África Subsahariana Análisis del equipo de PIA Global

“Aunque los revolucionarios, como individuos, puedan ser asesinados, nunca se podrán matar sus ideas”

Escrito Por Beto Cremonte

Por Beto Cremonte*-
Una semana antes de ser asesinado, el 15 de octubre de 1987, Thomas Sankara expresó ante su pueblo lo que sería su propio epitafio. El legado del líder burkinés sigue guiando los pasos de “la patria de los hombres íntegros”.

Thomas Sankara, también conocido como el «Che Guevara africano», fue un líder revolucionario de Burkina Faso que dejó una huella indeleble en su país, en África y en muchos hombres y mujeres que ven la Revolución la llave que los libere de la opresión imperial y colonial de las elites locales y/o extranjeras.

Como presidente de Burkina Faso entre 1983 y 1987, Sankara promovió una serie de reformas radicales con el objetivo de transformar una nación empobrecida y dependiente en un país autosuficiente. Su enfoque antiimperialista y anticolonial lo convirtió en un icono de resistencia y transformación para toda África. En la actualidad, su legado continúa resonando, especialmente en el contexto de las crisis políticas y de seguridad en el Sahel, donde Burkina Faso enfrenta una serie de desafíos complejos.

Sankara llegó al poder a través de un golpe de estado en 1983, respaldado por una alianza con su amigo y compañero revolucionario Blaise Compaoré. Desde el principio, Sankara se propuso rediseñar las estructuras sociales y económicas del país. Su gobierno se centró en reducir la dependencia de la ayuda extranjera, fomentar la autosuficiencia alimentaria, la educación, la igualdad de género y la salud pública. Implementó políticas que desafiaban las normas neocoloniales, y abogó por el fin de la deuda externa, que consideraba una forma de esclavitud moderna.

En cuanto a estas políticas, que claramente serán aquellas que determinaron a la postre el asesinato del líder, vamos a detenernos solo en algunas, las que consideramos más importantes y que incluso hoy, en un proceso con muchas similitudes a pesar del paso del tiempo entre Sankara y Traoré (el actual presidente burkinés), nos indican que el legado del líder revolucionario permanece indeleble en el pueblo de Burkina Faso.

En principio vamos a señalar a la “Autosuficiencia Alimentaria” que para Sankara sería un pilar central de su gobierno. Él creía que el país debía romper la dependencia de la ayuda exterior y centrarse en desarrollar una economía autosuficiente, especialmente en el ámbito agrícola. Para ello debemos centrarnos en su pensamiento y el alcance que tenía esta política durante la presidencia  de Sankara. Entonces será necesario desandar algunos aspectos clave de cómo definió la autosuficiencia alimentaria y sus alcances para luego sí poder entender la importancia de esta política de Estado en aquella Burkina y en esta Burkina de hoy.

  • Producción Local Sostenible: Sankara alentó a los agricultores a utilizar prácticas agrícolas tradicionales y sostenibles, en lugar de depender de fertilizantes químicos y maquinaria costosa. Esto incluía el uso de métodos de cultivo que conservaban la biodiversidad y la fertilidad del suelo.
  • Redistribución de Tierras y Recursos: Su política incluyó reformas agrarias para redistribuir la tierra y los recursos agrícolas de manera equitativa. Esto tenía el objetivo de empoderar a los campesinos y permitirles un mayor control sobre sus propios medios de producción.
  • Reducción de Importaciones: Sankara promovió la producción de alimentos básicos que pudieran satisfacer las necesidades del país y reducir las importaciones de alimentos, lo cual consideró una forma de dependencia exterior.
  • Educación Agrícola y Comunidad: Organizó campañas para educar a la población sobre la importancia de la autosuficiencia alimentaria, así como sobre técnicas agrícolas y de gestión de recursos. Esto también incluyó la promoción de cooperativas agrícolas y el fortalecimiento de la comunidad para lograr objetivos comunes.
  • Diversificación de Cultivos: Para evitar la dependencia de cultivos comerciales, Sankara fomentó la diversificación de cultivos que satisfacieran las necesidades nutricionales de la población y que pudieran adaptarse mejor a las condiciones climáticas de Burkina Faso.

Otra de las políticas que rompieron con el modelo colonial que combatió Sankara se basó en apoyar y fortalecer el empoderamiento de las Mujeres, promoviendo políticas para la igualdad de género, prohibiendo prácticas tradicionales como la mutilación genital femenina y forzando a las mujeres a participar en el ejército, una decisión controvertida pero que subrayaba su compromiso con la inclusión de género. Nombró a varias mujeres en su gabinete gubernamental.

Economía, la madre de todas las batallas

Con respecto a las cuestiones económicas, el corto periodo de Thomas Sankara al frente de Burkina Faso también marcará un antes y un después para el país ya que planteó una reforma social y económica  a través de  proyectos masivos de infraestructura, como la construcción de viviendas y hospitales, a través de programas de trabajo comunitario. Además, redujo su propio salario y prohibió los lujos en la administración pública. Redujo los salarios de los funcionarios públicos, y hasta vendió coches de lujo de funcionarios gubernamentales, reemplazándolos por vehículos económicos. Estas acciones dieron un fuerte ejemplo de austeridad y honestidad en el gobierno, mejorando la imagen pública y generando una cierta confianza entre la población. No obstante, estas medidas fueron impopulares entre la élite y el funcionariado, lo cual creó tensiones internas que contribuyeron a su caída posterior.

Sankara era crítico de la ayuda externa y la toma de deuda, la consideraba una estrategia para someter a los países africanos a las agendas de las potencias extranjeras. Denunciaba la deuda externa de los países africanos como una nueva forma de colonialismo. La veía como una herramienta para mantener a África subordinada a los intereses de potencias occidentales, forzándola a desviar recursos para pagar intereses en lugar de invertir en desarrollo local. En lugar de aceptar ayuda condicionada, impulsó un enfoque de «autosuficiencia popular», involucrando a los ciudadanos de Burkina Faso en proyectos de infraestructura y desarrollo mediante trabajo comunitario. Con esto, no solo desafiaba el paternalismo de las potencias extranjeras, sino que fortalecía la identidad nacional y la conciencia social de su pueblo, fomentando un sentido de orgullo y autosuficiencia.

En la Cumbre de la Organización de la Unidad Africana en 1987, Sankara instó a los líderes africanos a rechazar colectivamente el pago de la deuda, argumentando que no podía ser una obligación moralmente justa para el pueblo africano. Esta postura desafiante mostró su determinación de liberar a África de la dominación económica y su disposición a arriesgarse políticamente en la búsqueda de una soberanía genuina.

En este sentido, las medidas que tomaba para su Burkina Faso, también las pensaba para todo el continente africano, ya que propugnaba por lograr el tan ansiado “panafricanismo”, de hecho Sankara era un militante de esta causa, viendo la unidad africana como una forma de resistir las divisiones impuestas por las fronteras coloniales. En sus discursos, enfatizaba que África solo podría liberarse de la explotación si trabajaba unida. Instó a otros líderes africanos a adoptar políticas de independencia y rechazo al imperialismo, considerando que los problemas de un país africano eran los problemas de todo el continente. Para Sankara, el panafricanismo no era solo un ideal, sino una estrategia necesaria para enfrentar los desafíos comunes de África, desde el colonialismo económico hasta la intervención militar extranjera.

Una mirada anticolonial y antiimperialista para África

Thomas Sankara fue un líder que desafió los paradigmas de su tiempo, recordado como uno de los personajes más carismáticos y revolucionarios de África. Su breve pero intenso mandato como presidente de Burkina Faso (1983-1987) lo consolidó como un símbolo del anticolonialismo y el antiimperialismo. Bajo su liderazgo, Sankara abogó por la autosuficiencia, la justicia social y la independencia económica de África. Hoy, su legado sigue vivo, especialmente en Burkina Faso, donde su influencia resuena en una región marcada por conflictos, intervenciones extranjeras y desafíos de seguridad.

Sankara creía firmemente que la verdadera liberación de África solo podía lograrse mediante el rechazo de las estructuras coloniales e imperialistas que habían moldeado y subyugado al continente. Su vida y obra fueron un ejemplo de resistencia a las influencias extranjeras y un llamado a la solidaridad panafricana. Para Sankara, el desarrollo debía basarse en el potencial local y la autonomía, no en los préstamos o la ayuda de las antiguas potencias coloniales. Esta perspectiva sigue siendo relevante en la actualidad, en una África que aún se enfrenta a la influencia de potencias extranjeras en sus políticas y economías.

El compromiso de Sankara con la soberanía africana es una inspiración para los movimientos actuales que buscan una mayor independencia de África respecto a las potencias extranjeras y una resistencia al imperialismo contemporáneo. En Burkina Faso, muchos líderes y ciudadanos que están descontentos con la dependencia continua de su país hacia las antiguas potencias coloniales ven en Sankara un modelo a seguir.

Thomas Sankara sigue siendo una figura emblemática para aquellos que luchan por la justicia social, la independencia y la soberanía en Burkina Faso y en toda África. En el contexto actual del Sahel, su legado proporciona una inspiración poderosa para resistir las fuerzas del neocolonialismo y buscar soluciones autóctonas para los desafíos locales. La vida de Sankara y su enfoque antiimperialista son recordatorios de que el verdadero cambio requiere una visión radical y un compromiso inquebrantable con la justicia y la equidad. Para Burkina Faso, el legado de Sankara no solo es parte de su historia, sino una llamada continua a la acción en un mundo que sigue marcada por desigualdades y dominación.

Sankara y la Burkina Faso de hoy

Para Burkina Faso, el legado de Sankara no solo es una parte de su historia, sino una llamada continua a la acción en un mundo marcado por desigualdades y dominación. En una región que enfrenta la intervención de potencias extranjeras, las enseñanzas de Sankara sobre autosuficiencia y unidad panafricana ofrecen una perspectiva que, ahora más que nunca, resulta relevante. Su vida y sus políticas no solo motivan a quienes buscan un cambio en Burkina Faso, sino también a aquellos que, en todo el continente africano, luchan por un futuro independiente y justo.

El impacto de Sankara sigue siendo evidente en Burkina Faso, donde se le venera como un héroe nacional. A pesar de su asesinato en 1987 (en un golpe liderado por Compaoré, quien ejerció el poder), sus ideas han resurgido en los movimientos actuales que buscan un cambio. Burkina Faso, como muchos países del Sahel, enfrenta desafíos enormes en términos de seguridad, pobreza y inestabilidad política, agravados por la expansión de grupos extremistas en la región y las intervenciones extranjeras.

La retórica y los ideales de Sankara inspiran a la juventud y los movimientos sociales que exigen justicia social y política. En un contexto de creciente resentimiento hacia las potencias extranjeras, su llamado a la autosuficiencia y la independencia resuena fuertemente. La situación actual en el Sahel, donde la presencia militar extranjera y el interés de potencias globales como Francia y Estados Unidos han sido objeto de críticas, ha motivado un resurgimiento del espíritu antiimperialista de Sankara.

El Sahel es una de las regiones más volátiles del mundo, enfrentando conflictos intercomunitarios, insurgencias y el impacto del cambio climático. Burkina Faso, al igual que sus vecinos Mali y Níger, enfrenta una grave amenaza de violencia extremista, exacerbada por la pobreza y la marginación de ciertas comunidades. En este contexto, la influencia de Sankara ha sido revitalizada por líderes locales y movimientos populares que buscan soluciones africanas a los problemas africanos.

La visión de Sankara para un África unida y autosuficiente, libre de la intervención extranjera, se ha convertido en una fuente de inspiración para quienes cuestionan la influencia continuada de las antiguas potencias coloniales. La reciente expulsión de tropas extranjeras de Mali y la creciente desconfianza hacia las fuerzas internacionales en Burkina Faso son síntomas de una resurgente identidad panafricana y un rechazo al imperialismo moderno. En Burkina Faso, se están llevando a cabo protestas en contra de la injerencia extranjera ya favor de un gobierno que recupere los ideales de independencia y soberanía promovidos por Sankara.

Hoy, la figura de Sankara se alza no solo como un héroe nacional, sino como un símbolo de resistencia frente a la dominación imperialista y un ejemplo de cómo la visión y el compromiso pueden cambiar el curso de la historia. A medida que Burkina Faso y la región del Sahel enfrentan crisis cada vez más profundas, el legado de Sankara ofrece un faro de esperanza y un modelo de resiliencia que podría guiar a la región hacia un nuevo despertar.

Ibrahim Traoré, actual líder de Burkina Faso tras su llegada al poder en 2022, ha demostrado una afinidad por los principios de autosuficiencia y anticolonialismo defendidos por Sankara. Aunque Traoré aún está en las etapas iniciales de sus políticas, algunas reflejan similitudes con los enfoques de Sankara. Ambos líderes comparten una visión de autosuficiencia alimentaria que busca reducir la dependencia externa y empoderar a la población rural. Aunque Sankara tenía una agenda agrícola muy clara, el enfoque de Traoré aún está desarrollándose, y no ha alcanzado el mismo nivel de implementación. Sin embargo, la influencia de Sankara en las ideas de Traoré es evidente, especialmente en su llamado a la producción local y la autosuficiencia. Si Traoré continúa en esta dirección, es probable que su administración refleje aún más las políticas de Sankara en cuanto a la alimentación y el desarrollo agrícola.

*Beto Cremonte,  docente, profesor de Comunicación social y periodismo, egresado de la UNLP, Licenciado en Comunicación social, UNLP, estudiante avanzado en la Tecnicatura superior universitaria de Comunicación pública y política. FPyCS UNLP.

Acerca del autor

Beto Cremonte

Docente, profesor de Comunicación social y periodismo, egresado de la Unlp, Licenciado en Comunicación social, Unlp, estudiante avanzado en la Tecnicatura superior universitaria de Comunicación pública y política. FPyCS Unlp

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