En un momento clave, en el cual los mayores aliados del Presidente sirio, Bashar Al Assad, como lo son Rusia, Irán y Hezbollah se encuentran con la guardia baja lidiando con sus propios conflictos políticos, el grupo Hay’at Tahrir al-Sham, ha decidido lanzar una ofensiva desde la provincia de Idlib, declinando en un importante movimiento golpista concluido con en el derrocamiento del Presidente. Rusia e Irán pierden su control bajo el gobierno de Damasco, y Turquía avanza a favor de sus intereses junto a sus aliados.
Hay’at Tahrir al-Sham (HTS) se denomina la fuerza que actualmente tomó el poder sirio. En español, la Organización para la Liberación del Levante, fundada en 2017 por Abu Muhammad Al Julani, un comandante militar perteneciente a Al Qaeda. Al Julani se estableció en Siria para instaurar la sede de Al Qaeda en el país. Después de discusiones y diferencias ideológicas, conformó la HTS en Siria, separándose así de su organización madre. La Organización para la Liberación del Levante cuenta con apoyo del Estado Turco, el cual intenta bloquear el movimiento independentista kurdo alojado en el norte de Siria, así como se muestra ansioso por recibir a los refugiados sirios en su país, aprovechando los millones que recibe de la Unión Europea al hacerlo. De la misma forma, el Ejército Nacional Sirio, está compuesto por milicias turcas, y ha decidido armarse a fin de movilizar también a la región que ocupan, distribuida en la frontera siria con Jordania e Irak.
El establecimiento de los rebeldes
La llegada de Al Qaeda y la Daesh a Siria fue una de las secuencias no previstas de la Primera Árabe. Hasta el año 2011 no consideran oportuno hacerse presentes en la lucha del país levantino. Sin embargo, al contar con apoyo económico y viendo la posibilidad de tomar el poder, se dio la aparición de grupos subversivos extranjeros que garantizaba el cumplimiento del orden y de la ley.
Al Qaeda se manifestó en Siria con una de sus extensiones, a la cual denominaron Jabhat Al Nusra li Ahl Al Sham, comandada por Abu Mohammed Al Julani, quien logró unirse a otras fuerzas yihadistas de la región, convirtiéndose así en la principal oposición al Estado sirio.
En julio de 2016, Al Julani proclamó su separación de Al Qaeda, “a fin de preservar la yihad en el país”, debido a su oposición a unirse a la DAESH, al Estado Islámico en Irak y Levante. El comandante sostenía su argumento en cuanto a la necesidad de obrar por separados en Irak y Siria a fin de lograr una asistencia mutua. Rechazada esta proposición y obligado a la unidad, Abu Mohammed conformó el Hay’at Tahrir al-Sham (HTS). El Frente colocó su centro en la región de Idlib y buscó diferenciarse como una fuerza menos totalitaria que la DAESH, a pesar de que se pueden recolectar numerosas denuncias de agresión y violencia contra el mismo. El HTS propone políticas extremistas, sin considerar la diversa variedad religiosa y étnica de Siria, hecho que ya demuestra ser eje de conflicto.
Otro de los movimientos en contra del régimen de la familia Al Assad es el Estado Islámico (DAESH), nacido de la recuperación de rebeldes pertenecientes a Al Qaeda en Irak (AQI) en 2004. En el año 2014, se proclamó como califato, a fin de recomponer el sistema de Califas impulsado por el antiguo imperio islámico. Con esta fórmula, el grupo comenzó a proclamar su deseo de expansión y conformación de una única nación musulmana. Esta estrategia continuó desarrollándose a través de la apropiación de términos y conceptos propios de la época dorada de la expansión islámica.
En 2013, la ciudad siria de Raqqa fue tomada por la oposición, entre la que se encontraba el Frente Nusra y por primera vez la Daesh, comenzando a mover sus piezas en la Guerra que socava el territorio levantino. Al año siguiente, el Estado Islámico tomó Raqqa como su sede capital en Siria, tras el enfrentamiento con otras fuerzas insurgentes, entre ellas Al Qaeda, de la cual se separó ese mismo año.
Durante los años siguientes, el Estado Islámico comenzó a tomar acciones violentas y de persecución a quienes no se adecuaran a sus bases religiosas y políticas, asesinando a civiles, tomando ciudades y saqueando instituciones y espacios públicos.
El Estado Islámico ha logrado conformar sus líneas con militantes pertenecientes a diversas regiones del mundo, tales como europeos, del Norte de África, península Arábiga, Cáucaso o Asia Central a fin de continuar reforzando la identidad trasnacional de la organización. Esta estructura se debe a dos características de la institución: en primer lugar, por su propuesta de venganza y reacomodamiento para todos los musulmanes humillados y desplazados. En segundo lugar, por la gran retribución económica que se le ofrece a sus combatientes, rondando entre los 400 y 600 dólares al mes, además de un plus por cada esposa y cada hijo.
El Ejército Nacional Sirio, apoyado por los otomanos, tiene como uno de sus blancos a las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), compuestas principalmente por kurdos, y otras minorías étnicas. Las FDS buscan lograr su autonomía, el Estado turco intenta impedirlo dado que la independencia de los kurdos en Siria, simbolizaría un posible levantamiento en su país. Estados Unidos se mantiene como parte del entramado, apoyando a las Fuerzas Democráticas, principalmente por su interés en el petróleo de la región.
Cuestiones de intereses
Podría considerarse que Turquía es hoy uno de los Estados beneficiados por el golpe, dado a su cercanía con el HTS. Sin embargo, el Presidente turco Erdogan ha demostrado poca flexibilidad para comprender el funcionamiento de los estados árabes y sus dinámicas a la hora de conformarse. Que Al Julani deposite confianza en Ankara, no asegura que respalde los negocios promovidos por el Estado Turco, el cual profundiza la fragmentación de los sirios en el norte de su país, anhelando la adquisición de esas tierras como propias a fin de recuperar la extensión de su imperio.
En el caso del vecino Estado Israelí, (la entidad de ocupación sionista) podría observarse que su contribución al conflicto fue a partir de la ofensiva militar desarrollada en contra de Hezbollah e Irán los últimos meses. Diversas imágenes circuladas en las redes sociales mostraron banderas azules y blancas en las celebraciones por la toma del poder en Damasco, aludiendo al apoyo del Estado judío en contra de Assad.
Con la contienda aún encendida, los israelíes avanzaron sobre el Monte Hermón, un nuevo territorio sobre el que pudieron desplegarse en Siria, que se suma a los Altos del Golán, ocupados desde 1967. Sin embargo, aún no se reconoce cuál será la posición de la Organización para la Liberación del Levante, comandada por Julani, cuyo nombre fue elegido en honor a los Altos del Golán, así como se comprende que los grupos guerrilleros sirios no apoyan las políticas del sionismo.
Estados Unidos cae de parado al ver la debilitación de un estado apoyado por su principal enemigo, Rusia. Al mismo tiempo, contempla el desequilibrio que genera la caída de Bashar en la Resistencia Libanesa, grupo que logró debilitar al Estado Israelí tras el acuerdo del alto al fuego llevado a cabo entre ambos países. Hezbollah se encuentra con sus fuerzas endebles en este momento, y no es capaz de respaldar a Assad y su gente en semejante ofensiva armada, tras la defensa realizada en el Líbano.
Gianna Rosciolesi* Técnica en Relaciones Públicas y Ceremonial, periodista junior del equipo de PIA Global
Foto de portada: BBC News