Nuestra América

Colombia. Entre el miedo y el terror electoral, la conspiración de EE.UU.

Por Tony López R *
A solo dos semanas de las elecciones presidenciales en Colombia, se ha incrementado la política de terror y miedo contra la población civil

El objetivo de esa política de miedo y terror tiene todas las intenciones de manipular a los electores y tratar de reversar las intensiones de la población de favorecer con su voto la elección del candidato del Pacto Histórico, Gustavo Petro Orrego.

La oligarquía colombiana está sumamente preocupada por la ventaja que todas las encuestas dan como favorable para ganar en primera vuelta a Gustavo Petro, cuyo proyecto de gobierno, es absolutamente contrario al actual modelo neoliberal.

Modelo que fue impuesto hace 32 años en Colombia, cuando el presidente César Gaviria Trujillo, importó el modelo neoliberal de Estados Unidos y como se puede apreciar hoy, acabó con la agroindustria, afectó seriamente al campesinado y al empresariado medio y pequeño y también el comercio nacional.

La política neoliberal impuesta por el gobierno de Gaviria, transnacionalizó el sistema económico, que desde ese tiempo convirtió a Colombia en un país dependiente de las grandes trasnacionales estadounidenses y europeas.

Pero si bien el expresidente Gaviria fue el autor intelectual y material de implementar el actual modelo económico neoliberal, los gobierno que le sucedieron desde el conservador Andrés Pastrana, los disidentes liberales Álvaro Uribe Vélez y Juan Manuel Santos y el actual presidente subordinado de Uribe Iván Duque.

Estos gobiernos profundizaron aún más esa política y cedieron la independencia y soberanía, al permitir la militarización extranjera, violando la Constitución del 91, del Plan Colombia a la instalación de 7 base militares estadounidense, que hoy ya son 10 establecimiento castrense, peligrosamente apuntando a las fronteras con Venezuela.

Debe tenerse presente, que, unido al modelo neoliberal, en Colombia impera la otra económia, la informal, me refiero a la industria de la droga y que tiene gran incidencia en la economía y en el sector financiero del país.

Una industria del mal, cuyos efectos nocivos para el país y su pueblo, motiva la guerra que, sin cuartel, tienen la mafia narco-paramilitar, contra su pueblo y que lo está mostrando hoy cuando el llamado Cartel del Golfo, las Águilas Negras y el de la Cordillera, están aterrorizando y masacrando a la oposición y a líderes sociales y ex combatientes firmantes de la paz, para impedir el triunfo del candidato Gustavo Petro.

Si Petro gana tendrá como primer reto si quiere terminar su mandato de cuatro años, contener al general Zapateiro

Hay que decir que si bien en el gobierno de Gaviria, se trató de enfrentar al narcotráfico y se dio de baja al jefe del Cartel de Medellín Pablo Escobar y en el gobierno de Ernesto Samper, se apresaron y extraditaron a los jefes de Cartel de Cali, no es menos cierto, que fue a partir de ese quinquenio del 94 al 99, cuando se inició el fortalecimiento del paramilitarismo.

El pueblo colombiano no puede olvidar que en el año 1997 se llevó a cabo la reunión en el Nudo de Paramillo, presidido por Carlos Castaño, e importantes jefes del narco paramilitarismo y es público y conocido que tuvo el apoyo de la gobernación de Antioquia, cuyo gobernador Álvaro Uribe Vélez,  había propuesto crear las Cooperativas de Seguridad, llamadas CONVIVIR, estas fueron oficializadas e incluso se les permitía utilizar armas de guerra, todo bajo la autorización del entonces ministro de Defensa Fernando Botero Zea. Las que pasaron a integrar las llamadas Autodefensa de Colombia (AUC) comandadas por Carlos Castaño que provenían de la Autodefensa de Córdoba y Urabá, que dirigía Fidel Castaño Gil.

De entonces a esta parte, el paramilitarismo, brazo armado del narcotráfico y celosos guardianes de políticos y grandes empresarios corruptos, en plena convivencia con sectores militares, algunos de ellos con altos grados militares e importantes mandos, se han convertido en un fuerte poder en Colombia y lo más grave que hoy por hoy son el principal aliado de Estados Unidos y factor importante en aplicar la política imperial de Washington, hacia América Latina y el Caribe.

Por esta razón, hoy Estados Unidos frente al peligro que puede representar un gobierno como el de Gustavo Petro, sus funcionarios diplomáticos y organizaciones como la USAI, se dedican muy diligente y discretamente a favorecer a los candidatos opositores al Pacto Histórico y brindan apoyo financiero para la compra de votos.

¿Por qué son un peligro, el programa de gobierno del Pacto Histórico y sus candidatos Gustavo Petro y Francia Márquez? Muy sencillo porque plantean, hacer cumplir plenamente la Constitución del 91. Ese hecho conllevaría que Estados Unidos tendría que sacar sus 7 bases militares de Colombia; retomar los Acuerdos de Paz, e implementar lo acordado y por ello se plantea entregar 15 millones de hectáreas de tierra al campesinado pobre, aplicar una política de salud gratuita para toda la población y que no dependan de las EPS.

Restablecer y fortalecer la Educación gratuita para todos los colombianos desde primaria hasta los estudios universitarios, que hoy tienen a un millón de niños y adolescentes sin escuelas.  Promover una política económica en defensa de la industria nacional y los sectores del campo, bajar la inflación, y desarrollar una política salarial justa y que permita que los hogares colombianos sean sustentables.

En ningún momento, ha declarado Petro que su gobierno nacionalice y mucho menos que se elimine la propiedad privada, esa es una campaña falsa en contra de lo que plantea su proyecto de gobierno.

Por último, lo que está claro, es que las encuestas y lo que se ha visto en las plazas de apoyo a Gustavo Petro, no cabe duda, es que este puede ganar las elecciones en primera vuelta. El desespero y acciones de altos funcionarios del Estado como la Procuradora Margarita Cabello, el General Eduardo Zapateiro y hasta el propio presidente Duque, los han llevado a violar un principio constitucional, por actuar en temas electorales tratando de dañar al candidato opositor del Pacto Histórico y en claro favor del candidato del gobierno.

La última palabra aún no se ha dicho. En Colombia la situación está muy compleja y esta costando vidas porque precisamente los paramilitares, en las dos últimas semanas han desarrollado una política de terror y miedo en la población de 12 grandes gobernaciones, un poco mas de 2 millones de habitantes en edad de votar. Ese es el método que están usando para derrotar a Petro. Las operaciones de Las Águilas Negras, el Cartel del Golfo y de la Cordillera en la zona cafetalera, se desarrollan impunemente porque la Fuerza Pública no mueve un dedo en su contra, de acuerdo a denuncia públicas en esos territorios y tampoco se hace público porque los medios hegemónicos están en manos de la oligarquía.

Jefe del Cartel del Golfo Darío Antonio Úsuga alias “Otoniel”

El llamado Paro Armado y el argumento de que estas bandas criminales y el narco lo hacen por la extradición del jefe del Cartel del Golfo Darío Antonio Úsuga alias “Otoniel”, cuyo sospechoso envío de manera imprevista y acelerada, son considerados como un Plan de EE.UU y del gobierno de Duque para aterrorizar a la población y perjudicar a los candidato Gustavo Petro y Francia Márquez. Está más que claro que estos planes han sido ejecutados para generar esas criminales acciones con carácter netamente electoral, seguramente la estrategia de asesinar al candidato presidencial fue desestimada, pues hoy sería un suicidio para esta oligarquía y sus consecuencias imprevisibles.

Notas:   

* Periodista, politólogo, analista internacional. Colaborador de PIA Global

Imagen de portada: Bluradio/Vehículos atacados por el Clan del Golfo.

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