Nuestra América

Colombia: un paso importante hacia la Paz Total

Por PIA Global.
El avance en las rondas de diálogo en México para alcanzar la Paz Total propuesta por el gobierno de Gustavo Petro con el ELN y otros actores armados ha tenido distintos momentos

Uno de ellos se produjo tras las críticas del Ejército de Liberación Nacional (ELN) a las posiciones del gobierno en cuanto a su igualación con otros actores armados que no revisten carácter político, como los grupos narcotraficantes o GAO (grupo armado organizado).

Ante esta circunstancia, el gobierno colombiano resolvió reconocer el carácter político del ELN, en aras de avanzar en las negociaciones de paz que buscan poner fin a los 60 años de conflicto armado, así lo hizo saber este sábado la representación de la guerrilla colombiana tras una reunión mantenida en México.

«Las delegaciones acordaron temas sin los cuales es imposible desarrollar con claridad y firmeza este proceso de paz: la caracterización jurídico legal del ELN como organización política armada rebelde con la que el gobierno nacional adelanta diálogos de paz», expresaba en un comunicado el ELN por las redes sociales

Antonio García, miembro de la dirección de la organización guerrillera y uno de los dirigentes que encabeza la delegación, había manifestado que si el ELN seguía siendo considerado GAO (grupo armado organizado), las negociaciones no prosperarían y seguirían estancadas como las dejó el expresidente Iván Duque.

En este sentido es importante rescatar lo expresado por el comandante del ELN Pablo Beltrán en la entrevista exclusiva realizada por el medio Venezuelanalysis.com en el que se profundiza sobre los alcances de los Diálogos de Paz iniciados en Caracas en noviembre del año pasado y que continúan en México, con la participación de la Republica Bolivariana de Venezuela como uno de los países garantes.

Diálogos de paz entre el ELN y el gobierno colombiano, celebrados en Caracas en noviembre y diciembre de 2022. (@LeonVaLenciaA)

VA.- Colombia ha visto 70 años de guerra civil y, solo en 2022, al menos 157 líderes sociales fueron asesinados. ¿Existen condiciones políticas y sociales para firmar un acuerdo entre el ELN y el gobierno colombiano?

PB. – No faltan las condiciones, junto con las demandas políticas y sociales, para avanzar en un Proceso de Paz en Colombia. Por un lado, es lo único que nos convertirá en una nación viable. Además, ahora hay un gobierno progresista que tiene, como uno de sus principales objetivos, una paz integral y definitiva. Las víctimas, contadas por decenas de millones, mantienen sus demandas de verdad, justicia, reparación y no repetición. Los sectores de derecha que antes se oponían al Proceso de Paz mantienen una actitud escéptica, pero también esperan ser tomados en cuenta en la formulación de una visión común de paz.

VA.- El 21 de noviembre de 2022, los Diálogos de Paz entre el gobierno colombiano y el ELN entraron en una nueva fase, con reuniones en Caracas. Estas conversaciones marcaron el comienzo de un nuevo escenario político y geopolítico. Por favor, cuéntenos brevemente sobre el papel de Venezuela como «país garante» en este proceso.

PB. – Desde que el Presidente Hugo Chávez llegó al poder en 1999, la República Bolivariana de Venezuela ha sido sede de diálogos entre Bogotá y el ELN. Desde entonces Venezuela ha tenido el doble papel de ser un País Garante – lo que viene con ser tanto testigo como depositario de los acuerdos que se suscriben – y también ser el país por el que transita nuestra Delegación de Paz.

VA.- Usted ha manifestado en una entrevista que, desde la perspectiva del ELN, los diálogos deben trabajar hacia: (I) desactivar los factores internos que generan el conflicto social, político y armado; y (II) promover un proyecto soberano en Colombia, sin la intervención de Estados Unidos, siendo este el país que ha avivado continuamente las llamas de la guerra en Colombia. Comencemos con el primer punto: ¿Cuáles serían las condiciones mínimas para desactivar los factores internos del conflicto?

PB. – Insistimos en que, si bien hay que abordar las consecuencias del conflicto armado en Colombia, también deben abordarse sus causas. También hemos dicho que estos diálogos no harán una «revolución por decreto», ni se puede esperar que conduzcan a una desmovilización de las rebeliones por decreto.

Entendemos la desactivación de las causas originarias del conflicto como un proceso que implica erradicar la pobreza y la exclusión social y poner fin al saqueo de los recursos nacionales, a su despiadada depredación. También debe poner fin a la Doctrina de Seguridad del antiguo régimen de persecución y genocidio político, la corrupción sistémica debe ser eliminada y las políticas del país no deben ser dictadas por Washington.

Este programa de transformación debe ser apoyado por una amplia alianza de fuerzas políticas comprometidas con el cambio y la solución del conflicto político a corto, mediano y largo plazo, asegurando así que el proceso continúe más allá del mandato del gobierno actual.

VA.- En relación con el punto II, parece que el gobierno de Gustavo Petro no pretende desmantelar las bases estadounidenses en Colombia. ¿Qué podría cambiar esta situación, que afecta a toda la región?

PB. – Los métodos de dominación del imperialismo estadounidense implican el uso de la lógica de dividir y conquistar. Sin embargo, hay una nueva fase en el proceso de integración latinoamericana y caribeña que se está abriendo, y esto nos permitirá hablar con una sola voz ante las potencias mundiales.

Los enormes problemas que enfrentan nuestros pueblos serán tratados como una fuerza unificada y soberana que exige soluciones dignas para las naciones y los pueblos de la región. Por ejemplo, hacer de esta región una zona de paz, buscar alternativas a la fallida «guerra contra las drogas» y deshacerse de la esclavitud de la deuda externa solo puede suceder a través de la integración continental.

VA.- Se podría argumentar que uno de los mayores problemas en los diálogos entre el gobierno colombiano y las FARC fue la limitada participación del pueblo en el proceso. Entiendo que el primer punto del ELN en la agenda de los diálogos es la «participación de la sociedad civil en la construcción de la paz». ¿Cómo se puede lograr este objetivo?

PB. – Los primeros tres puntos de la agenda son asegurar la participación de la sociedad colombiana en el proceso de búsqueda de una solución política al conflicto, con el propósito de tejer una visión común de paz. Esto requiere diseñar cuidadosamente una metodología de participación, que permita diagnosticar los problemas estructurales del país. Además, el enfoque debe permitir formular un plan de transformación a corto, mediano y largo plazo.

El pueblo debe ser el que decida cuáles son los cambios indispensables y luego asumir la responsabilidad de llevarlos a cabo. Esto requiere un acuerdo nacional, que reúna a muchas fuerzas políticas y sociales que quieren poner fin a la guerra del viejo régimen y buscar alternativas que vayan más allá del capitalismo salvaje.

VA.-¿Cómo impactaría un posible acuerdo al pueblo colombiano, y también a Venezuela y a la región en general?

PB. – El lunes 6 de febrero, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil anunció que se convertiría en un «país garante» de los diálogos de paz una vez más. Agregó que los diálogos fueron un «proceso fundamental para consolidar la paz en Colombia y, por esa razón, de gran importancia para la región y el mundo».

VA.- Después de llegar a un acuerdo en estos diálogos, ¿cómo funcionaría un eventual alto el fuego bilateral?

PB. – Tenemos la experiencia del Cese al Fuego Bilateral, Temporal y Nacional de las FARC con el gobierno de Juán Manuel Santos en 2017, que ocurrió en el contexto de la visita del Papa Francisco al país. Si bien hubo algunos incidentes, funcionó y, por primera vez en la historia de Colombia, se pudo ver que este tipo de desescalada del conflicto armado era posible. Para llevarlo a cabo, fue necesario acordar protocolos muy específicos que definan lo que implica la cesación del fuego y lo que no.

VA.-¿Cómo propone el ELN que se aborden las cuestiones de justicia social en el contexto de los diálogos?

PB. – El cuarto punto de la agenda de negociación establece que en «la construcción de una paz estable y duradera, es esencial reconocer a todas las víctimas y sus derechos. Asimismo, el tratamiento y la resolución de su situación deben basarse en la verdad, la justicia, la reparación y el compromiso de no repetir y no olvidar. Todos estos elementos juntos forman la base para el perdón y para la perspectiva de un proceso de reconciliación».

Para nosotros, lo más importante es escuchar a las víctimas y garantizar que participen efectivamente en este proceso de paz. En segundo lugar, tenemos que abordar la situación jurídica de los miembros del ELN, que está incluida en el quinto punto de la agenda, que es poner fin al conflicto armado y eliminar la violencia de la política.

Este reportaje fue publicado originalmente por/venezuelanalysis.com/

Foto de portada: Twitter ELN

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