En torno a 100 vidas humanas, por el momento, fueron segadas por la violencia, en el norte de Burkina Faso, que enfrenta en los últimos años un aumento de ataques de corte terrorista. El presidente Roch Marc Christian Kabore calificó el ataque de «bárbaro», «Debemos permanecer unidos y sólidos contra estas fuerzas oscurantistas», dijo el presidente.
En la noche del viernes un grupo de hombres armados irrumpió en la aldea de Solhan en la norteña provincia de Yagha, en la frontera con Níger. Además de los fallecidos, los atacantes dejaron a su paso casas quemadas y el mercado calcinado, según informó el Gobierno, que ha declarado 72 horas de duelo nacional. Los presuntos atacantes yihadistas eligieron primero el puesto de los ‘Voluntarios para la Defensa de la Patria’, es decir, auxiliares civiles del ejército, luego fueron a realizar ejecuciones en las concesiones.
El municipio se encuentra a unos quince kilómetros de Sebba, la capital de la provincia de Yagha, no lejos de la frontera con Malí. La zona ha sufrido numerosos ataques en los últimos años. Un lugareño que no quiso ser identificado, temiendo por su seguridad, estaba visitando a familiares en una clínica médica en la ciudad de Sebba, aproximadamente a 12 kilómetros (7 millas) de donde ocurrió el ataque. Dijo que vio a muchas personas heridas entrar a la clínica. “Vi a 12 personas en una habitación y unas 10 en otra. Había muchos familiares que cuidaban a los heridos. También había mucha gente corriendo desde Solhan para entrar a Sebba… La gente está muy asustada y preocupada”, dijo.
No hay certezas sobre los atacantes
Por el momento ningún grupo ha reivindicado el ataque, que, según las cifras aportadas por el Gobierno, es el más mortífero de los últimos cinco años, desde que el país de África Occidental fuera invadido por yihadistas vinculados a Al-Qaeda y al Estado Islámico, afirmó Heni Nsaibia, investigador principal del Proyecto de Datos de Eventos y Ubicación de Conflictos Armados. Las autoridades han decretado un duelo nacional de 72 horas, desde la medianoche del 5 de junio hasta las 23.59 horas del lunes 7 de junio.
Y se han desplegado hombres para llevar a cabo operaciones de barrido para sacar y enterrar a las víctimas. Las fuerzas armadas de Burkinabé han lanzado una operación a gran escala en las regiones del Norte y Sahel a la luz del aumento de los ataques yihadistas desde el 5 de mayo. El 14 de mayo, el ministro de Defensa, Chériff Sy, y miembros de la jerarquía militar se trasladaron a Sebba, asegurando que la situación había vuelto a la normalidad, después de numerosas operaciones militares.
Este ataque masivo de presuntos yihadistas siguió de cerca a otro ataque el viernes por la noche en un pueblo de la misma región, Tadaryat, en el que murieron al menos 14 personas, incluido un diputado civil. Estos ataques se producen una semana después de otros dos ataques en la misma zona en los que murieron cuatro personas, incluidos dos miembros del VDP. El 17 y 18 de mayo, 15 aldeanos y un soldado murieron en dos asaltos a una aldea y una patrulla en el noreste del país, según el gobernador de la región del Sahel de Burkina Faso.
Pese al anuncio de numerosos operativos de este tipo, las fuerzas de seguridad luchan por frenar la espiral de violencia yihadista que ha dejado más de 1.400 personas muertas y más de un millón desplazadas desde 2015, huyendo de la violencia. “Hay una sensación creciente entre muchas personas en Burkina Faso de que a pesar de la presencia de las fuerzas de seguridad, la situación se está deteriorando”, dijo Nicolas Haque de Al Jazeera, informando desde Bamako en la vecina Malí.
Alrededor de dos millones de personas han tenido que huir de sus hogares debido a la violencia en Burkina Faso, Malí y Níger, afirma la Coalición Popular para el Sahel. «Está claro que los grupos militantes han cambiado de marcha para agravar la situación en Burkina Faso y han trasladado sus esfuerzos a áreas fuera del alcance inmediato de la coalición antiterrorista liderada por Francia que los combate en la región fronteriza de los tres estados», dijo en referencia a Burkina Faso, Mali y Níger.
Seis años de continuo aumento de la inseguridad
El año 2015 marcó un punto de inflexión en el país. Aquel año, grupos terroristas yihadistas aliados de Al-Qaeda y el Estado Islámico comenzaron a atacar la región del Sahel, en la que se encuentra Burkina Faso. Como consecuencia, el país cuenta con en torno a 1,14 millones de desplazados sobre una población de 20 millones de personas. Además, se calcula que hay 20.000 refugiados de la vecina Mali, que huyen también de la violencia yihadista en su país.
Durante el mes de marzo, en Burkina Faso murieron 137 personas al sur del país en redas similares a la del viernes. En abril, más de 50 personas murieron en una semana, incluidos dos periodistas españoles y un conservacionista irlandés. Durante el mes de mayo, al menos otras 30 personas fueron asesinadas en el este del país. El presidente Roch Marc Christian Kaboré aseguró en 2016, tras un ataque en el que murieron 30 personas, tener “la convicción de que en la unidad y cohesión nacional saldremos victoriosos de esta guerra que imponen a nuestro pueblo y a todos los demás pueblos del mundo”. Cinco años después, y tras ser reelegido en unas elecciones en las que en torno al 20% de la población no pudo votar por los problemas de inseguridad, Kaboré sigue sin saber responder al problema del terrorismo.
Francia, cada vez más presente en el Sahel
El pasado febrero el ejecutivo francés anunció el envío de 600 soldados más al Sahel para ayudar en la lucha yihadista, sumando así un total de 5.100 soldados. En aquel momento, el presidente Emmanuel Macron hizo un llamado a otros países europeos a que sumaran fuerzas, si bien no hubo respuesta positiva.
Pese a este despliegue, los ataques han seguido aumentando sin que, por el momento, los ejércitos locales ni Francia haya podido impedirlo. El ejército de Burkina Faso no cuenta con un equipamiento adecuado e incluso pidió el año pasado combatientes voluntarios para enfrentar la amenaza yihadista. Los recurrentes ataques armados en Burkina Faso han obligado a más de 1,14 millones de personas a huir de sus hogares en busca de seguridad en poco más de dos años.
En Mali, otro de los países más afectados por el terrorismo, la inestabilidad política, consumada con el golpe de Estado militar, tampoco ayuda a encontrar una solución. Esta misma semana Francia decidió suspender operaciones conjuntas con el ejército maliense en respuesta al golpe de Estado.
Fuentes:
https://www.africanews.com/ https://www.aa.com.tr/ https://www.france24.com/ https://www.aljazeera.com/