Multipolaridad Nuestra América

Acuerdo entre China y Brasil profundiza la crisis de hegemonía del dólar

Escrito Por Ana Dagorret

Por Ana Laura Dagorret*-
El establecimiento del banco autorizado por China para la compensanción entre monedas es un primer paso para profundizar el comercio bilateral entre ambos países.

Los gobiernos de Brasil y China avanzaron en las negociaciones para que el comercio y las inversiones entre ambos países se realicen directamente entre el real y el yuan. Dicho cuerdo pretende excluir al dólar estadounidense como moneda de referencia en las transacciones entre los dos gigantes, lo cual contribuiría con la pérdida de hegemonía de la moneda norteamericana a nivel global.

A finales de enero, los bancos centrales de ambos países firmaron un memorándum para establecer una «cámara de compensación» en Brasil. En la práctica, se trata de un banco elegido por el gobierno chino -el ICBC- con liquidez en la moneda china para realizar directamente la compensación de divisas. Esto quiere decir que el empresario en Brasil recibiría en yuanes y, en ese mismo banco, los cambiaría por reales.

Según un informe publicado en noviembre del año pasado por el Banco Popular de China, a finales de 2021 eran 27 los bancos de compensación de divisas chinas en 25 países. Entre ellas se destacan Canadá, Alemania, Reino Unido, Francia, Luxemburgo, Suiza, Qatar, Taiwán, Corea del Sur, Singapur y Australia. En Sudamérica, Chile tiene un acuerdo similar, al igual que Argentina. Incluso Estados Unidos tiene una «cámara de compensación» para el intercambio directo de divisas, designada por el Banco Central chino.

Desde el Ministerio de Hacienda afirmaron que «una mayor previsibilidad de los tipos de cambio» es muy importante para los inversores y comerciantes. Según explican, los impuestos sobre las transacciones cambiarias son uno de los puntos más cuestionados por los socios chinos en Brasil, y el comercio en moneda local podría contribuir a aumentar el comercio bilateral. La balanza comercial entre los dos países alcanzó los 150 mil millones de dólares el año pasado, y las inversiones directas de China en Brasil llegaron a un acumulado de 70 mil millones de dólares. Además, celebró el avance de las negociaciones para que un banco brasileño se incorpore al sistema de pagos chino. A su vez, el BNDES también tiene previsto lanzar nuevas líneas de financiación para el comercio bilateral.

El establecimiento del banco autorizado por China para la compensanción entre monedas es un primer paso para profundizar el comercio bilateral entre ambos países. A su vez, esta se convierte en otra opción para las empresas, aunque la idea no es hacer obligatorio. Por su parte, la Viceministra de Comercio china, Guo Tingting, también celebró los avances en el memorándum para establecer una «cámara de compensación» para el uso del yuan. Afirmó que ambos países son socios estratégicos y mantienen una relación «modelo».

Empresarios consultados por varios reportajes tras el anuncio del acuerdo chino-brasileño afirman que los efectos aún no están claros. El Ministerio de Finanzas entiende que el uso de la moneda china puede reducir los costes. Un ejecutivo de uno de los mayores frigoríficos de Brasil dijo que el acuerdo puede ser interesante si el hecho de no involucrar al dólar permite el acceso a líneas de financiación para exportaciones, en bancos chinos, con tasas de interés más bajas. Para los agroexportadores brasileños, el uso del dólar puede ser ventajoso porque, además de recibir en la moneda norteamericana y tener gastos en real, pueden reducir los efectos del llamado «costo Brasil».

Para Tulio Cariello, director de Contenido del Consejo Empresarial Brasil-China (CEBC), las transacciones directas permitirían una reducción de los costos financieros, ya que al pasar los pagos de la moneda china al dólar y luego al real, o viceversa, hay pérdidas cambiarias. En segundo lugar, los tipos de cambio del yuan, con un mayor control por parte del gobierno chino, varían menos, proporcionando una mayor previsibilidad a las empresas.

«Puede ser una alternativa para reducir el coste de transacción, para evitar dos conversiones», afirma el ex secretario de Comercio Exterior del Ministerio de Fomento Welber Barral en un reportaje publicado por UOL. Sin embargo, el acuerdo no debe sustituir completamente el uso del dólar en las transacciones con el gigante asiático. Aunque Brasil puede comerciar directamente a través de otras monedas, llamadas convertibles -como el euro, el franco suizo y la libra esterlina-, más del 90% de las transacciones del comercio exterior brasileño siguen realizándose hoy en día en dólares.

Según el consultor Sérgio Quadros, director de SQ Asia Business Consulting, otra ventaja de las transacciones directas para los exportadores brasileños es la posibilidad de abrir mercado en China. Eso porque las reglas de la política de control de capitales del gobierno chino limitan el acceso de los importadores locales al dólar. Con las transacciones directas, es posible ir más allá de estos límites. «Sin duda habrá un aumento del comercio», afirmó.

Reducir la dependencia del dólar es una de las líneas de actuación de la política exterior y financiera de los países que conforman los BRICS, en un contexto de disputas comerciales y guerra eonómica impuesta por Estados Unidos a China y Rusia, sus dos principales competidores. En ese sentido, el acuerdo entre Brasil y China no sólo profundiza la transición hacia la multipolaridad en las relaciones financieras sino que representa un paso más hacia la pérdida de hegemonía del dólar.

Recientemente, el gobierno del presidente Xi Jinping firmó acuerdos con Arabia Saudí y Rusia para el uso del yuan en el comercio. El RMB tiene una cuota de alrededor del 2% en los pagos mundiales, creciendo principalmente en torno al gigante asiático.

*Ana Laura Dagorret es periodista de política internacional, coautora del Manual breve de Geopolítica y parte del equipo de PIA Global.

FOTO DE PORTADA: Getty Images.

Acerca del autor

Ana Dagorret

Periodista, colaboradora de medios populares de Argentina y Brasil y ayudante diplomada de la Cátedra de RRII de la Fac. De Periodismo y Com. Soc. De la UNLP. Desde 2018 trabaja como corresponsal en Río de Janeiro.

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