 30%, según datos del Fondo Monetario Internacional. El segundo problema es que se enfrenta a otros organismos emergentes como los BRICS que le disputan algunos debates mundiales urgentes, sobre todo para los países más pobres.

Básicamente el documento final fue firmado por todos los miembros con las ideas  de “aislar económicamente a Rusia y debilitar su capacidad de combatir en la guerra”, apoyar a Ucrania, contener a China y que tanto Beijing como Moscú desarmen su arsenal nuclear (Occidente no, ellos nunca). Hiroshima 2023 fue un síntoma del nuevo orden internacional, debido a que gran parte de los encuentros se centran en dos países que no figuran en la lista de invitados: Rusia y China que a su vez son parte de los BRICS y justamente son quienes proponen un mundo multipolar.

Mientras que Rusia y China buscaron consolidar la relación estratégica en varias aristas, desde Occidente se busca fogonear el conflicto en la región de Asia Pacífico y particularmente en Taiwán, al que no reconocen diplomáticamente y financian desde lo militar. 

En lo militar, en septiembre ambas naciones realizaron ejercicios militares conjuntos con China en pleno contexto de fuertes tensiones con Occidente y aliados de la región. Una imagen que se dio por primera vez desde la Operación Militar Especial en Ucrania. 

Se trató de misiones antisubmarinas y de combate naval en el Mar Continental de China y Mar de Japón. «El objetivo principal es reforzar la cooperación naval entre Rusia y China, mantener la estabilidad y la paz en la región Asia-Pacífico», sostuvo el ejército ruso en un comunicado.

En el plano económico, tanto Moscú como Beijing son defensores de la Desdolarización, ya que crea un monopolio internacional y a la hora de comerciar también se está sujeto a ciertas reglas occidentales que si no se cumplen, los países son sancionados como ocurre con Rusia por ejemplo. 

En el contexto de las sanciones occidentales, la tarea clave de Rusia se supeditó a la búsqueda de formas alternativas para abordar la actividad económica exterior, con la eliminación de la vinculación al dólar estadounidense y al euro, que se habían vuelto bastante «familiares» para la mayoría de los operadores económicos nacionales.

En un mundo cada vez más multipolar, en el que Estados Unidos está dejando lentamente de ser el principal polo de poder, no es extraño, sino absolutamente normal y fisiológico, asistir a un proceso mundial de diversificación de las monedas de reserva.

Sin dudas la región de Asia deja mucha tela para cortar, temas que continúan y conflictos que están latentes. Liderazgos nuevos, viejos y disputas que se juegan en el plano económico y militar. El protagonismo asiático en este 2023 fue indiscutible. 

*Erika Gimenez es Licenciada en Comunicación, escribe en PIA Global y otros medios. 

Foto de portada: Extraída de IStock.

Acerca del autor

Erika Giménez

Licenciada en Comunicación Social- UNLP, Diplomada en Estudios Estratégicos Chinos- UNDEF, estudiante del Korea Fundation School Program. Investigo la región de Asia Pacífico.

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