Asia

China critica la irresponsable política satelital de EE.UU

Por PIA Global*- La creciente militarización y privatización del espacio exterior ha generado una nueva tensión en el tablero internacional.

Esta vez, China ha expresado su preocupación por la constelación satelital estadounidense, particularmente por la flota de CubeSats de Planet Labs, calificándola como una amenaza directa para la seguridad de las operaciones espaciales globales.

El señalamiento, proveniente de investigadores de la Academia China de Ciencias, resalta una crítica cada vez más compartida: Estados Unidos está utilizando el espacio como nuevo dominio de poder y control, sin considerar adecuadamente los riesgos globales.

Dove: ¿tecnología civil o estrategia de saturación orbital?

Desde 2013, Planet Labs —una empresa con sede en San Francisco— ha lanzado cientos de pequeños satélites tipo CubeSat como parte de su constelación Dove, diseñada para tomar imágenes diarias de resolución media de la superficie terrestre.

Aunque el proyecto se presenta como una herramienta civil para la observación terrestre, la masificación de estos dispositivos sin propulsión —según advierten los científicos chinos— representa un peligro creciente para el ecosistema orbital, ya que se comportan como “minas terrestres en el espacio”: difíciles de maniobrar, sin capacidad de corrección de trayectoria y propensas a colisiones.

Según el análisis chino, estos satélites operan sin sistemas autónomos de evasión ni control dinámico, lo que incrementa el riesgo de accidentes con otras naves espaciales o con infraestructura orbital crítica.

La crítica va más allá del riesgo físico: plantea una alerta sobre la lógica de saturación que sigue Estados Unidos, donde el espacio no se concibe como bien común, sino como escenario para el dominio tecnológico y estratégico.

Espacio exterior: ¿la próxima frontera del unilateralismo estadounidense?

Este reclamo chino no es aislado. A medida que crecen las capacidades satelitales comerciales de empresas estadounidenses, como SpaceX, Planet Labs y Amazon (con su futura constelación Kuiper), se fortalece la percepción de que Estados Unidos utiliza a sus actores privados como brazos extendidos de su estrategia geopolítica.

La colocación masiva de satélites —en ocasiones sin el debido consenso internacional ni regulaciones claras— podría estar violando el espíritu del Tratado sobre el Espacio Ultraterrestre de 1967, que establece que el espacio debe ser utilizado con fines pacíficos y en beneficio de toda la humanidad.

Desde esta perspectiva, la denuncia china pone el foco en una cuestión más amplia: la ausencia de una gobernanza global efectiva del espacio, donde las grandes potencias, especialmente Estados Unidos, actúan de manera unilateral bajo el pretexto de la innovación tecnológica.

Llamado a la regulación multilateral

La crítica de Beijing podría convertirse en una oportunidad para replantear el marco normativo del espacio exterior. A medida que más países —incluidos miembros de BRICS, ASEAN y la Unión Africana— acceden a tecnologías espaciales, la urgencia por establecer límites, regulaciones y protocolos multilaterales se vuelve ineludible.

De lo contrario, el espacio se convertirá en un campo de disputa permanente, donde las colisiones no serán solo físicas, sino también diplomáticas y estratégicas.

El reclamo chino contra la flota satelital de EE.UU. revela que el espacio se ha transformado en un nuevo escenario de disputa por la hegemonía tecnológica y el control de la información.

Mientras Washington continúa impulsando iniciativas privadas que, en apariencia, son inofensivas o incluso beneficiosas, el resto del mundo observa con creciente preocupación cómo ese poder puede ser usado para fines de vigilancia, bloqueo y supremacía estratégica.

*Foto de la portada: US Space Force

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