Norte América

EEUU: Biden respalda a la «nación indispensable»

Por Melvin Goodman*-
El Presidente de Estados Unidos debería saber que no debe caer en la arrogancia y el triunfalismo asociados al excepcionalismo estadounidense.

En su discurso del mes pasado, el presidente Joe Biden justificó el apoyo militar a Ucrania e Israel argumentando que «el liderazgo estadounidense es lo que mantiene unido al mundo. Las alianzas estadounidenses son las que nos mantienen seguros a nosotros, Estados Unidos» y que sólo la implicación de Estados Unidos puede evitar el caos mundial. Al referirse a Estados Unidos como un «faro para el mundo», citó incluso «la indispensable nación de mi amiga Madeleine Albright».

A demasiadas naciones les gusta pensar que son una nación elegida o una nación indispensable, pero sólo Estados Unidos tiene el poder global y el poder de proyección para intentar imponer su voluntad en todo el mundo. El Presidente de Estados Unidos debería saber que no debe caer en la arrogancia y el triunfalismo asociados al excepcionalismo estadounidense. La administración Biden tiene actualmente grandes dificultades para convencer a la comunidad internacional de que apoye sus políticas hacia Ucrania e Israel, porque muchas naciones tienen serias dudas sobre el uso indebido de la fuerza por parte de Estados Unidos e Israel en el pasado reciente.

Naciones de Europa, el Sur Global y otros lugares no comparten necesariamente la opinión de que la invasión rusa de Ucrania o incluso la masacre de Hamás en Israel fueran acciones «unilaterales» o «no provocadas». En cuanto a Ucrania, son conscientes del impacto de la expansión de la Organización del Tratado del Atlántico Norte y no quieren formar parte de una nueva Guerra Fría entre Moscú y Washington. Del mismo modo, son conscientes de la «prisión al aire libre» que es Gaza desde hace años, y de la falta de voluntad de Israel para debilitar su bloqueo de Gaza o su política militar, que han provocado graves enfrentamientos en 2009, 2014 y 2020. Han criticado el asedio de Israel y su régimen de apartheid, aunque poco se ha hecho a nivel internacional para forzar cambios en la militarización de Israel. Una abrumadora mayoría de los miembros de la ONU votó a favor de un alto el fuego, pero el veto de Estados Unidos bloqueó una petición de alto el fuego del Consejo de Seguridad.

Biden ha advertido correctamente al presidente israelí Netanyahu de que no se deje «cegar por la rabia», pero nunca ha habido un esfuerzo serio por parte de Estados Unidos para convencer a los israelíes de que consideren políticas que impidan nuevos asentamientos ilegales en Cisjordania, por no hablar de evitar nuevas rondas de asesinatos de palestinos inocentes. La mitad de la población palestina de Gaza son niños. Tres líderes árabes se negaron a reunirse con Biden el mes pasado debido al apoyo unilateral de Estados Unidos a Israel.

Además, Estados Unidos actuó movido por la rabia tras el 11-S, embarcándose en dos décadas de guerra en Irak y Afganistán que provocaron pérdidas de vidas innecesarias. No obstante, comisiones consultivas federales con el apoyo de la administración Biden seleccionaron un emplazamiento para un monumento conmemorativo de la Guerra Global contra el Terrorismo que se construiría en el National Mall. Estas guerras, como la de Vietnam, señalaban un fallo en nuestra naturaleza y en nuestra forma de hacer política, pero es poco probable que esos fallos estén representados en ningún monumento conmemorativo. Es probable que el monumento no se ocupe del programa de torturas y abusos de la CIA ni de los ataques y redadas estadounidenses con aviones no tripulados en varios países, por no hablar del hecho de que más de medio millón de civiles murieron en estas guerras. Incluso el presidente Obama respaldó imprudentemente la política de «asesinatos selectivos», que provocó la muerte de ciudadanos inocentes en países islámicos.

El discurso de Biden, por desgracia, estuvo cargado de referencias a su papel como comandante en jefe. Hubo varias referencias a sí mismo como el «primer presidente en entrar en una zona de guerra en un territorio sin presencia militar estadounidense» al referirse a Ucrania y a su «vuelo secreto a Polonia». Hubo referencias a sí mismo como el «primer presidente en ir a Israel en tiempos de guerra», lo que proporcionó amplios indicios de que Estados Unidos no presionaría a Israel para evitar muertes innecesarias y una guerra ampliada. Esta crisis podría ser más consumidora para Estados Unidos que las décadas de guerra innecesaria en Irak y Afganistán, y probablemente represente la crisis internacional más grave para Estados Unidos desde la crisis de los misiles cubanos hace 60 años.

Hace 45 años, el ex senador Frank Church dijo que Estados Unidos «nunca debe adoptar las tácticas del enemigo. Cada vez que lo hacemos, cada vez los medios que utilizamos son erróneos, y nuestra fuerza interior, la fuerza que nos hace libres, disminuye.» Hasta ahora, las tácticas estadounidenses ya han creado problemas diplomáticos con nuestros amigos y aliados, y han facilitado que Rusia y China tengan mayor influencia en Oriente Próximo. Sólo Estados Unidos está en condiciones de convencer a los israelíes de que no hay solución militar al problema de la ocupación israelí de tierras palestinas. Así que quizá Estados Unidos sea hasta cierto punto «indispensable».

*Melvin Goodman es investigador principal del Center for International Policy y profesor en la Universidad Johns Hopkins. También es ex analista de la CIA. Desde PIA Global consideramos importante compartir este análisis ya que se trata de una lectura hecha por un autor que conoce al Imperio desde sus entrañas.

Este artículo fue publicado por Counter Punch.

FOTO DE PORTADA: Reproducción.

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