La alianza AUKUS forma parte de la estrategia estadounidense de un “Indo-Pacífico libre y abierto”, en la región de Asia y el Pacífico suelen apoyar algunos países que tienen alianzas de seguridad con Estados Unidos. Como es el caso de Japón, Corea del Sur, Filipinas, Nueva Zelanda y Australia.
Este último es parte de la alianza militar, que en principio nació como un sistema de vigilancia especial a través de submarinos. Sumado a Canberra también participan Washington y Londres dentro de este armado que busca no sólo sumar más países sino crecer en otras áreas como la vigilancia espacial, la aeronáutica o la Inteligencia Artificial (IA) para la guerra electrónica, la hipersónica y las tecnologías cuánticas.
La idea central de un “Indo-Pacífico libre y abierto” es establecer un orden internacional basado en reglas, consolidando, a la vez, principios imprescindibles para la estabilidad y la prosperidad en la región tales como el imperio de la ley, la libertad de navegación y el libre comercio.
La expansión de AUKUS
Durante las últimas semanas se conocieron algunas novedades acerca de la ampliación de la alianza militar, en primer lugar la revista Air & Space Forces informó que Estados Unidos, el Reino Unido y Australia acordaron establecer sitios avanzados de radar de seguimiento espacial en sus países, como parte de una nueva e importante iniciativa que ampliará el acuerdo AUKUS.
“Todo está en proceso, está en movimiento y es real”, dijo la Dra. Mara Karlin, asesora de defensa y política exterior estadounidense, sobre la Capacidad de Radar Avanzado del Espacio Profundo (DARC), un sistema de radar terrestre de última generación, a finales de la década.
La estrategia DARC y otros proyectos entre los tres países se vió renovada cuando sus líderes de defensa, el Secretario de Defensa Lloyd J. Austin III, el Secretario de Defensa de Gran Bretaña Grant Shapps, y el Ministro de Defensa de Australia Richard Marles, se reunieron en la base de Innovación de Defensa en Silicon Valley el 1 de diciembre de este año, para formalizar una serie de nuevos acuerdos como parte del Pilar II del pacto AUKUS, que se enfoca en el avance de tecnologías militares de vanguardia.
“A principios del próximo año, nuestros tres países llevarán a cabo una serie de experimentos y ejercicios trilaterales integrados. Mejorarán el desarrollo de capacidades, mejorarán nuestra interoperabilidad y acelerarán rápidamente la sofisticación y la escala de los sistemas marítimos autónomos que podemos desplegar y operar juntos”, sostuvo Austin en una conferencia de prensa luego de la reunión.
La estrategia DARC no es un secreto. El primer lugar donde se establecerá es en Australia Occidental, y se prevé que esté en funcionamiento para 2026. A finales de esta década se sumarán dos ubicaciones más, una en el Reino Unido y otra en Estados Unidos.
La mayoría de las capacidades para rastrear el espacio terrestre de Washington consisten en radares de seguimiento de misiles de la época de la Guerra Fría o sensores ópticos de una década atrás, no diseñados para el entorno espacial actual. DARC representa una forma de reforzar ese conocimiento del dominio de la Fuerza Espacial, que los funcionarios consideran que debe mejorarse a medida que se incrementa el número de satélites y la cantidad de desechos en órbita.
Por su parte, el Pentágono reveló algunos planes para la próxima etapa del pacto de tecnología de defensa de AUKUS, incluida la carga de IA en aviones de caza de submarinos y el lanzamiento de ejercicios para probar equipos no tripulados.
Este segundo “pilar” de dicha alianza militar tendrá como objetivo desarrollar una serie de nuevas tecnologías, incluidas la inteligencia artificial y la autonomía, la guerra electrónica, la hipersónica y las tecnologías cuánticas. El Pentágono dice que el Pilar Uno, el plan para entregar submarinos de ataque de propulsión nuclear a Australia a principios de la década de 2040, está en camino a concretarse.
Sin embargo, el éxito del Pilar Dos requerirá modificar las leyes norteamericanas que rigen la exportación de tecnología sensible. Además de la legislación de control de exportaciones, el Congreso norteamericano debe aprobar un presupuesto de 3 mil millones de dólares de Australia para ayudar a modernizar la base industrial de submarinos de Estados Unidos.
La propuesta está siendo bloqueada por el senador Roger Wicker, miembro de alto rango del Comité de Servicios Armados del Senado, quien también está bloqueando la iniciativa de permitir la transferencia de submarinos clase Virginia a Australia a menos que la base industrial submarina obtenga más dinero del paquete complementario de defensa más amplio.
Si bien el estado de la legislación AUKUS sigue en el aire hasta que el Congreso termine de negociar un proyecto de ley de política de defensa, desde el gobierno norteamericano esperan que por lo menos estén los fondos para Australia ya que es el principal lugar de construcción de la alianza militar.
Además del factor de la política exterior de los demócratas en Estados Unidos, es cierto que la alianza se creó sobre todas las cosas para “contener a China”. Es posible que sea un proyecto a largo plazo sin importar el gobierno de ninguno de los tres miembros que la integran. La presión sobre Nueva Zelanda, Corea del sur, Filipinas y Japón para que se sumen aún continúa, quedará ver si estos países se suman a una nueva organización militar y de seguridad en contra de uno de sus mayores socios comerciales.
*Erika Gimenez es Licenciada en Comunicación, escribe en PIA Global y otros medios.
Con información de Defense One y Air and Space Forces
Foto de portada: Extraída de Asia Times.