Ahí el Grito de Socorro, (en el temprano siglo XVIII), la rebelión de los comuneros, Manuela Beltrán, Galán, Berbeo y en tantos y tantos puede uno referenciar los primeros intentos de las clases populares por tomar en sus manos la construcción de su propio destino, por cuestionar la legitimidad de quien detentaba el poder del Estado.
Colombia, como espacio territorial y como noción política, fue cuna de la idea de Nuestra América. Es el primer territorio donde se hace concreta la noción de Patria Grande soñada por Francisco Miranda y construida en los hechos por Simón Bolívar en el Congreso de la Angostura, (siglo xix) sorteando las contradicciones que la propia historia le imponía a los territorios deliberadamente desguazados por la ocupación colonial en presidencias, virreinatos y capitanías generales. Lo que la historiografía recupera hoy como Gran Colombia no fue otra cosa que el intento práctico de construcción de Patria Grande.
Tenemos entonces una tierra prodigiosa y tempranera en insinuar, caminar e intentar los grandes desafíos que desde la primera independencia hemos planteado los nuestroamericanos: Patria Grande y Soberanía Popular. Colombia no puede ni debe estar ausente del pensamiento ni de la acción de los patriotas nuestroamericanos. Por eso estos puntos urgentes como primera reflexión sobre el triunfo electoral de Gustavo Petro y Francia Márquez.
Desigualdad e inequidad, injusticia y concentración de la riqueza, serán elementos permanentes en la política colombiana como así también la creciente degradación de los actores de la política formal mutando de políticos profesionales a gánster territoriales, cuando no directamente a empleados del narco o de la DEA.
- Es una revancha popular después de la promesa de Gaitán cegada, como tantas veces, por la violencia. Un pueblo que sin ninguna duda dio una lucha integral en todos los terrenos y hoy logra que uno de los suyos llegue al gobierno; que es un gobierno por demás limitado en cuanto a lograr desde ahí constituirse en poder, un aparato jurídico político colonizado por la DEA a través del narco.
- La victoria electoral de Petro-Francia es la demostración que los pueblos de Nuestraamerica siguen rebelándose contra las variables abiertamente de derecha y proimperialistas. Es la constatación del estado de rebelión contra los intentos de restauración neoliberal. Es la subjetividad antiimperialista, nacional, popular que a pesar de defraudaciones y con dudas se presenta a dar batalla en los terrenos que se le ofrecen.
- los revolucionarios debemos seguir trabajando en dos sentidos; en consolidar las alianzas populares amplias pero atentos a fortalecerlas frente a las contradicciones que se le presenten para que gobiernen a favor de lo popular, ejemplos contemporáneos hay de defraudaciones crecientes en otros países que pensábamos habíamos logrado una victoria popular y sólo redundaron en gatopardismo. Lo otro es acumular fuerzas para tener la capacidad de profundizar lo más posible un proceso de recuperación de soberanía.
- El alineamiento geopolítico automático del estilo de Castillo (cerrando su discurso en la Cumbre de las Américas al grito de “América para los americanos”) o Boric, o la autonomía de su política exterior; y la relación con Venezuela serán indicadores claros del rumbo que pretenderá imponer la alianza gobernante.
- El Plan Colombia es un condicionante muy poderoso, como no ha enfrentado ningún otro gobierno progresista de los que han capitulado, del calibre de las guerras híbridas que enfrentan gobiernos revolucionarios como Cuba, Venezuela y Nicaragua. Es un caballo de Troya con aqueos descolgándose e invadiéndolo todo permanentemente. Esto no hay que perderlo de vista en cuanto a los límites congénitos que de seguro intentarán ir resolviendo los compañeros.
Hoy en las calles de Colombia el Pueblo celebra y grita, como respondiendo aquella frase del arquetípico fascista Millán Astray, hoy gritan contra el fascismo ¡Viva la Vida!
Notas:
Fernando Esteche es director de PIA Global