Las características de defensas soberanas se implementan desde las convenciones y tratados formales que se estipulan bajo la fundamentación sostenida de la Carta de la ONU, notorias en Estados que la invocan y en quienes defienden sus territorios con distintas retóricas, mientras que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas se mantiene dispar en términos de equilibrio geopolítico, con Rusia y China como impulsores del Mundo Multipolar, desde esa condición, y los antiguos “aliados”, EE. UU., Gran Bretaña y Francia, como sustentadores del orden unipolar. Vemos, entonces, cómo diversos conflictos geopolíticos siguen latentes en la actualidad, aunque de manera focalizada y por regiones.
Por su parte, preparándose con mecanismos de “defensas” y en nombre de la democracia, los voceros occidentales que responden a los intereses de la industria militar estadounidense continúan promoviendo la militarización de Europa/OTAN caracterizada por la “rusofobia”, sin abandonar la “islamofobia”, y con injerencias en ciertas estructuras gubernamentales de países debilitados dentro del actual esquema-mundo.
Pero lo cierto es que quienes se defienden son los bloques soberanos; mientras continúa la fase de vinculaciones desde los BRICS con la presidencia pro tempore del foro por parte de Rusia.
Las puertas de Eurasia
¿Acaso la entrevista de Tucker Carlson al presidente ruso, Vladimir Putin, no demostró que el público occidental ignoró las razones de la Operación Especial rusa en Ucrania durante los últimos 2 años?
¿Y qué hay en Occidente sobre los acontecimientos que Israel perpetra en Gaza?
Los conflictos bélicos en Ucrania-Rusia y la proyección de una escalada en Medio Oriente parecen ocurrir dentro de un marco no convencional. La interrupción de los cumplimientos de ciertos tratados bilaterales, multilaterales o internacionales, y el cumplimiento o no de los mismos, implican la diferenciación más importante entre un orden (unipolar) y otro orden (multipolar).
Si consideramos que el bloque occidental es un Patrón de patrones y no es así para el bloque multipolar, según el ejercicio político de estos últimos años, analizando a la luz de los acontecimientos; éstos últimos proponen y producen su cuadratura de relaciones diplomáticas mediante regímenes históricos que eviten la proliferación unidireccional de un país por sobre otros. En constante construcción, leemos allí asociaciones, marcos de cooperación, la Liga Árabe y otras fortalezas multilaterales que vienen cumpliendo un papel altamente diplomático en el plano inter-estatal.
Sin embargo, ninguno de estos organismos fue constituido o incorporado a los intereses de Eurasia sobre la base de ningún imperio del presente, sino sobre la co-participación de varios actores necesarios en la construcción de un mundo más justo.
De esta manera podemos situarnos en los conflictos de Medio Oriente, en tanto fronteras del continente euroasiático, tomando nota de sus repercusiones y ante la mirada de distintos líderes del planeta que ya no se encuentran aislados distantes por sus decisiones sino dentro del esquema mundo en donde se contemplan todas las experiencias.
Ejemplos constantes de ello son las repercusiones generadas en Occidente producto de los intentos de desmembramientos en las fronteras de Rusia, Irán o la Península de Corea; tanto Rusia, como el Eje de la Resistencia, India, China y la RPDC son partícipes del mapa euroasiático por el cual se configura la tendencia de una Gran Asociación de Eurasia, y la misma, se ve obligada a defenderse ante las amenazas de EE. UU. y sus aliados por razones de seguridad colectiva; un marco que construye un interés de seguridad conjunta para el continente; si Arabia Saudí peligra, peligra La Federación Rusa y si la RPDC peligra también es riesgo para la República Popular China.
En este marco actual fue factible que Ansar Alah, en Yemen, irrumpiera en la escena sublevándose ante EE. UU., Gran Bretaña e Israel por el asedio mutilador a los palestinos en la Franja de Gaza, sin que esto haya implicado su subordinación directa, por ejemplo, al gran enemigo que tiene designado el Pentágono para la región: la República Islámica de Irán.
Y, aunque más allá de la colectividad de la seguridad en bloques de cooperación militar todo país mantiene el derecho a defender su soberanía territorial, puede notarse que Yemen costea a los 8 socios en diálogo de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) y ninguno de los gobiernos vecinos se vio obligado a ejercer apoyo con tropas en ese asunto bélico propuesto a partir de las recientes acciones de Ansar Alah en el Mar Rojo y el Mar Árabe, cuestión que sí realiza la alianza anglosajona con Israel; ni Qatar, ni Arabia Saudí, ni Irán, ni Egipto se entrometieron, aunque eso no signifique que no se hayan tomado otras acciones implicadas en perjuicio al comercio en el canal de Suez y puerto de Eilat…
Si bien los yemeníes lo hacen por solidaridad con Palestina [1] (enlace a * ) –entre otros motivos-, según sus voceros militares y dirigentes políticos, ocurre sobre un abordaje de inmensa asimetría bélica entre palestinos e israelíes, como es de público conocimiento, motivando, a la vez, la interpelación a los Estados árabes y musulmanes para cortar las relaciones diplomáticas con Israel a más de cuatro meses de iniciada la operación Diluvio de Al-Aqsa el 7 de octubre del 2023 y el posterior hostigamiento del gobierno de Benjamín Netanyahu a Gaza del norte al sur de la Franja palestina.
Finalmente, el innegable avance tecnológico-militar de la Federación Rusa, desplegado en Donbass, permitió traspolar las estrategias de defensa para otros sitios que se relacionaban predominantemente con la compra-venta de armamento de fabricación occidental. Pero cumplidos 2 años de la Operación Especial rusa en Ucrania, y luego de la ampliación del BRICS 10 de este año, ya podemos notar lo que implican los tipos de relaciones multipolares, sobre todo en esos términos militares de actualización tecnológica en donde puede verse, de manera ilustrada, la muestra de los más de 30 drones de fabricación nacional que China presentó en la última Feria de Defensa de Arabia Saudí, por citar un ejemplo comercial.
Tomando nota de que la administración comercial china autoriza las ventas de esas unidades sin restricciones, a diferencia de las condiciones que EE.UU. impone a sus compradores armamentísticos de acuerdo a su concepto unipolar de hegemón sobre mercado global; diferente a los elementos asiáticos del Mundo Multipolar [3] que aumentan el declive del mandato por “reparto” de los “ganadores” de la Segunda Guerra Mundial en la región mientras los componentes económicos del BRICS avanzan en proceso de desdolarización y fortalecimiento de monedas locales.
Favio Vidal* Periodista y Técnico Superior en Comunicación Popular -UNLP. Miembro del equipo de PIA Global
Foto de portada: Internet