Nuestra América

Abimael Guzmán. Ha muerto un revolucionario, viva la revolución

Por Sergio Ortiz*
Hoy 11 de septiembre murió Abimael Guzmán, exlíder del Partido Comunista del Perú (Sendero Luminoso), estando preso desde hace 29 años en la cárcel naval de El Callao, Lima

Tenía 86 años de edad y había sido condenado a cadena perpetua por un tribunal militar primero en tiempos de la dictadura cívica-militar de Alberto Fujimori y luego por un “tribunal constitucional” de jueces sin rostro.

Hoy la prensa habla de él como “terrorista” y le adjudica “30.000 muertos”. Falso. Guzmán y su partido eran marxistas y revolucionarios, aún con sus errores y limitaciones. Y los miles de muertos no fueron de su autoría sino de la oligarquía peruana, el imperialismo, sus militares y policías, los mismos que sumieron al pueblo peruano en el hambre, la dependencia y la desigualdad. Esos fascistas, en tiempos del APRA, fueron los que hicieron las matanzas masivas de presos políticos senderistas en tres penales (Lurigancho, El Frontón y Cantogrande) durante el gobierno de Alan García, muy valorado por el peronismo. ¡Allí fueron ultimados en total 294 presos políticos!

Guzmán y sus camaradas fueron por el “sendero luminoso de Mariátegui”, fundador del comunismo peruano. No estaban errados en la importancia de la lucha guerrillera desde la sierra hacia la ciudad, buscando el apoyo campesino, que lamentablemente no lograron, no al menos en la medida necesaria. Pero por ahí anda la revolución peruana, con esos protagonistas (por eso hoy la victoria del presidente Pedro Castillo se basó en la población andina, campesina y originaria).

Guzmán tuvo rasgos serios de sectarismo, por ejemplo, frente a otro movimiento revolucionario, el MRTA dirigido por Víctor Polay Campos. Y sus camaradas lo presentaron como la cuarta espada del marxismo, detrás de Marx, Lenin y Mao, cosa que obviamente no era.

Pero lo condenaron a perpetua acusándolo de “terruco”, que no era. Lo tuvieron años encerrados 13 horas diarias en un lugar de 2 metros por 2 metros en aquella prisión naval, a varios metros bajo tierra, sin visitas ni siquiera de su esposa Elena Iparraguirre, detenida en el mismo penal. Detuvieron a su abogado Alfredo Crespo en diciembre de 2020 y a decenas de miembros del movimiento legal MOVADEF, Movimiento por la Amnistía y los Derechos Fundamentales, al que aún hoy mantienen en la ilegalidad.

En 1992, 20 de noviembre, fui detenido en la CABA por la Policía Federal menemista y acusado de ser de la ORP y poner bombas en los cajeros automáticos, toda una falsedad. Al salir en libertad Olga Wornat me hizo un reportaje para una revista comercial de actualidad y ante su pregunta contesté: “yo pido la libertad de Abimael Guzmán”. Nadie en Argentina pedía eso. Nuestro Partido de la Liberación sí lo exigía.

Hoy sigo pensando igual. Los terroristas son Fujimori, Vladimir Montesinos y Keiko Fujimori, los altos mandos, la Dircote, los asesores militares norteamericanos, etc.

Guzmán fue un intelectual y dirigente revolucionario latinoamericano. ¡HLVS!

Notas:

*Periodista y referente del Partido de la Liberación de Argentina.

Fuente: Colaboración

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