Desde los sucesos violentos del año 2018, Nicaragua en su conjunto, pero en particular su pueblo y su gobierno, experimentaron nuevamente la puesta en marcha de un proceso de desestabilización elaborado y ejecutado desde el Departamento de Estado norteamericano.
El agobio económico y financiero, el bloqueo y la injerencia en asuntos políticos del país, fueron los instrumentos de una estrategia tendiente a terminar con una de las patas del satanizado “triángulo del mal” compuesto por Cuba, Nicaragua y Venezuela.
Sólo la firmeza del gobierno y la unidad con el pueblo han impedido que el país cayera en el caos y la guerra civil, pero por, sobre todo, han impedido el retroceso y el desmonte de los logros obtenidos durante años de sacrificio.
Ante la gravedad de la situación, el presidente Daniel Ortega recibió la solidaridad del XXV Foro de São Paulo, reunido en Cuba, resaltando la legitimidad del derecho a la defensa que asistía a este gobierno consagrado en el año 2016, con el 72% de los votos.
En ese momento la CIA y demás organizaciones conspirativas nicaragüenses, pretendían instalar una crisis terminal en el país y para ello, organizaron grupos terroristas que se encargaron sistemáticamente de secuestrar, torturar y asesinar a personas ligadas al sandinismo, y provocar desmanes, incendiando escuelas, centros de salud, universidades públicas, atacar al Banco de crédito del ALBA, e infraestructuras que tenían que ver con la obra del gobierno popular.
Superando la criminal intervención y la canallesca arremetida mediática internacional el comandante Daniel Ortega Saavedra, obtuvo el 7 de noviembre de 2021, el 75.87 % de los votos, con una participación del 65% de los habilitados para ejercer el voto, contando con 167 observadores Internacionales y 67 periodistas internacionales que certificaron la transparencia de los comicios.
Este nuevo período permitirá dar continuidad a los proyectos sociales desarrollados en los últimos 14 años por el gobierno del Frente Sandinista de Liberación Nacional, acelerar la actual campaña de vacunación contra la COVID-19, fortalecer la salud y educación, universales y gratuitas, continuar con la expansión de la red hospitalaria, que ya posee 70 hospitales modernos con instrumental de última generación que brindan trabajo a médicos y personal auxiliar en todas las categorías técnicas y de servicio, 192 centros sanitarios y 178 casas maternas.
El nuevo triunfo de Nicaragua es el triunfo de la solidaridad, es el triunfo de la Celac, es el triunfo de la unidad latinoamericana y caribeña y es el triunfo de la esperanza que avanza en la nueva realidad del proyecto multipolar junto a los hermanos de la Organización de Cooperación de Shanghái.
Es un paso más en la consolidación de la autodeterminación de los pueblos y su lucha antimperialista y anticolonial y una voz que clama por terminar con los bloqueos y sanciones criminales contra los pueblos del mundo.
Bienvenida Nicaragua al futuro.