Las fuerzas israelíes interceptaron el Marinette, el último barco de la Flotilla Global Sumud que permanecía en navegación hacia Gaza. La tripulación denunció que buques de guerra se acercaron antes de que soldados abordaran la embarcación y los detuvieran a punta de fusil. Con esta acción, ningún barco del convoy logró finalmente ingresar ayuda humanitaria al enclave.
La detención de los activistas se suma a las críticas internacionales contra Israel por impedir la llegada de suministros, en un contexto donde Naciones Unidas y la Corte Internacional de Justicia piden medidas inmediatas para aliviar la situación en Gaza. Familiares y organizaciones en Europa realizaron manifestaciones para exigir la liberación de los navegantes.
En paralelo, la masacre en Gaza continúa sin pausa. Según informó la agencia WAFA, en las últimas 24 horas, al menos 63 palestinos fueron asesinados y otros 227 resultaron heridos. Los hospitales reportaron además que 15 personas que buscaban ayuda murieron por bombardeos y disparos, lo que eleva a 2.597 las víctimas en ese grupo específico desde marzo de 2025.
Según la Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria (IPC), más de 640.000 personas enfrentan hambruna, inanición y muertes evitables; mientras que otras 1,14 millones se encuentran en emergencia (fase 4) y casi 400.000 en crisis (fase 3). La ONU advierte que la falta de acceso a alimentos básicos ya provocó un aumento acelerado de la desnutrición aguda, especialmente en mujeres y niños: más de 43.000 menores y 55.000 embarazadas o lactantes están en riesgo vital, con uno de cada cinco bebés naciendo prematuro o con bajo peso.
La OMS advirtió sobre las críticas condiciones sanitarias, y sostuvo que 42.000 personas viven con lesiones que alteran su vida, entre ellas más de 5.000 amputados, y que miles de pacientes esperan evacuación al extranjero. Con apenas ocho especialistas en prótesis y decenas de fisioterapeutas asesinados o desplazados, el sistema de salud enfrenta un colapso prolongado.
La violencia se extiende también en Cisjordania. Según la Comisión Palestina Antimuro y Asentamientos, en septiembre se registraron 2.215 ataques entre fuerzas israelíes y colonos, con asesinatos, demoliciones, robo de tierras y destrucción de olivares. En Salfit, colonos obligaron a más de diez familias a abandonar sus tierras agrícolas durante la cosecha de aceitunas, bajo protección militar.
Pero también decenas de miles de refugiados palestinos siguen sufriendo desplazamientos forzados de manera reiterada. La Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina (UNRWA) señaló que las familias deben abandonar sus hogares una y otra vez, con enormes costos personales, mientras persisten las limitaciones en el acceso a alimentos, agua y seguridad. Reiteró además la necesidad urgente de un alto el fuego y de garantizar un corredor humanitario seguro.
Mientras la comunidad internacional llama a un alto el fuego, Israel mantiene el bloqueo marítimo y terrestre sobre Gaza, restringiendo el ingreso de alimentos, medicinas y combustible, y limitando incluso la labor de los equipos de emergencia.
Foto de portada: UNRWA