Asia Occidental

Consecuencias de la inclusión de cuatro grupos chiíes iraquíes en la lista terrorista estadounidense

PIA Global comparte la entrevista realizada por el el Consejo Estratégico de Relaciones Exteriores de Irán al analista senior de asuntos iraquíes, Seyed Reza Qazvini Gharabi.

Un analista senior de asuntos iraquíes afirmó que la reciente acción del Departamento de Estado de EE. UU. de incluir a cuatro grupos chiíes iraquíes en la lista de organizaciones terroristas extranjeras no solo ha enfrentado a la dimensión de seguridad de Irak con un serio desafío, sino que también ha eclipsado ampliamente los cálculos políticos y diplomáticos de Bagdad. 

Esta decisión, interpretada como una continuación de la política de presión máxima de Washington en la región, podría tener consecuencias de múltiples capas sobre la seguridad interna, las relaciones exteriores e incluso el equilibrio de poder en Irak. Los grupos afectados por esta decisión son parte de la estructura oficial del Hashd al-Shaabi y fueron actores clave en la derrota de Daesh; por lo tanto, su inclusión en la lista terrorista no solo se considera una amenaza contra los intereses estadounidenses, sino que también cuestiona la legitimidad y cohesión de las fuerzas de seguridad iraquíes. 

Esta medida podría proyectar una sombra sobre el proceso de retirada de las tropas estadounidenses de Irak y proporcionar un pretexto para la continuidad de la presencia militar de Washington. Asimismo, a nivel regional, también deja manos más libres al régimen israelí para llevar a cabo acciones agresivas.

Seyed Reza Qazvini Gharabi, en una conversación con el sitio web del Consejo Estratégico de Relaciones Exteriores, declaró: «Esta decisión de Washington representa un punto de inflexión en los cálculos de seguridad y política de Irak; una acción que podría tener consecuencias complejas y multifacéticas para el futuro de este país y sus relaciones con las potencias extranjeras». Él cree que: «Esta decisión de Washington, más que una respuesta a amenazas de seguridad, encuentra su significado en la continuación de la presión máxima sobre el Eje de la Resistencia y afectará seriamente las capacidades de estabilidad interna de Irak».

Según la opinión de este analista de asuntos de Asia Occidental, «grupos como Harakat al-Nujaba, Kata’ib Sayyid al-Shuhada, Harakat Ansar Allah al-Awfiya y Kata’ib Imam Ali son una parte inseparable de la estructura oficial del Hashd al-Shaabi; una institución reconocida por la ley iraquí como parte de las fuerzas armadas y que jugó un papel importante en la derrota de Daesh. Incluirlos en la lista terrorista no solo apunta a la legitimidad legal del Hashd al-Shaabi, sino que también pondrá en una posición difícil la interacción del gobierno central con estas fuerzas». Qazvini Gharabi dice: «Esta decisión podría sentar las bases para nuevas tensiones internas en Irak, ya que una parte importante de la base social chií apoya a estos grupos, y tal presión por parte de Estados Unidos podría llevarlos a acciones de represalia contra los intereses de Washington».

Desde la perspectiva de este analista, «Mohammed Shia’ al-Sudani, el Primer Ministro de Irak, enfrentará presiones contradictorias más que nunca. Por un lado, Estados Unidos espera que Bagdad contenga o incluso disuelva estos grupos, y por otro lado, ignorar esta demanda podría enfrentar a Irak con la amenaza de nuevas sanciones económicas y presiones políticas». Qazvini Gharabi cree que «un ambiente así podría debilitar la confianza pública en el gobierno e incluso allanar el camino para el regreso de Daesh o grupos extremistas; un tema que pone en mayor peligro la seguridad nacional de Irak».

Este experto en asuntos iraquíes se refirió al acuerdo para la retirada completa de las tropas estadounidenses de Irak y subrayó que «esta nueva decisión de Washington podría retrasar el proceso de implementación del acuerdo. Un acuerdo que supuestamente pondría fin a la misión de combate de las fuerzas estadounidenses y limitaría su presencia a roles de asesoramiento, ahora se enfrenta al argumento de que los grupos cercanos a Irán representan una amenaza continua para los intereses estadounidenses y, en base a esto, esta presencia militar debe continuar». Según Qazvini Gharabi, «esta decisión, en la práctica, podría proporcionar un pretexto legal y político para mantener bases como Ain al-Asad y presionar al gobierno iraquí para que implemente cambios serios en la estructura del Hashd al-Shaabi; cambios cuya implementación se enfrentará a la resistencia interna y la oposición de los grupos chiíes».

El experto en otra parte de su análisis enfatiza que «el régimen sionista probablemente será uno de los principales actores en beneficiarse de esta decisión estadounidense». Al referirse a los ataques de drones del régimen israelí contra posiciones de grupos de la resistencia en Irak durante los últimos años, declaró: «Esta decisión, en la práctica, le da a Tel Aviv más pretextos para continuar e incluso expandir estos ataques y aumenta la probabilidad de ataques más precisos contra líderes o bases de la resistencia. Por lo tanto, en una situación donde las tensiones entre Irán y el régimen sionista se están intensificando, tales acciones podrían activar un ciclo de enfrentamientos directos en las fronteras de Irak y Siria o incluso dentro del territorio iraquí; un ciclo cuyas consecuencias irán más allá de las fronteras de Irak».

Qazvini Gharabi, sobre los impactos de esta decisión en el ámbito interno de Irak, declaró: «El gobierno y el parlamento iraquí tienen múltiples herramientas políticas y legales a su disposición para responder». Hizo referencia «a la experiencia de la aprobación de la resolución del parlamento iraquí después del asesinato del mártir Soleimani» y cree que «ahora también podrían realizarse esfuerzos para obligar al gobierno a acelerar la retirada de las fuerzas estadounidenses». Sin embargo, agrega que «la dependencia económica y de seguridad de Irak de Occidente impedirá la toma de decisiones inmediatas». Según este analista de asuntos de Asia Occidental, «aunque algunas encuestas muestran que la mayoría del pueblo iraquí se opone a la presencia militar estadounidense, las realidades económicas y políticas llevarán a Bagdad hacia una gestión cautelosa de la crisis».

Qazvini Gharabi, al resumir su análisis, dice: «La reciente decisión de Washington es parte de un proceso más amplio que Estados Unidos y el régimen sionista están persiguiendo en Asia Occidental; un proceso que se justifica con la consigna de luchar contra el terrorismo, pero que, en la práctica, cambia el equilibrio de poder a favor de ejes específicos y aumenta el riesgo de inestabilidad a largo plazo». Él cree que Irak se encuentra en un punto sensible; un punto donde cualquier error de cálculo podría devolver al país al campo de conflictos sangrientos y amenazar los frágiles procesos políticos posteriores a Daesh.

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