Asia

Malasia desafía la presión de Washington y reconfigura su mercado de chips con Brasil e India

Por PIA Global*- Malasia ha decidido dar un paso audaz en medio de la creciente guerra tecnológica global: reorientar su industria de semiconductores lejos de la dependencia estadounidense y abrir nuevos canales de cooperación con economías emergentes del Sur Global, especialmente Brasil e India

Este movimiento marca una reconfiguración profunda del mapa tecnológico de Asia y refleja el cansancio de los países del sudeste asiático ante el proteccionismo y las presiones de Washington.

El viceministro de Comercio de Malasia, Liew Chin Tong, anunció ante el Parlamento que el país está a punto de firmar un memorando de cooperación con Brasil para el desarrollo conjunto de semiconductores, mientras se explora un acuerdo similar con la India.

Según el funcionario, la medida responde a la necesidad de “diversificar socios y mercados” frente a la posibilidad de que la dependencia de Estados Unidos como principal destino de exportación llegue a su fin.

“Estados Unidos ahora no quiere importar mucho de nuestro país ni de las naciones de la ASEAN. Así que necesitamos nuevos mercados, necesitamos nuevos socios”, declaró Liew, en un mensaje que dejó clara la nueva dirección económica de Kuala Lumpur.

El giro hacia el Sur Global y el bloque BRICS

Este viraje ocurre en un momento donde la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) busca alternativas ante el impacto de los aranceles estadounidenses, que han comenzado a afectar sus exportaciones y cadenas de suministro. En este contexto, el bloque BRICS+ emerge como un espacio natural para la cooperación tecnológica y comercial.

El bloque ya representa alrededor del 40% de la producción mundial y se ha convertido en el núcleo de una nueva arquitectura económica multipolar, capaz de contrarrestar el dominio financiero y comercial de Occidente.

Para Malasia, acercarse a Brasil e India no solo es una decisión económica, sino también estratégica: ambos países poseen capacidades complementarias que pueden fortalecer la posición malasia en la industria global de chips.

Brasil ofrece recursos minerales críticos y un mercado creciente, mientras que India posee una enorme reserva de talento tecnológico en diseño de circuitos integrados y desarrollo de software. La sinergia entre estas tres economías podría dar lugar a una cadena de valor alternativa a la dominada por las corporaciones estadounidenses y taiwanesas.

El viceministro de Comercio de Malasia, Liew Chin Tong
Washington pierde influencia en el sudeste asiático

El cambio de orientación de Malasia ocurre en un momento incómodo para Washington. En apenas dos semanas, el presidente Donald Trump visitará Kuala Lumpur para participar en la cumbre de la ASEAN, donde intentará frenar el acercamiento del bloque a los BRICS y reafirmar el liderazgo estadounidense en la región.

Sin embargo, el contexto no le favorece. Los aranceles estadounidenses —que oscilan entre el 10% y el 40%— están golpeando las exportaciones del sudeste asiático y debilitando la confianza en la política comercial de Estados Unidos. En 2024, el país fue el mayor destino de las exportaciones de la ASEAN, con 352.100 millones de dólares, pero ese volumen podría reducirse significativamente si continúan las medidas proteccionistas.

La estrategia malasia apunta, por tanto, a reducir vulnerabilidades y ampliar horizontes en un entorno económico cada vez más incierto. Según analistas, el país se perfila como un pivote industrial dentro de Asia, especialmente en el segmento de ensamblaje, pruebas y empaquetado de semiconductores, donde ocupa el sexto lugar a nivel mundial.

Los chips representan aproximadamente el 60% de las exportaciones electrónicas del país, por lo que diversificar los destinos de venta es vital para mantener su estabilidad económica.

La visión de Anwar Ibrahim: fortalecer el eje Sur-Sur

El primer ministro Anwar Ibrahim ha dejado claro que su política exterior busca fortalecer las alianzas con el Sur Global, especialmente con los países del BRICS y el continente africano. Su visión se alinea con una tendencia creciente entre las economías emergentes: apostar por la cooperación tecnológica y financiera fuera del control de Washington y Bruselas.

“Esta es la dirección establecida por el primer ministro, para fortalecer los lazos con otras naciones, especialmente en el contexto de BRICS y antes de su visita planificada al continente africano”, subrayó Liew Chin Tong.

Con esta estrategia, Malasia no solo busca mercados alternativos, sino también autonomía tecnológica y una posición más independiente frente a las presiones geopolíticas. En el marco de la creciente confrontación entre Estados Unidos y China, Kuala Lumpur opta por un camino intermedio: participar activamente en la nueva economía multipolar sin subordinarse a ninguna potencia.

El movimiento de Malasia hacia nuevas alianzas tecnológicas representa un desafío directo a la hegemonía de Estados Unidos en el sector de los chips, uno de los campos más estratégicos del siglo XXI. Si los acuerdos con Brasil e India prosperan, podrían sentar las bases de una nueva cadena de suministro Sur-Sur, reduciendo la dependencia global del modelo occidental y acelerando la transición hacia un orden económico verdaderamente multipolar.

Sin embargo, este proceso no estará exento de presiones y tensiones. La cumbre de la ASEAN y las reacciones de Washington determinarán si Malasia puede sostener su nueva estrategia sin represalias.
Lo cierto es que, por primera vez en décadas, el sudeste asiático está aprendiendo a negociar desde su propio poder, y Malasia está decidida a liderar esa transformación.

*Foto de la portada: Reuters

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