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Brasil: “la conferencia de las naciones unidas sobre el clima como momento decisivo”

PIA Global comparte con sus lectores las declaraciones que el presidente brasileño Lula da Silva brindara en exclusiva al medio ruso “Kommersant” sobre los objetivos de la presidencia de su país en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Clima, inaugurada ayer en la ciudad brasileña de Belem.

En vísperas de la 30.ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP30), que también conmemora el 20.º aniversario de la entrada en vigor del Protocolo de Kioto y el 10.º aniversario del Acuerdo de París, el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, explicó en un artículo para Kommersant por qué se eligió la Amazonía brasileña como sede del evento, las iniciativas que su país presenta en la cumbre y las medidas que Brasil espera que otros países adopten para combatir el cambio climático.

 Comienza en la Amazonía brasileña la cumbre de Belém, preludio de la 30.ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP30). He convocado a líderes mundiales en estos días previos a la COP30 para reafirmar nuestro compromiso de actuar con la urgencia que exige la crisis climática.

Si no logramos traducir la retórica en acción, nuestras sociedades perderán la fe no solo en las conferencias sobre el clima, sino también en la multipolaridad y la política internacional en general. Por eso convoqué a líderes en la Amazonía: para asegurar que esta conferencia se convierta en un momento decisivo, que demuestre la seriedad de nuestro compromiso compartido con el planeta.

La humanidad ya ha demostrado su capacidad para superar grandes desafíos actuando de forma conjunta y guiada por la ciencia. Hemos protegido la capa de ozono. La respuesta global a la pandemia de COVID-19 ha demostrado que el mundo puede actuar con decisión, determinación y voluntad política.

Brasil fue sede de la Cumbre de la Tierra en 1992. Respaldamos convenciones sobre clima, biodiversidad y lucha contra la desertificación, consagrando los principios que constituyen la base de un nuevo paradigma para la preservación de nuestro planeta y la humanidad. En los últimos 33 años, estas reuniones han generado importantes acuerdos y establecido nuevas metas para la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, desde poner fin a la deforestación para 2030 hasta triplicar el uso de energías renovables.

Más de tres décadas después, los líderes mundiales regresan a Brasil para afrontar el cambio climático. No es casualidad que la COP30 se celebre en el corazón de la selva amazónica. Esta es una oportunidad para que políticos, diplomáticos, científicos, activistas y periodistas sean testigos directos de lo que ocurre en el Amazonas.

Queremos que el mundo vea el verdadero estado de los bosques, la cuenca hidrográfica más grande del planeta y los millones de personas que viven en esta región. Las conferencias sobre el clima no pueden ser meros foros para presentar buenas ideas ni lugares para reuniones y negociaciones anuales. Deben brindar la oportunidad de conectar con la realidad y tomar medidas efectivas para combatir el cambio climático.

Para afrontar esta crisis juntos, necesitamos recursos. Tenemos que reconocer que el principio de responsabilidades comunes pero diferenciadas debe seguir siendo la base fundamental de cualquier acuerdo climático. Por eso, el Sur Global exige mayor acceso a los recursos, no por caridad, sino por justicia. Los países ricos han sido los más beneficiados por la economía basada en el carbono. Ahora deben cumplir con sus obligaciones: no sólo aceptar la responsabilidad, sino también cumplir con su deber.

Brasil está haciendo su parte. En tan sólo dos años, hemos reducido a la mitad la deforestación en la Amazonía, demostrando que es posible tomar medidas concretas contra el cambio climático.

En Belém, lanzaremos una iniciativa innovadora de conservación forestal: el Fondo para los Bosques Tropicales para Siempre (TFFF). Este fondo es innovador porque funciona como un fondo de inversión, no como un mecanismo de donación. El TFFF recompensará tanto a quienes conservan los bosques como a quienes invierten en él. Es una estrategia beneficiosa para todos en la lucha contra el cambio climático. Con el objetivo de liderar con el ejemplo, Brasil ya ha anunciado una inversión de mil millones de dólares en el TFFF. Esperamos anuncios igualmente ambiciosos de otros países.

Además, nos convertimos en el segundo país en presentar un nuevo Plan de Acción Nacional (PAN) para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Brasil se ha comprometido a reducir sus emisiones entre un 59 % y un 67 % en todos los sectores económicos. En este sentido, instamos a todos los países a presentar Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC, por sus siglas en inglés) igualmente ambiciosas y a implementarlas con eficacia.

La transición energética es fundamental para cumplir con los requisitos de las NDC de Brasil. Nuestro sistema energético es uno de los más limpios del mundo, con un 88 % de nuestra electricidad proveniente de fuentes renovables. Somos líderes en la producción de biocombustibles y estamos desarrollando energía eólica, solar y de hidrógeno.

Es crucial redirigir los ingresos petroleros para financiar una transición energética justa, ordenada y equitativa. Con el tiempo, las compañías petroleras de todo el mundo, incluida Petrobras de Brasil, se transformarán en empresas energéticas, ya que el modelo de crecimiento basado en combustibles fósiles no puede sostenerse indefinidamente.

Las personas deben ser el eje central de las decisiones políticas relativas al cambio climático y la transición energética. Debemos reconocer que los sectores más vulnerables de nuestras sociedades son los que más sufren los impactos del cambio climático, y por ello los planes de transición y adaptación deben abordar la desigualdad.

No debemos olvidar que 2000 millones de personas carecen de acceso a tecnologías limpias y combustibles para cocinar, y que 673 millones aún padecen hambre crónica. En respuesta, lanzaremos la Declaración de Belém sobre el Hambre, la Pobreza y el Clima. Nuestro compromiso con la lucha contra el calentamiento global debe estar directamente vinculado a la lucha contra el hambre.

Además, debemos impulsar la reforma de la gobernanza global. Hoy, la multipolaridad se ve obstaculizada por la parálisis del Consejo de Seguridad de la ONU. Creado para preservar la paz, no ha logrado prevenir las guerras. Por lo tanto, es nuestro deber luchar por la reforma de esta institución.

En la COP30, lanzaremos una iniciativa para establecer un Consejo de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático en el seno de la Asamblea General. Esta nueva estructura de gobernanza, con la influencia y la legitimidad suficientes para garantizar que los países cumplan sus compromisos, será un paso efectivo para superar la actual parálisis del sistema multilateral.

En cada conferencia sobre el clima, escuchamos muchas promesas, pero vemos muy poca acción concreta. La era de las declaraciones de buenas intenciones ha terminado: ha llegado el momento de actuar. Por eso, hoy lanzamos la “COP de la Verdad”.

Este artículo ha sido publicado originalmente en el portal Kommersant /Traducción y adaptación Hernando Kleimans

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