Mientras la situación en Palestina requiere de una respuesta y acción urgente, la Unión Europea hace lo que sabe hacer mejor, juntarse a discutir, no ponerse de acuerdo, mostrar su doble rasero y terminar empantanados sin posibilidad de actuar, a excepción de Ucrania. No obstante, el accionar estratégico del Alto representante europeo, Josep Borrell, demuestra la necesidad imperiosa de la Comunidad europea de desescalar y evitar que se convierta en una guerra regional, que sólo puede significar más crisis para Europa.
El recrudecimiento del genocidio israelí sobre la población palestina, lo que algunos titulan “el conflicto palestino-israelí”, profundiza las tensiones entre los miembros europeos y en especial entre los líderes de las instituciones europeas sobre cómo debe responder la UE, incluso algunos actuaron sin autorización a modo de representación de los veintisiete.
Una actuación vergonzosa llevó en primera instancia al anuncio de la congelación de 691 millones de euros en fondos de la UE para Palestina por parte de la Comisión Europea que rápidamente, y luego de un gran repudio entre distintos miembros e incluso destapando el hecho de que no se había consultado al resto de mandatarios tomar tal medida, el Ejecutivo comunitario anunció que “no hay fondos congelados porque no había pagos pendientes”. Además aseguraron que iban a realizar una revisión de los programas con la intención de corroborar “que el dinero no acabe en manos de Hamás”.
Josep Borrell, el Alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, una personalidad altamente belicista respecto a la guerra en Ucrania, ha respondido a Israel con una retórica y accionar más “acorde” tras mencionar las “palabras mágicas”: “derecho internacional”, palabras que otros altos funcionarios europeos han evitado usar de manera muy alevosa.
En específico Borrell dijo “Israel tiene derecho a defenderse, pero tiene que ser acorde con la ley internacional, con la ley humanitaria. Y algunas decisiones son contrarias a la ley internacional. Y esto significa no bloquear los suministros de agua, de comida o electricidad a la población civil de Gaza, significa abrir corredores humanitarios para facilitar a la gente a escapar de los bombardeos en Gaza, que puedan marcharse del país a través de Egipto”.
Aunque parece que no leyó lo explícito del anuncio del ministro de defensa israelí, Yoav Gallant cuando aseguró que ordenó el “asedio total sobre la Franja de Gaza” diciendo literalmente “estamos luchando contra animales humanos y actuamos en consecuencia». Borrell le pide peras al olmo, ya que le habla a un gobierno que anuncia a viva voz el genocidio y la limpieza étnica de una población entera, le habla a un gobierno que hace 75 años viene violando el derecho internacional.
Pero la acción que desató más tensión fue el viaje de la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen, junto a la presidenta de la Eurocámara, Roberta Metsola, el sábado a Tel Aviv, para reunirse con el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu. Varios miembros de la UE y altos funcionarios criticaron en primer lugar el viaje, luego sus declaraciones en donde menciona el derecho de Israel a defenderse pero sin apelar al “derecho internacional”, y por último por atribuirse una posición de representación europea que no le corresponde.
Por lo que Borrell salió al cruce y recordó que “la posición oficial” respecto a la política exterior de la UE la fijan los Veintisiete en el marco del Consejo de Asuntos Exteriores. El Alto representante también le recordó a von der Leyen que la posición resuelta del bloque ha sido que Israel tiene el derecho a defenderse pero en línea con el derecho internacional, en específico, el derecho humanitario.
Incluso, varios gobiernos y el propio Partido Popular Europeo (del que forma parte el partido alemán de von der Leyen, la CDU) se vieron obligados a dar distintos comunicados que recordaban la postura europea común, desautorizando el accionar de la funcionaria.
La postura de von der Leyen devela su doble rasero al evocar el “derecho internacional” sólo cuando conviene a sus intereses. Mientras que el año pasado dijo que “los ataques de Rusia contra infraestructuras civiles, especialmente la electricidad, son crímenes de guerra. Cortar el suministro de agua, electricidad y calefacción a hombres, mujeres y niños con la llegada del invierno son actos de puro terror. Y tenemos que llamarlo así”, hizo un gran silencio tras los ataques y bloqueos israelíes.
Incluso, Idafe Martín Pérez, nos recuerda que “había además consecuencias prácticas. La postura de Von der Leyen podía poner en peligro a diplomáticos europeos en la región, a personal humanitario europeo y, sobre todo, a los europeos residentes en Gaza y a los secuestrados por Hamás”.
De acuerdo a Pérez, “La postura de Von der Leyen se explica por varios factores. Primero, por esa culpabilidad histórica alemana, que hace que, gobierne quien gobierne en Berlín, Alemania siempre sea uno de los países europeos más alineados con Israel. Pero en Bruselas hay voces que van más allá y piensan en las elecciones alemanas de otoño de 2025. Según ese razonamiento, Von der Leyen no busca un segundo mandato como presidenta de la Comisión sino liderar a la derecha alemana en las urnas. Una mala copia de Angela Merkel”.
Tras el escándalo del “congelamiento” de los fondos, la visita de von der Leyen a Israel y las declaraciones de Borrell, el martes los mandatarios de la UE se reunieron, convocados por el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, de manera urgente y virtual para debatir sobre la postura común a adoptar después de varias contradicciones entre los distintos líderes.
En la reunión se ratificó la condena al ataque de Hamas sobre Israel, grupo catalogado como terrorista por la UE; se revalidó la declaración conjunta adoptada el domingo que destaca el derecho a Israel a defenderse de acuerdo al derecho humanitario e internacional; se reiteró “la importancia de garantizar la protección de los civiles en todo momento, en línea con el Derecho Internacional Humanitario»; y aseguraron la disposición a “ seguir apoyando a los civiles más necesitados en Gaza, en coordinación con nuestros socios, garantizando que las organizaciones terroristas no abusen de dicha asistencia».
En las declaraciones de Michel tras la videoconferencia de los miembros del Consejo Europeo también se aseguró que los miembros de la UE “estamos comprometidos con un proceso de paz duradero basado en la solución de dos Estados y, por tanto, en el apoyo a la Autoridad Palestina”.
Otro punto muy importante que Michel anunció tras la reunión fue el compromiso político y diplomático con objetivos a corto y medio plazo para “hacer todo lo posible para evitar una escalada regional”, destacando la necesidad de “involucrar a los Estados de la región también significa hacer un buen análisis de la situación en un cierto número de países: Líbano, Jordania, Egipto, por ejemplo”.
“Sabemos que una extensión del conflicto a nivel regional representaría un gran peligro, primero para la región, por supuesto, pero también para nosotros como europeos”, dijo el mandatario.
También se hizo hincapié en la seguridad interna en el continente europeo ya que “este conflicto ha generado una gran fragmentación, división y polarización entre nuestros pueblos y sociedades”. Charles Michel evocó la necesidad por “combatir el discurso de odio, el antisemitismo y todas las demás formas de odio, como la islamofobia y el racismo, es decir, todo discurso que busque alimentar la discriminación entre nuestros ciudadanos”. De hecho, su discurso arrancó mencionando el minuto de silencio realizado en la reunión por “todas las víctimas inocentes que perdieron la vida en Israel y Palestina, pero también por las víctimas de los recientes atentados que tuvieron lugar en Europa y especialmente en Francia y Bélgica”.
La retórica y el miedo por el terrorismo ha vuelto al territorio europeo tras el asesinato de dos personas en Bruselas que, según testigos presenciales dijeron a los medios belgas, el hombre que disparó gritó «Allahu Akbar» (Dios es grande) antes de abrir fuego. El gobierno belga catalogó el asesinato como terrorismo y pocos días después el grupo ‘Estado Islámico’ se atribuyó la responsabilidad.
El miedo por un “estallido violento en forma de ataques terroristas” puso a algunos países europeos en alerta comenzando a tomar medidas de protección. En España, la Mesa de Valoración de la Amenaza Terrorista fue convocada este martes y decidió reforzar la alerta por riesgo de atentado terrorista ordenando poner en marcha “varias medidas complementarias de seguridad dentro del nivel 4 sobre 5 de alerta antiterrorista”.
Francia elevó la alerta terrorista al máximo nivel y desplegó hasta 7000 militares de la operación “Sentinelle” por todo el territorio francés tras el asesinato de un profesor de liceo en un instituto de Arrás por un joven ruso-checheno de 20 años, catalogado como “un ataque islamista”. El ministro del Interior, Gérald Darmanin, dijo que «sin duda hay un vínculo entre lo que ha pasado y Oriente Medio».
Además, el Museo del Louvre de París, fue evacuado y cerró sus puertas por temor a un atentado terrorista, un día después del asesinato del profesor y tras recibir una amenaza por escrito. Seis aeropuertos franceses también fueron evacuados al igual que el Palacio de Versalles, que cerró sus puertas por tercer día consecutivo, todos tras recibir amenazas de bombas.
Volviendo a la reunión del martes de los miembros europeos, Ursula von der Leyen también emitió un discurso junto a Charles Michel y, a pesar de continuar firme con su apoyo a Israel, se rectificó en algunos puntos, por ejemplo dijo las palabras mágicas “Israel tiene derecho a defenderse de conformidad con el derecho internacional y humanitario”. También aclaró que “los terroristas son Hamás, no el pueblo palestino”, por lo que “no hay contradicción en solidarizarse con Israel y actuar en favor de las necesidades humanitarias de los palestinos”. Por ello, la funcionaria anunció que la Comisión va a triplicar la ayuda humanitaria a los palestinos para este año y se comprometieron a establecer un puente aéreo hacia Egipto, cerca de Gaza, para estar en condiciones de entregar rápidamente ayuda a través de la frontera”.
Por su parte, el discurso de Borrell tras la reunión emitió algunas afirmaciones más contundentes en donde resaltó “sí, condenamos estos terribles ataques terroristas, pero también creo que tenemos que condenar los muertos civiles – las víctimas civiles – que se producen en Gaza y que alcanzan ya los 3.000. Porque condenar una tragedia no nos debería impedir condenar otra. Mostrar nuestra piedad por los muertos, víctimas de los ataques terroristas, no nos debería – y no nos lo hace – impedir y demostrar también nuestros sentimientos por otros muertos”.
Borrell, también recordó que para la UE, Hamas es un grupo terrorista que no representa al pueblo palestino e incluso dijo que “Hamás ha estado boicoteando cualquier intento de hacer la paz. Se ha opuesto a las resoluciones de las Naciones Unidas y de la Liga Árabe, que abrían un camino para el acuerdo de paz posible entre Israel y Palestina”. Incluso especula con que el ataque de Hamas haya sido “una estrategia para impedir que se pueda avanzar hacia la paz”.
El Alto representante reconoció que “en la comunidad internacional en la que formamos parte, no hemos hecho todo lo que había que deber hecho para que los Acuerdos de Oslo – que cumplen ya treinta años – se lleven a la práctica. Proclamamos todos los días la solución de los dos Estados, pero como me dijo en las Naciones Unidas durante la semana de la UNGA, el representante de Palestina: “Y que hacen ustedes para conseguirlo, aparte de proclamarlo?”.
Y si quienes me están leyendo llegaron hasta aquí, habrán notado que no se ha mencionado nada sobre “un alto el fuego”, ningún alto funcionario europeo llamó a un cese el fuego, ya que se prioriza concederle a Israel el derecho a su defensa “conforme al derecho internacional”, a pesar de que las violaciones al derecho humanitario e internacional que Israel ejerce sobre Palestina se vienen cometiendo desde hace 75 años. Tampoco se condenó el accionar de Israel sobre sus ataques a Gaza o los bloqueos impuestos, sólo se hizo mención pero sin condena, y cuando se mencionan a los palestinos asesinados, se les llama «otros muertos» como si no tuvieran responsables.
No obstante, el accionar de Borrell, no responden (o no únicamente al menos, no estamos para juzgar intensiones) a una solidaridad con el pueblo palestino. La necesidad por desescalar la situación y evitar que se convierta en una guerra regional responde a intereses estratégicos del atlantismo. Borrell sabe que una guerra regional en Asia Occidental (o Medio Oriente) sólo hundiría a Europa, más de lo que ya está.
Existe una fatiga y desgaste en Europa por la guerra en Ucrania, aunque en el discurso continúen sosteniendo su necesario apoyo, como consecuencia del alineamiento ciego de los líderes europeos detrás de EEUU. Hemos analizado hartamente las múltiples crisis que ha provocado y profundizado esta postura europea atlantista.
Una guerra regional en Asia Occidental complicaría aún más el suministro energético, los precios del petróleo y el aumento de una ola migratoria, todos puntos que ya son crisis con alta prioridad para la región europea, como así también implicaría una hipermilitarización de las calles debido al miedo por ‘ataques terroristas’. Un punto esencial que ya se asoma en la gobernanza de algunos países que han prohibido movilizarse a favor de Palestina, incluso han llegado a reprimir diversas manifestaciones en defensa de Palestina que se están desarrollando a lo largo de todo el territorio europeo.
De hecho, en su discurso, Borrell confiesa que le produce “una enorme preocupación porque este conflicto está derivando, desgraciadamente, hacia un conflicto entre el mundo musulmán y el mundo cristiano, y esto no lo podemos permitir. Porque la seguridad de nuestras calles depende de ello. Y porque los equilibrios geopolíticos mundiales también dependen de ello”.
*Constantini Micaela, periodista y parte del equipo de PIA Global.
Foto de portada: Diseño PIA Global. Fotos: Josep Borrell (REUTERS/Gleb Garanich) y La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, durante su reunión con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, el 13 de octubre en Tel Aviv. EFE / GOBIERNO ISRAELÍ.
[…] ¿Cómo está afectando a la Comunidad Europea la crisis en Asia Occidental? […]