Nuestra América

Argentina: de un gobierno en disputa a la inminente colonización conservadora

Por Fernando Esteche*
Ponencia presentada ante el “XXV Seminario Internacional, Los Partidos y una Nueva Sociedad”, organizado por el Partido del Trabajo de México.

El gobierno argentino del Frente de Todos (FdT) se trata de un gobierno de transición y en disputa; un frente electoral con profundas contradicciones internas no solo partidistas sino de intereses. El destino o la orientación que esa transición vaya a tomar no depende solamente de las intenciones de los que detentan porciones del poder formal, sino que gran parte de responsabilidad está en la militancia popular organizada.

La maniobra que pergeñó Cristina Fernández de Kirchner de construir una gran alianza electoral capaz de derrotar electoralmente al macrismo, encerraba la debilidad congénita de su propia autolimitación ante la convivencia con aliados proimperialistas.

El gran límite de esta maniobra es que nos puede llevar a una reproducción administrativa in eternum de neoliberalismo y entreguismo, arrinconando a nuestra gente en la pobreza, renunciando con distintas narrativas a la concreción de un proyecto nacional, so pretexto de la “correlación de fuerzas”, o con la quimera de construir una economía de los pobres o popular para no permanecer ahogados en la economía real o formal.

Si desde lo popular no tomamos una actitud de ofensiva, no superamos la posición contemplativa y sigilosa del acompañamiento obsecuente y acrítico, entonces estamos siendo parte del debilitamiento del proyecto popular. La militancia argentina parece cautiva del encanto de su lideresa sin cuya orientación no se anima a gestar ningún tipo de iniciativa defensiva ni ofensiva ante un gobierno que está sosteniendo y que muchas veces toma medidas antipopulares.

Hay que atender a la rearticulación de la nueva derecha con variados repertorios y mecanismos de intervención; en la calle, en el palacio, en los medios, en el gobierno, en todo. Ya no es la derecha vetusta, Bolton mediante, han encontrado numerosos dispositivos de acción, incluso la articulación de lo que llaman “populismos de derecha”.

Está intacta la posibilidad de disputa del gobierno de manos de una expresión como el macrismo residual o lo que pudieran articular. Porque además no ha habido escarmiento, los neoliberales en el gobierno han hecho un estrago y siguen impunes como si nada hubiera sucedido.

Hay dos cuestiones estructurales que además operan estructurando y condicionando al gobierno. Uno es el tema de la deuda externa y la retracción económica, y el otro es el lawfare. En el tema de deuda externa todos asistimos impávidos al siniestro mecanismo de endeudamiento, capitalización de operadores financieros, y fuga de divisas.

Un endeudamiento que se legitima por el Congreso en esta gestión de gobierno, no en el anterior. Y un endeudamiento que es, a todas luces, un delito de ejecución continuada ilegal e ilegítimo. Y se está negociando con los acreedores privados bajo el auspicio y tutela del Fondo Monetario Internacional (FMI), que es partícipe del delito y cuya anterior gestión permitió el endeudamiento más grande de la historia del organismo violando su propio estatuto. Un endeudamiento que impone en cada presupuesto metas fiscales imposibles de cumplir y que redundan en un ajuste despiadado para los sectores populares tal como lo describió Cristina Fernández de Kirchner en carta pública para explicar las razones de la derrota electoral; a lo que le respondieron -el mismo ministro de economía de nuestro gobierno- con tecnicismos incapaces de ocultar que de lo que se trata es de que el pueblo en Argentina está cada día viviendo peor.

El otro tema es el lawfare que creemos es un verdadero caballo de Troya de la posibilidad democrática, de la posibilidad de producción política popular. Nada se ha hecho a ese respecto, todo permanece intocado, desde las causas que siguen desarrollándose a pesar que sabemos que son causas armadas, los presos y presas políticas, fiscales procesados que siguen en sus cargos, jueces que ahora denuncian aprietes en base a los cuales dictaron sentencias y se llevaron puesta nuestra libertad. Las múltiples causas de espionaje, espionaje que padecimos los presos, los familiares del submarino hundido ARA San Juan, empresarios y dirigentes de todo tipo a manos del gobierno macrista; nada pasa de la noticia. Lo estructural sigue operando. Seguimos esperando los juicios contra nosotros que tendrán que resolverse con absoluciones o condenas de las causas armadas que nos impusieron, y seguimos teniendo presos y presas, entre los cuales está nuestra compañera lideresa Milagro Sala cautiva de un gobernador misógino, revanchista y curiosamente asociado en distintas cuestiones a sectores del gobierno nacional.

Hay que entender que el lawfare es un dispositivo para proscribir a Cristina Fernández de Kirchner, para maniatar al Pueblo. Lo hicieron en Brasil destituyendo a Dilma Rousseff y proscribiendo a Lula Da Silva, lo hicieron en Ecuador contra Rafael Correa y Jorge Glas y su elenco gubernamental, más bestialmente lo hicieron en Bolivia. No se trata de un grupito de jueces y fiscales “operados”, es directamente la colonización de la justicia federal de parte del Departamento de Estado norteamericano. No hay que ser tan ingenuo en estas cosas.

El gobierno no es una entidad monolítica, conviven distintas expresiones en su interior con grandes contradicciones entre sí, algunas políticas y otras de negocios. Distintos actores llevan a cabo distintas estrategias de desarrollo propio porque todos juegan a lo que vendrá. Eso impone a priori la falta de un plan de desarrollo de corto plazo. No hay ni corto ni mediano plazo es todo transición. Hay determinadas condiciones geopolíticas que condicionan, pero no determinan orientaciones generales y posibilidades de desarrollo de un proyecto de recuperación de soberanía. Pero también sabemos que la propia acción histórica del propio gobierno construye condiciones objetivas y subjetivas nuevas o reproduce las vigentes.

Alberto Fernández todavía, y cada vez menos, constituye un obstáculo en el plan de redespliegue imperialista en Nuestramérica. Podría ser la posibilidad de apalancamiento de la recuperación de Lula, la retaguardia de Venezuela. Podría asociarse a México y reflotar la CELAC para neutralizar la operatoria golpista e injerencista de la OEA. Es la posibilidad de recuperar las inercias derivadas del Plan de Desarrollo Estratégico Territorial que pergeñaron Néstor Kirchner y Julio De Vido, podría ser Argentina un territorio de construcción del nuevo multipolarismo como esquema mundial. Hay aún hoy pendientes contratos y desarrollos con China y Rusia. Pero todas las señales y las acciones están yendo para otro lado sobre todo a partir de las recurrentes visitas de los personeros del Departamento de Estado a nuestro país.

Los últimos resultados electorales de las elecciones primarias dejaron un panorama preocupante. Está claro que Argentina está padeciendo operaciones de injerencismo y neocolonialismo. Las mismas pretenden reconvertir un gobierno de corte progresista y popular en un gobierno neocolonial.

La derrota en las elecciones primarias sumado al alto nivel de abstencionismo voto en blanco y voto nulo expresa la creciente enajenación de la política formal respecto de la cotidianidad de nuestro Pueblo y un crecimiento insignificante de la derecha neoliberal formal. La masa electoral se divide en tres tercios, un tercio que no participa, un tercio que vota alternativas inocuas, el último tercio se debate entre el proyecto neoliberal y el proyecto popular.

El resultado electoral en términos absolutos significa una pérdida de 5 millones de votos de los sectores populares sobre 34 millones de electores. Pero no significa un crecimiento de la derecha pro colonial sino el alejamiento de la política formal institucional de parte de importantes sectores populares. Es una crisis contundente de representación.

En los dos años de gobierno las expectativas populares no fueron cumplidas, creció el desempleo, la pobreza es de más del 40 %, la indigencia del 10%. El argumento oficial es la pandemia donde hubo un restablecimiento del implotado sistema de salud, pero con más de 130 mil muertos por COVID y con un aislamiento muy extenso tanto como ineficiente.

Los jóvenes de entre 16 a 25 años que constituyen la principal porción de la masa electoral son mayoritariamente pobres (6 de cada 10). El gesto del kirchnerismo de presentar las renuncias de sus ministros expuso la falta de voluntad de parte del presidente de cambiar el rumbo político económico. La carta pública de Cristina Fernández de Kirchner donde evidencia falta de diálogo y desconsideración a las orientaciones planteadas por ella de parte del presidente fue el paso que expuso más trágicamente esta situación acompañando una crítica concreta al rumbo económico y político.

La crisis se resolvió temporalmente con el ingreso, propuesto por la misma Cristina Fernández de Kirchner, como jefe de gabinete, del gobernador de Tucumán que expresa al peronismo del interior antikirchnerista, proimperialista; y la incorporación de otras figuras de volumen político; más la permanencia del plantel kirchnerista; pero también permanece el ministro de economía que es más un ministro al servicio del FMI que de los argentinos. En resumidas cuentas, la crisis se resuelve con un giro hacia el conservadurismo con un jefe de gabinete con mejores y más aceitadas relaciones con el establishment.

La crisis evidenció un resquebrajamiento de la alianza FdT que de seguro se disparará una vez concretadas las elecciones generales de noviembre.

La matriz exportadora de re-primarización de la economía y de concentración es la que durante estos dos años produjo ingentes riquezas a los grupos concentrados y creciente pobreza en el Pueblo argentino. El paquete de leyes que se anuncian estos días después de la derrota electoral afianza este esquema con el tridente de la Ley de Hidrocarburos, la Ley de Fomento minero y la Ley de Fomento agroindustrial. El comercio exterior sigue enajenado y privatizado sin capacidad el Estado argentino de incidir mínimamente en esas cuestiones q determinan su desarrollo.

El kirchnerismo mostró capacidad de condicionamiento, pero queda debilitado respecto a cómo estaba al comienzo de esta crisis y con un compromiso político con el pueblo que debe lograr que el gobierno cumpla porque si no seguirá dilapidando su propio capital político.

La maniobra de mediano plazo planteada por el establishment es un pacto (como fue el Punto Fijo en Venezuela, Frente Nacional en Colombia, Café con leche en Brasil) de co-gobernabilidad pro-imperialista en el que están involucrados el propio Sergio Massa (tercer hombre fuerte del FdT y presidente de la Cámara de Diputados), eventualmente las huestes albertistas y Horacio Rodríguez Larreta la figura central del macrismo residual. El ministro Juan Manzur, con excelentes relaciones con el Departamento de Estado y con los sectores concentrados de poder, relaciones idénticas a las del propio Massa, está planteado como alfil ante una eventual crisis de ruptura de gobierno que consagraría el arrebato total de la voluntad popular que echó al macrismo hace nada más dos años.

La tarea que tenemos por delante es evitar esa posibilidad y ganar espacio en el gobierno para construir una orientación nacional y popular del mismo. Pero esta crisis ha debilitado también en términos de consenso electoral de cara a noviembre a todo el Frente de Todos.

Sin formación de cuadros, sin claridad estratégica, sin política, sin Organización, nada de lo que tenemos pendiente como pueblo puede realizarse, seguiremos naufragando en posibilismo y en acentuar la miserabilidad de la política relacionada con los negocitos y la supervivencia como funcionarios en torno al Estado.

Hay una generación, que creció y se consolidó políticamente en el kirchnerismo pero que también conoció los 90 y la resistencia al neoliberalismo, que está llamada a comandar los tiempos que vienen.

Hay que recuperar la épica de la política, combatir el sectarismo y el hegemonismo, militar, formarse, cuestionar, no conformarse y asumir que para cambiar la Patria hay que hacer sacrificios porque enfrentamos un enemigo poderoso, cuando las cosas resultan fáciles entonces ese es el dato de que estamos por el mal camino.

Notas:

*Doctor en Comunicación Social (UNLP). Profesor titular de Relaciones Internacionales (FPyCS – UNLP). Profesor de Historia Contemporánea de América Latina (FPyCS – UNLP)

Twitter @estechefernando