Quienes lo asesinaron no pudieron hacerlo de frente porque Santrich era un combatiente de mil batallas en todos los terrenos, el militar, el de la política, el del arte, el de la narrativa encendida y el de la creación genuina.
Se abrió paso en la vida, como en la montaña, no había impedimento que lo detuviera, no había obstáculo que no desafiará e iba transitando el sendero con la frente en alto.
Ya vendrá el tiempo en que Colombia le rinda un justo tributo a quien lo dejo todo para que la Nueva Colombia fuera una realidad.
Notas:
Fuente consultada: ABP. Agencia Bolivariana de Prensa
Oscar Rotundo es editor del portal PIA Global