El gobierno de Biden suavizó ampliamente el miércoles las sanciones sobre el sector petrolero de Venezuela en respuesta a un acuerdo alcanzado entre el gobierno y los partidos de la oposición para las elecciones de 2024.
Una nueva licencia general emitida por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos autorizó al miembro de la OPEP Venezuela, que había estado bajo sanciones aplastantes desde 2019, a producir y exportar petróleo a sus mercados elegidos durante los próximos seis meses sin limitaciones.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, celebró las concesiones electorales del presidente Nicolás Maduro, pero dijo que Washington le ha dado hasta finales de noviembre para comenzar a levantar las prohibiciones a los candidatos presidenciales de la oposición y comenzar a liberar lo que considera que son presos políticos y a los estadounidenses «injustamente detenidos».
Según fuentes del Departamento de Estado, de no darse esta situación, las medidas de alivio a las sanciones serían revertidas.
Los movimientos de Estados Unidos siguen a meses de negociaciones en las que Washington había presionado a Caracas para que adoptara medidas en ese sentido a cambio de levantar algunas -pero no todas- las duras sanciones impuestas bajo el mandato del expresidente estadounidense Donald Trump.
También representa un paso significativo en el mayor compromiso de la administración del presidente Joe Biden con Maduro en temas que van desde la energía hasta la migración, un cambio con respecto a la campaña de «máxima presión» de Trump contra el gobierno socialista.
El oficialista venezolano Jorge Rodríguez, que lidera el equipo negociador del gobierno en las conversaciones con la oposición, dijo en la televisión estatal más tarde el miércoles que el alivio de las sanciones afectaba a todas las actividades petroleras.
«La posibilidad de que cualquier persona o empresa venga a Venezuela a invertir está totalmente abierta», dijo.
El gobierno de Maduro y la oposición llegaron a un acuerdo en Barbados el martes sobre las garantías electorales para una votación supervisada internacionalmente que se celebrará en el segundo semestre de 2024. Pero el acuerdo no icluyó la restitución de los candidatos de la oposición que habían sido excluidos de cargos públicos.
Blinken dijo en un comunicado que Estados Unidos estaba actuando «en consonancia con nuestro compromiso de larga data de proporcionar alivio a las sanciones de Estados Unidos en respuesta a pasos concretos hacia elecciones competitivas y el respeto de los derechos humanos y las libertades fundamentales».
Los anuncios del miércoles aliviaron algunas de las sanciones más duras a las que se ha enfrentado Venezuela, pero dejaron en vigor otras restricciones.
Aun así, las medidas estadounidenses podrían reabrir las puertas de Venezuela a decenas de petroleras con operaciones congeladas o reducidas.
Estados Unidos impuso duras sanciones a Venezuela para presionar al gobierno de Maduro tras su reelección en 2018, que Estados Unidos y otros gobiernos occidentales rechazaron. Desde 2019, las sanciones estadounidenses prohíben a la petrolera estatal PDVSA exportar a sus mercados elegidos.
El atribulado sector petrolero venezolano
Los cambios anunciados el miércoles incluyen la emisión de una licencia general de seis meses que permite la producción, venta y exportación de crudo y gas de Venezuela, sin limitaciones de clientes o destinos, y otra licencia general que autoriza los tratos con Minerven – la compañía minera de oro estatal venezolana.
El Departamento del Tesoro de EE.UU. dijo en un comunicado, sin embargo, que estaba dispuesto a revocar esas autorizaciones en cualquier momento si los representantes de Maduro no cumplen con sus compromisos en el acuerdo con la oposición.
El Tesoro también eliminó la prohibición de negociación secundaria de ciertos bonos soberanos venezolanos y de la deuda y acciones de la petrolera estatal PDVSA, aunque se mantiene la prohibición de negociar en el mercado primario de bonos venezolanos, dijo.
Estados Unidos ha estado buscando formas de impulsar los flujos mundiales de petróleo para aliviar los altos precios causados por las sanciones a Rusia y las decisiones de la OPEP+ de reducir la producción.
Pero las posibilidades de que las exportaciones de Venezuela puedan compensar esos recortes son escasas si no se produce un gran aumento de la inversión en el paralizado sector petrolero del país, señalaron expertos de la industria petrolera.
Se espera que dos décadas de mala gestión e inversión insuficiente, junto con las sanciones petroleras de Estados Unidos desde 2019, obstaculicen la capacidad de la estatal PDVSA para regresar rápidamente a los mercados petroleros que pagan en efectivo y ofrecer su crudo a precios justos.
Las conversaciones entre el gobierno y la oposición, destinadas a proporcionar una salida a la larga crisis política y económica de Venezuela, se celebraron el martes por primera vez en casi un año. Acordaron nuevas reuniones en una fecha no especificada.
El acuerdo que anunciaron decía que cada parte puede elegir a su candidato para 2024 de acuerdo con sus normas internas, pero no revocaba las prohibiciones impuestas a algunas figuras de la oposición -incluida la favorita para las primarias del 22 de octubre, María Corina Machado- que les impiden ocupar cargos.
Fuentes de la oposición dijeron que no han renunciado a intentar que se levanten esas prohibiciones.
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