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Palabras del Presidente Lula en la “Sesión de paz y seguridad, reforma de la gobernanza global de los BRICS”

PIA Global comparte con sus lectores el discurso pronunciado por el presidente Luiz Inácio Lula da Silva en la Sesión paz y seguridad, reforma de la gobernanza global, de la 17ª Cumbre de los BRICS que se desarrolla en la ciudad Río de Janeiro.

Por cuarta vez, Brasil es anfitrión de una cumbre de los BRICS.

De todas, esta es la que ocurre en el escenario global más adverso.

La ONU cumplió 80 años el 26 de junio y estamos asistiendo a un colapso sin precedentes del multilateralismo.

El advenimiento de la ONU marcó la derrota del nazi-fascismo y el nacimiento de una esperanza colectiva.

La gran mayoría de los países que hoy conforman los BRICS fueron sus miembros fundadores.

Diez años más tarde, la Conferencia de Bandung refutó la división del mundo en zonas de influencia y avanzó en la lucha por un orden internacional multipolar.

Los BRICS son herederos del Movimiento de Países No Alineados.

Con el multilateralismo bajo ataque, nuestra autonomía vuelve a estar en jaque.

Los avances logrados con tanto esfuerzo, como los regímenes climáticos y comerciales, están amenazados.

A raíz de la peor crisis sanitaria en décadas, el sistema sanitario mundial es objeto de una embestida sin precedentes.

Los absurdos requisitos en materia de propiedad intelectual siguen restringiendo el acceso a los medicamentos.

El derecho internacional se ha convertido en letra muerta, junto con la solución pacífica de las controversias.

Nos enfrentamos a un número sin precedentes de conflictos desde la Segunda Guerra Mundial.

La reciente decisión de la OTAN alimenta la carrera armamentista.

Es más fácil destinar el 5% del PIB al gasto militar que destinar el prometido 0,7% a la Ayuda Oficial al Desarrollo.

Esto demuestra que los recursos para implementar la Agenda 2030 existen, pero no están disponibles por falta de prioridad política.

Siempre es más fácil invertir en la guerra que en la paz.

Las reuniones del Consejo de Seguridad de la ONU reproducen un complot cuyo desenlace todos conocemos: pérdida de credibilidad y parálisis.

Últimamente ni siquiera se le consulta antes del inicio de las acciones bélicas.

Se reciclan viejas maniobras retóricas para justificar intervenciones ilegales.

Al igual que en el pasado con la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas, la instrumentalización de la labor del Organismo Internacional de Energía Atómica pone en juego la reputación de un órgano fundamental para la paz.

El miedo a una catástrofe nuclear ha vuelto a la vida cotidiana.

Las violaciones recurrentes de la integridad territorial de los Estados, en detrimento de las soluciones negociadas, socavan los esfuerzos por no proliferar las armas nucleares.

Sin apoyo en el derecho internacional, el fracaso de las acciones en Afganistán, Irak, Libia y Siria tiende a repetirse de una manera aún más grave.

Sus consecuencias para la estabilidad de Oriente Medio y el Norte de África, especialmente en el Sahel, fueron desastrosas y todavía se sienten hoy en día.

En el vacío de estas crisis no resueltas, el terrorismo ha encontrado un terreno fértil.

La ideología del odio no puede asociarse a ninguna religión o nacionalidad.

Brasil repudió los ataques en Cachemira.

No hay absolutamente nada que justifique las acciones terroristas perpetradas por Hamás.

Sin embargo, no podemos permanecer indiferentes ante el genocidio de Israel en Gaza y el asesinato indiscriminado de civiles inocentes y el uso del hambre como arma de guerra.

La solución de este conflicto sólo será posible con el fin de la ocupación israelí y el establecimiento de un Estado palestino soberano, dentro de las fronteras de 1967.

El gobierno brasileño denunció las violaciones a la integridad territorial de Irán, como ya lo había hecho en el caso de Ucrania.

Es urgente que las partes implicadas en la guerra de Ucrania profundicen el diálogo directo con vistas a un alto el fuego y una paz duradera.

El Grupo de Amigos por la Paz, creado por China y Brasil y con la participación de países del Sur Global, busca identificar posibles formas de poner fin a las hostilidades.

Las crisis muy graves en otras partes del mundo siguen siendo ignoradas por la comunidad internacional.

En Haití tuvimos a la MINUSTAH, pero la comunidad internacional abandonó el país antes de tiempo. Brasil apoya la urgente ampliación del papel de la Misión de la ONU en el país, que combina acciones de seguridad y desarrollo.

Damas y caballeros

En los ocho decenios de funcionamiento de las Naciones Unidas no todo ha sido un fracaso.

La organización es fundamental para el proceso de descolonización.

La prohibición del uso de armas biológicas y químicas es un ejemplo de lo que puede lograr el compromiso con el multilateralismo.

El éxito de las misiones de las Naciones Unidas en Timor-Leste demuestra que es posible promover la paz y la estabilidad.

América Latina ha optado, desde 1968, por ser una Zona Libre de Armas Nucleares.

La Unión Africana también consolida su papel en la prevención y solución de los conflictos que afligen a ese continente.

Si la gobernanza internacional no refleja la nueva realidad multipolar del siglo XXI, corresponde a los BRICS contribuir a su actualización.

Su representatividad y diversidad la convierten en una fuerza capaz de promover la paz y prevenir y mediar conflictos.

Podemos sentar las bases de una gobernanza revitalizada.

Para superar la crisis de confianza que enfrentamos, es necesario transformar profundamente el Consejo de Seguridad.

Hacerla más legítima, representativa, eficaz y democrática.

Incluir nuevos miembros permanentes de Asia, África y América Latina y el Caribe.

Es más que una cuestión de justicia.

Se trata de garantizar la supervivencia misma de la ONU.

Este es el espíritu del “Llamado a la Acción sobre la Reforma de la Gobernanza Global” lanzado por la presidencia brasileña del G20.

Posponer este proceso hace que el mundo sea más inestable y peligroso.

Cada día que pasamos con una estructura internacional arcaica y excluyente es un día perdido para resolver las graves crisis que aquejan a la humanidad.

Muchas gracias.

Foto de portada: Prensa Latina

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