Colaboraciones Nuestra América

A 20 años del “No al ALCA”, las luchas de nuestros pueblos perviven

Por Lucia Izaguirre Castañeda*. – El 20 aniversario del “No al ALCA” y de la Cumbre de los Pueblos en Mar del Plata fue un suceso clave para la unidad regional y hoy nos trae una serie de reflexiones para pensar las disputas que están librando nuestros pueblos en un nuevo contexto de reconfiguración del poder y del surgimiento de la multipolaridad.

El 4 y 5 de noviembre del 2005 en la ciudad del Mar del Plata se llevó a cabo la IV Cumbre de las Américas, donde se reunieron los países de nuestra región, junto a Estados Unidos y Canadá, a excepción de Cuba por disposición de la OEA.

En aquella cumbre, los ex presidentes Néstor Kirchner de Argentina y Hugo Chávez de Venezuela, junto al actual presidente del Brasil Lula da Silva, lideraron la oposición al acuerdo del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), quienes también acompañaron esta postura fueron Tabaré Vázquez del Uruguay, Nicanor Duarte Frutos del Paraguay y Enrique Bolaños de Nicaragua. Además, de la presencia de Evo Morales acompañando en la Cumbre de los Pueblos antes de ser elegido presidente de Bolivia.

George Bush, presidente estadounidense en ese momento, venía de ser reelecto para un segundo mandato bajo el discurso de la guerra contra el terrorismo que se expresaron en sus invasiones a Afganistán e Irak, fue duramente rechazado por las organizaciones sociales y políticas participantes de la Cumbre de los Pueblos de muchos países que se congregaron en la Ciudad de Mar del Plata para rechazar la injerencia estadounidense.

Jefes de Estado en la IV Cumbre de las Américas, en noviembre de 2005. / Télam

La postura del “NO al ALCA” que adoptaron estos líderes fue un punto de inflexión en las relaciones con Washington, pero representó una victoria para los pueblos y fue confrontativo con el modelo económico neoliberal que buscaba concretarse para socavar la soberanía de nuestras naciones.

El proyecto del ALCA de los Estados Unidos, buscó materializar la doctrina Monroe. Bill Clinton lo presentó como una propuesta panamericana unipolar y verticalizada en 1994, cuando se realizó la primera Cumbre de las Américas organizada por la OEA, en el contexto de auge del Consenso de Washington.

En ese mismo año, el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) entre México, Estados Unidos y Canadá, entraba en vigencia. El país de dólar buscaba extender el TLCAN hacia todo el territorio de América para reforzar su poder imperial mediante el control de los recursos naturales, el control político de 34 países y garantizar aproximadamente 800 millones de consumidores para empresas estadounidense.

En paralelo, en ese momento, también se gestaba la Unión Europea y Japón resurgía como potencia económica. Luego de haber recibido ayuda económica estadounidense para su reconstrucción post segunda guerra mundial, ambos territorios se posicionaban alineados a la hegemonía estadounidense.

Más allá de solo un acuerdo de libre comercio, el ALCA buscó institucionalizar un comercio desigual que caracteriza las relaciones entre el centro y la periferia del sistema capitalista. Sus objetivos eran parte de una estrategia más amplia.

La productividad estadounidense haría quebrar a los mercados internos de los países latinoamericanos, relegándolos al rol de proveedores de materias primas baratas para el desarrollo de su propia industria.

Además, tenía un objetivo político que consistía en potenciar la relación vertical entre Estados Unidos y las élites de nuestra región, las cuales se beneficiaban de los dividendos de esa subordinación, con el propósito de asegurar que no existiera ningún acuerdo que pudiera favorecer la autonomía y la soberanía para el consecuente desarrollo de los países latinoamericanos.

El “No al ALCA” también representó el comienzo de un ciclo de gobiernos progresistas en la región que rechazaban décadas de políticas neoliberales que habían conducido a crisis económicas y sociales en sus respectivos países. También da pie a la creación de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) y de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).

Oscar Laborde, ex embajador de Argentina en Venezuela y actual Director del Instituto de Estudios de América Latina, aseveró en una entrevista, “tal vez haya sido la única derrota diplomática que sufrió el Imperio (Estados Unidos), en manos de presidentes que venían a transitar una época de unidad y eso marcó un hito y evitó una tragedia (…)”

Cumbre de los Pueblos Mar del Plata Argentina Nov 2005. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate

Cabe recordar y resaltar el rol que jugó la Cumbre de los Pueblos llevada a cabo como una contra cumbre, donde participaron los movimientos sociales, las centrales sindicales a nivel internacional, el Foro de Sao Paulo, partidos políticos y figuras como Diego Armando Maradona y Hebe de Bonafini junto a las Madres de Plaza de Mayo. Además, la delegación cubana se hizo presente con sus equipos deportivos que movilizaron en las calles de Mar del Plata, para mantener firme el contundente rechazo al tratado que buscaba consagrar las políticas neoliberales.

El grito de Hugo Chávez resonaba: “ALCA, ALCA, ALCARAJO”, en medio de una multitud que reclamaba caminar hacia una Patria Grande soberana y autónoma, que reclamaba la integración de los países de la región como una alternativa al modelo que proponía la hegemonía estadounidense. Ese momento, significó un punto de partida para el avance de la cooperación entre los países latinoamericanos acompañados de la ola de gobiernos progresistas que brotaron.

Foto: Daniel Muñoz/Télam/jc.

No hubo algún otro momento en la historia de nuestra región, donde se haya llegado a este grado de articulación de una diplomacia que converja en una política exterior autónoma de los Estados Unidos y que representó para ellos, una derrota de su política estratégica.

Washington cobró su contraofensiva. En los años siguientes la región padeció golpes de Estado y destituciones, como el de Manuel Zelaya en Honduras, la destitución de Fernando Lugo a través de un juicio político en Paraguay, al igual que la destitución de Dilma Rousseff en Brasil, la traición de Lenin Moreno en Ecuador y el golpe contra Evo Morales en Bolivia. Todas estrategias dispuestas a romper el ciclo de gobiernos que habían planteado una integración desde el sur global.

El bloqueo económico, la persecución mediática y judicial conocida como el lawfare fueron y son estrategias utilizadas por el imperialismo en Nuestra América contra líderes políticos que buscan seguir proyectos por fuera del mandato de los Estados Unidos, quien no ha perdido oportunidad de promover una nueva derecha en nuestros territorios.

Pese a ello, el orden mundial se transformó y la hegemonía estadounidense está en declive, en el marco del surgimiento de las nuevas economías emergentes como China, Rusia, India, Irán, Pakistán, Vietnam y Turquía, que han logrado articularse en el Sur Global y los BRICS.

La orientación hacia la multipolaridad ofrece oportunidades para Nuestra América, pero el imperio estadounidense ha empezado una estrategia de redespliegue explícito sobre la región para no perder mayor influencia y control sobre el territorio, los recursos naturales y el comercio, frente a una China que se introduce cada vez más en Nuestra América.

La memoria del “No al ALCA” perdura en el tiempo a través de las luchas que hoy nuestros pueblos deciden librar ante la ofensiva guerrerista y las injerencias económicas, políticas y judiciales por parte de los Estados Unidos sobre nuestros territorios, en medio de su declive ante la emergencia de los multipolares.

Es crucial volver a retomar las ideas de integración regional, recordar esta gesta para traerla a la historia presente y contribuir a la construcción de un camino que nos conduzca a parir liderazgos políticos y construir el apoyo necesario para una contraofensiva y para ser capaces de leer el rol que podría desempeñar Nuestra América de forma conjunta, como Bolívar y San Martín lo añoraron. El 5 de noviembre de 2005 donde le dijimos NO al ALCA, puede reinventarse.

Lucia Izaguirre* Periodista miembro del equipo editorial de PIA Global

Foto de portada: Partido Comunista de la Argentina https://pcce.com.ar/

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